Por Lucio Agustín Torres *
El término inflación, en economía, se refiere al aumento de precios de bienes y servicios en un periodo de tiempo. Otra forma de definirlo es como la disminución del valor del dinero respecto a la cantidad de bienes o servicios que se pueden comprar con dicho dinero. Es decir, si tenemos un servicio, como puede ser ir en autobus y el precio de este servicio aumenta con el tiempo, tenemos inflación. También podría verse como que el valor del dinero ha perdido capacidad de compra, debido a que para un mismo servicio, hay que pagar más dinero. Desde luego la inflación es un aspecto muy importante de la economía, ya que algunos de los desastres económicos más importantes que ha habido en el mundo se debieron a una descontrolada inflación, solo recordar los años 80 en América Latina (Peru, Bolivia, Argentina, etc)
Ahora, y al igual que hace 40 años, los precios del petróleo han comenzado a subir aceleradamente escapando al control de los operadores. Se teme que la crisis recrudezca y que el precio del crudo alcance pronto los 150 dólares el barril. Si eso ocurre, los precios de los productos básicos se dispararán, creando un entorno aún más complejo en esta crisis que no acaba. El estancamiento económico con alto desempleo y la inflación galopante que desatará la nueva crisis petrolera, hace cobrar nueva vida a este fenómeno que siempre fue negado por la corriente monetarista. Su retorno, no sólo es la guinda de la torta de la actual crisis, sino también una demostración del engaño de la corriente económica que llevó al mundo al precipicio.
Las oleadas inflacionarias han comenzado a arreciar en la economía estadounidense en una espiral que puede ir in crescendo a medida que China comience a revaluar su moneda. Los consumidores del país del norte están pagando más por una serie de artículos, desde tabaco hasta automóviles. Esto apunta a un brote inflacionario que puede pillar por sorpresa a los estrategas monetarios de la Reserva Federal concentrados en una moderación de los precios al consumidor. El movimiento de los precios de las materias primas, sobretodo el lento pero imparable movimiento al alza del petróleo, amenaza con ejercer una sostenida presión inflacionaria, que sin embargo ya se presenta en productos de consumo masivo, ejemplo; el arroz de veinte libras bordea los veinte dólares, donde apenas unos meses atrás, su precio final era de diez o doce dólares la bolsa de veinte libras.
Para Reich (Ex – secretario de trabajo, Administración Clinton) la economía ha crecido el doble desde 1980, pero los salarios se han mantenido estancados, dado que todo el diferencial de ganancias ha ido a parar a las grandes fortunas enriqueciendo al 1% más rico del planeta, A este brutal enriquecimiento han contribuido también las rebajas tributarias y los subsidios a las grandes empresas como es el caso de las petroleras. El estancamiento de los salarios reales ha exacerbado la desigualdad y ahora, con la crisis, solo se piensa en aplicar recortes presupuestarios, lo que incrementará aún más la brecha entre ricos y pobres.
Con este nuevo comentario económico reiniciamos nuestros posts del 2012, saludando a nuestros apreciados amigos, seguidores de nuestro trabajo.
*Director del Grupo Editor del Norte.
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