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viernes, 5 de agosto de 2011

Incubando el colapso del Sistema.




Lucio Agustín Torres *

Hay una certeza generalizada entre los especialistas: La no reactivación plena del consumo y la persistencia crónica del desempleo con una tasa del 9,3% complica todas las variables de la recuperación económica de EEUU.
Según The Wall Street Journal, el vocero más influyente del poder financiero de EEUU: La crisis (endeudamiento y baja de recaudación) de los Estados de la Unión, agrava el desempleo (desocupación y recortes salariales) y ya extiende los ajustes (reducción de planes sociales) a todo el territorio de EEUU.
Este proceso de sobreendeudamiento (agregado a la caída de la recaudación por la desaceleración económica) no sólo amenaza la estabilidad económica y la “gobernabilidad” del sistema en EEUU, sino que también (y como ya sucedió con los bancos y empresas privadas) puede hacer colapsar en cadena a los propios Estados de la Unión.
EEUU tiene actualmente un déficit presupuestario de US$1,5 billones. Para hacer frente a él, se ha visto obligado emitir títulos del tesoro, bonos y otros instrumentos financieros.
La deuda pública ascendió a US$14,3 billones en mayo. Cuando Barack Obama asumió la presidencia en enero de 2009, la cifra era de US$10,6 billones. El Congreso votó por elevar el límite del endeudamiento diez veces desde 2001.
Altos funcionarios de la Casa Blanca, como el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, o el secretario del Tesoro, Timothy Geihtner, advirtieron sobre las consecuencias “calamitosas” de que no se eleve ese límite y que el país pueda dejar de pagar sus obligaciones internacionales.
Una recesión económica en EEUU impactaría globalmente en América Latina, China y los países asiáticos que tienen en Estados Unidos al principal comprador de materias primas, productos elaborados y servicios.
Por su entrelazamiento e interdependencia global, hay tres procesos centrales que determinan por estos días el curso de la economía mundial: La crisis fiscal de EEUU, la crisis fiscal de Europa, y la crisis comercial EEUU-China. De esa relación estratégica, depende el equilibrio, o el desequilibrio, del resto de las economías de las áreas periféricas de Asia, África y América Latina.
La UE, en bloque, es la segunda economía mundial, detrás de EEUU.
China, individualmente, ya es, según la mayoría de los analistas, la segunda economía y potencia exportadora mundial detrás de EEUU.
Juntas, esas tres economías centrales (EEUU-UE-China) suman más del 40% del PBI mundial, y están completamente interrelacionadas (son dependientes entre sí) a través del comercio de importación y exportación. Además, China, tiene sus reservas en dólares (US$ 2,3 billones) lo que la ata al destino de la economía norteamericana, para bien o para mal.
Esto significa que: Cualquier desequilibrio en las economías de EEUU (en crisis fiscal) y la UE (en crisis fiscal), impacta directamente en China (en crecimiento pero con problemas potenciales), que arrastra detrás de su expansión económica exportadora al resto de las poderosas economías asiáticas, como Japón, Corea del Sur, Indonesia, India y Taiwán, entre otras (Si se suman estas economías asiáticas a las de EEUU-UE-China, se supera largamente el 70% del PBI mundial).
En el nuevo escenario dominado por la crisis, EEUU no solamente es el primer comprador de productos chinos, sino que además China es el principal acreedor de la primera potencia imperial.
El entrelazamiento financiero y comercial que existen entre ambas economías (la primera y la tercera en el orden mundial capitalista) las convierte casi en hermanas simbióticas: Si se cae China se cae EEUU, y viceversa.
Hoy todos los indicadores importantes sobre el desempeño de la economía mundial indican que la crisis se profundiza. Desde Estados Unidos hasta Europa, pasando por Japón y China, el barómetro anuncia una tormenta que amenaza convertirse en huracán global. Ya llevamos tres años de estancamiento, regresión y desempleo agudo, y los gobiernos de las economías capitalistas desarrolladas han sido incapaces de presentar soluciones para salir del agujero. Lo más grave es que han hecho suyo el sueño del sistema financiero para agravar la crisis y hacerla más duradera.
En Estados Unidos el retroceso pasa por la rendición incondicional de Barack Obama frente a los soñadores y reaccionarios del partido republicano. Frente a la transferencia de cifras astronómicas para los bancos y Wall Street, los republicanos piden recortes en los programas sociales Medicare y Medicaid y Obama acepta el reto. Hasta el sacrosanto seguro social, tan venerable para los demócratas, ha sido ofrendado en bandeja de plata a los cuchilleros de los republicanos. Obama anuncia que se necesita reformar el seguro social para alcanzar la estabilidad que requiere la comunidad de negocios para poder invertir y llevar a la economía estadounidense al crecimiento y la prosperidad. ¿De dónde sacó ese sueño? Las cifras de desempleo en Estados Unidos anunciadas la semana pasada más bien confirman que ese país vive una pesadilla y está muy lejos de haber salido de la crisis.
Obama zozobra en el mismo razonamiento que domina el ideario reaccionario: si damos estabilidad y tranquilidad a los empresarios, las inversiones fluirán por sí solas y todo se arreglará. Es lo que claman los halcones en el Congreso. No importa que su país se vaya a la cloaca de la segunda Gran Depresión.
Si algo ha demostrado los gigantescos paquetes de rescate para el sector financiero es que la actual no es una crisis de liquidez. En realidad, el histérico reclamo de austeridad en Europa y Estados Unidos traduce una visión equivocada de la crisis. Se quiere negar que ésta es una peligrosa crisis estructural de todo el modelo económico neoliberal. Se está incubando el colapso del sistema, aunque se niegue con cara de palo, y algunos idiotas crean todavía “En el País de las oportunidades”.

Director de Blogs Alternativos en la Red *

sábado, 21 de mayo de 2011

Conforme avanza la crisis - índice de desigualdad grafican el estancamiento Económico.

Lucio Agustín Torres *

La gran crisis Económica comenzó durante el verano de 2007 y tres años después, produce aún profundos efectos en los Estados Unidos, en Europa y en la mayor parte del mundo. Desde el comienzo hace tres años, las cosas han empeorado de tal forma que un Paul Krugman, laureado con el Premio Nobel de Ciencias Económicas ha declarado que estábamos ahora en (o entrando) una Tercera Depresión, es decir, un tercer período de estancamiento económico.
Sugiere que esta Tercera Depresión se parece a la vez al estancamiento que comenzó en Europa y en los Estados Unidos en los años 1870 -la llama Larga Depresión- y el estancamiento de los años 1930, que llama Gran Depresión. Así, Krugman escribe: "Temo que estemos ahora en las primeras etapas de una tercera depresión. Se parecerá probablemente más a la Larga Depresión que a la mucho más severa Gran Depresión. Pero el coste -para la economía mundial, y sobre todo para las millones de existencias golpeadas por la ausencia de empleos- será sin embargo inmenso". Krugman sostiene que "esta tercera depresión será ante todo el resultado de un fracaso político": es decir la prosecución, incluso añadiendo una importante moderación, de la política neoliberal de austeridad, con el objetivo de borrar los déficits gubernamentales, en lugar de la adopción de una política keynesiana de fuerte estímulo de la economía como medio de salir de la crisis"
Es cierto que una mala política económica neoliberal, centrada en la lucha contra los déficits durante la crisis, hipotecará las perspectivas económicas. Pero la estimulación keynesiana tampoco es una verdadera solución. Por nuestra parte, sostenemos que el verdadero problema
no tiene que ver con la política económica sino con el desarrollo del propio capitalismo. Nuestra tesis, expresada de la forma más sintética posible, es que las economías capitalistas avanzadas están cogidas en una tendencia al estancamiento resultante de un doble proceso de madurez industrial y de acumulación de tipo monopolista. La financiarización (el desplazamiento del centro de gravedad de la economía capitalista de la producción hacia la finanza) debe ser considerada como un mecanismo compensatorio que, en estas circunstancias, ha ayudado al mantenimiento del sistema económico pero al precio de una mayor fragilidad. El capitalismo está así cogido en lo que llamamos una "trampa de estancamiento-financiarización". Todo esto está en relación estrecha con la estructura monopolística del capital financiero, que ha provocado desigualdades sin precedentes en el mundo capitalista avanzado. Lo que se llama el "Forbes 400" (estudio publicado por la revista Forbes), las 400 familias estadounidenses más ricas, poseen tantas riquezas como la mitad menos afortunada de la población total, es decir 150 millones de personas.
En la discusión y debate sobre las causas de las crisis financieras y económicas no se está prestando mucha atención al enorme impacto que las desigualdades de renta y de riqueza están teniendo en las crisis y, viceversa, al impacto que las crisis están teniendo en tales desigualdades
Existe una percepción bastante generalizada entre las poblaciones de los países más ricos del mundo de que viven en sociedades desiguales, pero la evidencia existente muestra que tales desigualdades son incluso mayores de lo que la gente supone.
Así, en EEUU ¿cuál es el porcentaje de la riqueza que el 20% de la población más rica del país, posee? Se explica el significado de riqueza, que es la propiedad que el individuo tiene. 85% de la riqueza del País.
¿Cuál es el porcentaje de la riqueza en el país que posee la gente que tiene menos riqueza? es sólo un 0.3%. . Estos datos muestran que las desigualdades en la riqueza son en EEUU muchos mayores de lo que la población estadounidense conoce y desea. Una situación semejante ocurre en la mayoría de países de la OCDE (el club de países más ricos del mundo).
Otro dato son las tasas de crecimiento de los países ricos situados en el corazón del sistema capitalista mundial han declinado a pequeña velocidad desde hace decenios. En los EEUU, el crecimiento medio del PIB, corrigiendo la inflación, ha pasado del 4,4% en los años 60 al 3,3% en los años 1970, al 3,1% en los años 80 y 90 y finalmente al 1,9% en los años 2000 (de 2000 a 2009).
En respuesta a estas condiciones de profundización del estancamiento económico en el interior de la economía "real”, los excedentes de capitales acumulados por los agentes económicos, afluían hacia el sector financiero, buscando remuneraciones rápidas. Esto ha llevado a la creación de una superestructura financiera considerable en la cúspide de una base económica debilitada. Este recurso a la finanza especulativa, en tanto que estrategia permanente de enriquecimiento, dio lugar al auge de enormes beneficios artificiales (y de ganancias en capital) aparentemente más allá de toda medida -es decir sin relación con la economía "real".
En esta situación, una acumulación cada vez mayor de deudas -las de las familias, de las empresas y del gobierno- se ha mostrado necesaria para asegurar un determinado nivel de crecimiento. En el mismo momento el inflamiento de la deuda total tomará cada vez más el carácter de una pirámide Ponzi, lo que va a requerir constantes añadidos de liquideces para diferir el hundimiento final inevitable.
No hay más que una solución posible a esta crisis planetaria englobante: es la eutanasia del capitalismo (alusión a la fórmula de Keynes en el último capítulo de su Teoría General sobre la eutanasia de los rentistas), reemplazándolo por una nueva economía orientada hacia un desarrollo humano duradero
Cuanto antes comencemos a construir ese sistema cualitativamente nuevo a través de nuestras luchas de masas, mejor para el destino a largo plazo de la Humanidad y de la Tierra.

Director de Blogs Alternativos en Red *

Publicado 15 diciembre 2010.