martes, 29 de mayo de 2012

Minería, conflictos sociales, un tema actual.





Por Lucio Agustín Torres *

En el 2010, Jorge Manco Zaconetti; catedrático de la universidad mayor de San Marcos y especializado en temas de minería y de energía, escribió un extenso artículo, El nuevo Credo Minero -  analizando la propuesta programática del Movimiento “Tierra y Libertad” liderado por el padre Marco Arana, a raíz de la posibilidad de ser  candidato a la presidencia de la Republica, igualmente se refería a Ollanta Humala como candidato del nacionalismo, ambos representan decía el autor; el pensamiento crítico frente al modelo económico imperante desde la década de los noventa.
Hoy ante la situación de estado de emergencia, cuatro muertos y más de sesenta heridos (civiles y policías) en Tintaya (Cuzco) otra vez los conflictos sociales son un tema actual, y el sector minero; la madre del cordero. Por su vigencia y a pesar del tiempo transcurrido presentamos este valioso documento, han cambiado de actores políticos, pero el modelo económico sigue igual como hace lustros, primario – exportador.



EL NUEVO CREDO MINERO
No debiera estar es discusión la legitimidad política del padre Marco Arana en liderar un movimiento político denominado “Tierra y Libertad” con la pretensión de alcanzar la Presidencia de la República; gracias al liderazgo alcanzado en defensa del medio ambiente, se ha constituido en una figura emblemática de la lucha de las comunidades campesinas contra la presencia abusiva de la Minera. Yanacocha en el departamento de Cajamarca. Se deduce que su enfrentamiento con las jerarquías ortodoxas de la Iglesia Católica, en especial con el Cardenal del Opus Dei será muy duro, pues al margen de la participación política del cura Salomón Bolo Hidalgo en los años sesenta del siglo pasado, en la lucha por la soberanía y el petróleo en las filas del Social progresismo, no se tiene conocimiento en nuestro país de la presencia de miembros de la clerecía en la contienda política directa.

El cura Arana con el comandante Ollanta Humala, caudillo del llamado Partido Nacionalista, representan o encarnan el pensamiento crítico frente al modelo económico imperante desde la década de los noventa. Pareciera que la “hoz y el martillo” de la izquierda tradicional, ha dado lugar a la “sotana y el sable” como símbolos del malestar popular ante un modelo excluyente, concentrador de ingresos, y que tiene como eje central su carácter primario exportador, principalmente de productos mineros.

El sector minero al margen de lo que pueda pensar el padre Arana, es el más importante de la economía peruana, por su gran capacidad de generar excedentes económicos, ingresos de exportación (divisas), utilidades, e impuesto a la renta, con los efectos multiplicadores que esto puede tener en la economía regional. En tal sentido, el lugar que ocupa la producción minera que se desenvuelve en el Perú a nivel mundial, sea el primer lugar en plata, el tercero en cobre, el quinto en oro, el tercero en zinc y plomo etc., constituyen indicadores aparentes, pues esa importancia productiva y económica de la minería no expresa ni se sustenta en el desarrollo local, regional ni nacional.

En otras palabras, los excedentes generados por la minería, utilidades y renta minera no están equitativamente compartidos con el Estado, en cierta medida son enajenados a la Nación, en razón que los beneficios son concentrados en “pocas manos”. Esta realidad se explica en gran parte por la vigencia de privilegiados contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa que afectan la recaudación fiscal, con serios pasivos ambientales, pobre valor de retorno y débil eslabonamiento industrial.

UNA POSIBILIDAD DE DESARROLLO

En verdad, la posición del cura Arana queda resumida en estas afirmaciones, que comparto en cierta medida, en el sentido que la actividad minera constituye una posibilidad de desarrollo para el país. Así, se afirma que: “La minería es una actividad económica no sostenible, de alto impacto ambiental, de escasa posibilidad de generación de empleo por los altos niveles de tecnificación que tiene, sin embargo por los volúmenes de inversión, por los impuestos a la renta y regalías que pueden pagar, efectivamente podrían hacer que la minería sea una posibilidad de desarrollo para el país, pero hoy esas condiciones no se cumplen y son reclamadas por la población, por eso que no es casual que en los lugares donde hay más minería hay mayor conflictividad social”.

Sin embargo, cuando expresa que la minería es una “actividad no sostenible de alto impacto ambiental...”, se expone un pensamiento crítico fundamentalista contrario a toda extracción minera. En tal sentido, habría que hacer la distinción entre la minería formal, en especial de la gran minería transnacional, aquí pienso en Minera. Antamina, Cerro Verde o Minera. Tintaya que tienen en la seguridad ambiental y social una exigencia de sus propios accionistas, en códigos de conducta empresarial. Evidentemente otro sería el caso de la minería mal llamada informal, que contamina impunemente con mercurio, los ríos, lagos y lagunas.

La sostenibilidad de la actividad minera dependerá de la regulación de parte de los organismos del Estado, en ese sentido, la debilidad estatal en la fiscalización minera constituye el caldo de cultivo para el desenvolvimiento de una actividad minera depredadora del medio ambiente, con condiciones mínimas de respeto ambiental y con fuertes pasivos ambientales.

Por ello, la sostenibilidad de la actividad minera en nuestro país resulta lamentable, esto provocada por la inopia y debilidad ambiental en los organismos reguladores, cuando por ejemplo se le restan responsabilidades al Osinergmin en sus capacidades fiscalizadoras, como ha sucedido con el DS-001-2010, donde se transfiere la supervisión minera al Organismo de Fiscalización y Evaluación del Ambiente (OEFA) del recién creado Ministerio de Medio Ambiente.

En los países donde la minería es una “palanca del desarrollo” se tiene una regulación fuerte, con autonomía administrativa, política y económica para supervisar y fiscalizar a las empresas. En cambio en nuestro país la debilidad provocada en la regulación ambiental es de tal naturaleza que constituye una fuente permanente de los llamados conflictos sociales.

¿QUÉ CONDICIONES DEBE TENER?

Resulta positivo que se debatan las condiciones que debiera tener la actividad minera para convertirse en una palanca del desarrollo. Si bien las comparto todas, señalaría la necesidad de un Proyecto Nacional de Desarrollo y un mínimo consenso social-político que haga posible el cumplimiento de las condiciones que se han experimentado con éxito en otros países. En última instancia, importa la capacidad endógena de desarrollo y la vocación nacional para superar el subdesarrollo por parte de nuestras clases dirigentes, este a mi parecer constituye un problema por su ausencia.

Debe tenerse presente la experiencia estatal minera de los años 70 y 80 del siglo pasado sobre todo durante el Gobierno de las Fuerzas Armadas, donde con todos sus defectos y debilidades se avanzó en políticas de valor agregado con la construcción de las refinerías de cobre en Ilo y la refinería de zinc de Cajamarquilla, financiadas con un fuerte endeudamiento externo. Se tenía el monopolio del comercio exterior a través de Minpeco, y el Estado tenía una presencia agresiva en la actividad minera con Centromín, Hierro Perú, Minero Perú, etc.

En tal sentido, cabe preguntarse sobre las razones que llevaron al fracaso del modelo de acumulación estatal, para no reproducir los mismos errores, pues la gestión ambiental de las empresas del Estado no se diferenciaba en sustancia de la actividad privada, al margen de la gran dosis de corrupción y politización de la administración.

En tal sentido, el líder del movimiento Tierra y Libertad afirma que:

“Debemos aprender de aquellos países desarrollados que han tenido en la minería un importante reglón de su desarrollo económico, por ejemplo en Canadá, Sudáfrica, EEUU o Alemania, en dichas experiencias hubo tres condiciones importantes para que la minería contribuya al desarrollo.

Una primera es la inversión tecnológica. El dinero proveniente de la minería se utilizó para desarrollar ciencia y tecnología no sólo para el sector minero, pero eso no ocurre en el Perú, porque buena parte de lo que se obtiene de la minería se remesa al exterior a las casas matrices de las empresas. Además, la inversión en ciencia y tecnología en el país es una de las más bajas en América Latina.

La segunda condición: el valor agregado, aspecto que no se tiene en el país; seguimos exportando principalmente concentrados, y en el caso del oro se vende como doré, mientras que la mayor refinación ocurre en Inglaterra, Suiza o EEUU, así gran parte de la cadena de valor está fuera del país, aún cuando tenemos un enorme potencial en orfebrería.

La tercera condición: diversificación de la economía; con la renta proveniente de la actividad minera se apoyó al desarrollo de otros sectores como la industria automotriz en EEUU, o se aplicó fondos de inversión para el desarrollo forestal en Canadá, o para el desarrollo de un conjunto de industrias que se han convertido en industrias de punta y competitivas en el mercado mundial”.


POR UNA MAYOR CAPITALIZACIÓN SOCIAL

Se trata de un tema central. Para que la minería se convierta en una palanca de desarrollo económico y social a nivel local, regional y nacional, debiera haber una mayor capitalización que se estima por la más alta participación del “valor de retorno”, que significa una mayor tributación real de las empresas por medio de impuestos y rentas, regalías, derecho de vigencia. Una integración de mercado con la industria, con eslabonamientos hacia atrás (a quién le compra la minería) y eslabonamiento hacia adelante (a quién le vende la minería), superando los enclaves económicos existentes. Un indicador real del pobrísimo eslabonamiento industrial es el bajo consumo interno de los minerales extraídos en el Perú. Ni el 5% del oro o cobre producido en el país se transforma por la industria local, exportando mayormente concentrado como en los años veinte del siglo pasado. ¿Cuánto cobre, zinc, plata o acero se consume por persona?

Por último, un mayor valor retorno, implica sueldos y salarios acorde con la productividad, la rentabilidad y la globalización de las relaciones sociales de producción y distribución, superando las remuneraciones mineras que constituyen una fracción a las vigentes a otros países. Peor aún, los regímenes de contrata con la explotación de la fuerza de trabajo constituyen una práctica común, en la mediana y pequeña minería en especial, que abarata los salarios a límites infrahumanos.

Una mayor capitalización social de la minería no implica la participación del Estado con empresas públicas. Esta experiencia la pueden reproducir otros países como la Venezuela de Hugo Chávez o la Bolivia de Evo Morales con modelos económicos que no resultan sostenibles en el tiempo. Es más, esas experiencias se han aplicado en nuestro país y han significado mayor corrupción y pobreza.

Por ello, una regulación moderna con un Estado y un gobierno democrático de prácticas transparentes, puede negociar con las empresas mineras, transnacionales y de la mediana minería, para exigir una mayor contribución por medio del abono de las regalías mineras sin excepción, por el cumplimiento de un real canon minero como participación sobre el valor del producto minero. Una negociación estratégica que regule las especulaciones de las empresas junior en los mercados internacionales. En tal sentido, cabría preguntarse ¿Cuánto ha percibido el Estado por la venta de las acciones sobre el Proyecto Toromocho al pasar de manos de Minera Perú Copper a la empresa Chinalco, por valor superior a los 700 millones de dólares? Nada.

Por tanto se requiere de un Estado que defienda el valor de los recursos naturales no renovables como los productos mineros que no tienen sustituto ni sucedáneos. Exigir una mayor contribución social supera los límites del abono del impuesto a la renta, pues no se está pagando por el agotamiento ni por la explotación de un recurso no renovable.

En tal sentido, el cura Marco Arana tiene razón cuando exige el cumplimiento del pago sin excepciones de las regalías mineras, por parte sobre todo de la gran minería que opera en el país como Minera. Antamina, Minera. Yanacocha, Minera. Cerro Verde o Minera. Tintaya, que se escudan en los contratos de estabilidad jurídica y administrativa, afectando los ingresos fiscales y regionales. En tal sentido, afirma que:

“Se debe ampliar la base tributaria; debe haber un estándar para que todas las empresas mineras paguen regalías, y no como ahora que sólo unos cuantos pagan porque tienen un acercamiento mayor al Estado; las empresas deben salir a explicar a la población porque algunas pagan y porque otras no.

Otra medida sería la restitución del canon minero, recordemos que el canon es el pago por la extracción del mineral. Las empresas mineras no están pagando canon minero porque sólo pagan impuesto a la renta y de ese pago el 50% va para las regiones, pero como actividad económica no pagan por la extracción del mineral.

Seremos respetuosos de los contratos de estabilidad jurídica y tributaria, pero revisaremos cada uno para ver cuáles pueden haber sido dolosos y lesivos para el Estado, en renegociaciones a favor de las empresas, ampliando sus plazos o introduciendo otras normas que les son más benéficas. También desde el Estado podemos revisar los contratos y llegar a un nuevo acuerdo según niveles de precios para que aporten más las empresas cuando los precios les son favorables”


En verdad, este nuevo credo minero representa el pensamiento crítico que supone una nueva política económica, un patrón de acumulación alternativo a las políticas de libre mercado que son las grandes responsables de la crisis financiera mundial y de la pobreza en nuestro país. Hoy más que nunca debiera recordarse la frase de José Carlos Mariátegui, sobre la necesidad de “Peruanicemos el Perú”, con una mayor capitalización social de la minería con canon y regalías.


Nota del autor : Los extractos citados corresponden a una entrevista efectuada por la Revista de Minería, Energía e Hidrocarburos AllpathayaPerú, publicada en la edición nº 5 de enero 2010.



*Director Grupo Editor del Norte

Otra vez la sangre llega al rio


  


Por Lucio Agustin Torres *


En entrevista al diario El País de España, el presidente peruano Ollanta Humala, ante una pregunta sobre su posición ideológica, dijo: “Yo no soy de izquierda. Yo soy un nacionalista que ha recogido las banderas de la justicia social. En realidad, esa división entre izquierda y derecha es algo del pasado. Esas divisiones entre izquierda, derecha y centro están obsoletas, Yo soy de abajo, y ahora soy de todos”
El curso de los acontecimientos sobre los conflictos sociales, primero conga y ahora tintaya, sumados a la centena de conflictos sociales  dejados  por el gobierno corrupto de García, es la mejor manera a determinar, el desempeño  y la forma  como este gobierno, que se presento como alternativa de transformación en la época de elecciones, una vez en el gobierno ; actúa como los anteriores periodos(Fujimori, Toledo, García) criminalizando la protesta social, con los resultados sangrientos que conocemos. Otro elemento a tomar en cuenta es que la mayoría de estos conflictos sociales son mineros, medio ambientales, es decir los actores son comunidades nacionales, cuya lucha es por sus tierras, agua, biodiversidad y de otro lado empresas nacionales e inversiones extranjeras, ávidas de sacar el mayor provecho de los recursos naturales que tiene el País.
Nuestro País posee en efecto considerables reservas, cuya explotación se vuelve rentable a medida que el precio internacional de los metales en el mercado internacional se incrementa. En este contexto, los gobiernos sucesivos han implementado progresivamente, desde 1990; una serie de reformas destinadas, en primer lugar, a facilitar las inversiones orientadas a la explotación de los recursos mineros, y; en segundo lugar, a mitigar los impactos negativos que tuviera esta explotación. (Otra vez la apuesta por un modelo económico primario-exportador).
Tintaya, dos muertos, decenas de heridos (población civil y fuerzas del orden) estado de emergencia - La situación de frustración y malestar de la población se debe precisamente al incumplimiento del convenio marco de parte de la empresa. Este convenio plantea 21 puntos, sobre todo, referidos a trabajo, salud, cuidado del medio ambiente y protección de los derechos humanos. Uno de los incumplimientos de la empresa es no haber realizado monitoreo ambientales permanentes y participativos. Por otro lado, hay maltratos físicos permanentes contra los dirigentes del Frente Regional de Espinar. Una de las peticiones que la población ha esgrimido como fundamental es el cambio de gerentes de relaciones comunitarias, quienes en lugar de salir a dialogar durante estos conflictos, se repliegan para sacar a mil efectivos de la policía que proceden generalmente de manera bastante violenta como este pasado jueves, que han torturado a varios jóvenes, luego los han encerrado en la zona llamada “7 esquinas”, y ha tenido que ingresar el mismo director del Hospital Regional de Espinar para sacarlos en ambulancias.
Siguiendo con la lógica del presidente Ollanta Humala que en la entrevista dice: “que es de abajo” pero, gobierna para los de arriba.
La rabia y el descontento de  tintaya, es la desilusión de millones de peruanos que vieron en este gobierno un cambio, cada día alejándose más. Es decir pura Traición.


*Director del Grupo Editor del Norte.

lunes, 28 de mayo de 2012

¿Es la crisis económica, razón de una nueva Guerra?


  


Por Lucio Agustin Torres


Reza un adagio popular: “Cuando rio suena, porque piedras trae”-otra vez con mayor insistencia se lee, escucha, y vemos en las cadenas televisivas, periodísticas y cables de noticias, la posibilidad de un nuevo conflicto guerrerista, esta vez con Irán; País en la mira.
Todavía está fresca en nuestra memoria, la mentira utilizada para justificar la guerra contra Irak. Y la “operación libertad duradera” guerra que se lleva a cabo desde el 07 de octubre del 2001 hasta la actualidad en Afganistán.
Pero, ¿Cuál es la razón para que el mundo viva los últimos tiempos, en un estado de Guerra constante?
Según analistas, razones hay varias: a)Tener que mantener activa la industria bélica ,b) Mantener planes geopolíticos-estratégicos de territorios y de riqueza sobre los demás Países, c) Control de los recursos naturales(gas y petróleo) d)La crisis económica, etc. Nosotros queremos analizar esta última razón: La crisis económica.

Las consecuencias económicas de la guerra mundial

La guerra tuvo unas consecuencias económicas profundas y duraderas, al poner fin al orden económico internacional, existente desde la segunda mitad del siglo XIX. Tras el final de la primera guerra mundial, Estados Unidos experimentó un fuerte crecimiento económico, desplazando a Gran Bretaña del liderazgo económico mundial. La Gran Depresión fue una crisis económica mundial que se prolongó durante la década anterior a la Segunda Guerra Mundial. Su duración depende de los países que se analicen, pero en la mayoría comenzó alrededor de 1929 y se extendió hasta finales de la década de los años treinta o principios de los cuarenta. Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a más países de las sufridas en el siglo XX. En el siglo XXI ha sido utilizada como paradigma de hasta qué punto puede disminuir la economía mundial.
Finalmente, Estados Unidos entró en guerra en plena crisis, convirtiéndose en una economía dirigida hasta su final, tras el cual el país pudo salir definitivamente de la tan prolongada depresión. En la actualidad vivimos en una coyuntura muy delicada, que podría guardar algún paralelismo con los acontecimientos arriba descrito.
Sin embargo, la realidad de hoy; es que…50 millones de estadounidenses necesitan sellos gubernamentales de alimentos para poder comer, 45 millones no tienen seguro médico y tiene el sistema de salud más caro del mundo. Esto explica el que en el año 2002 más de un millón estadounidenses compraban medicamentos en Canadá”. 5 Millones de familias los bancos le han embargado sus casas y otras 13 millones están en proceso para el 2014. En el país más rico del mundo, hay 3 millones de personas que no tienen casa (homeless), viven literalmente en las calles y los albergues no dan abasto para el número creciente de de ambulantes. El desempleo es 8.1 %, según cifras del gobierno. A esta realidad se suma el hecho de que en EE.UU., con una población de 300 millones, 400 familias solamente, del total combinado de riquezas e ingresos han acumulado la enorme cifra de $1.57 trillones de dólares. Poseen más del 50% de la riqueza de toda la población. Esta radiografía muestra que EE.UU. se ha convertido en una nación llena de pobres y desigualdades. ¿Estará el País listo para afrontar una tercera guerra Mundial? ¿Será la guerra, salida a la incapacidad de las autoridades encargadas de la economía? Van cinco años de crisis económica, y no hay recuperación real.
Nuestra preocupación está fundamentada en la denuncia, realizada esta semana Por Dennis Kucinich, representante del congreso EE.UU.donde advierte que: El Congreso estudia esta semana dos documentos legislativos relacionados con Irán. El primero debilita una solución diplomática con Irán y reduce los obstáculos para la guerra. Se espera que la Cámara vote la H.Res. 568. Leed la resolución. La Sección (6) rechaza cualquier política de EE.UU. de esfuerzos para contener un Irán con capacidad de armas nucleares. Y la segunda; H.R. 4310: Autoriza la guerra contra Irán y prepara a las fuerzas armadas para ella. ¿Estaremos ad puertas de una nueva acción bélica?, esta vez al mando, nada menos del Premio Nobel de la Paz. Esperamos estar equivocados.


 * Director del Grupo Editor del Norte

domingo, 13 de mayo de 2012

Perú: una mirada a los salarios y el empleo.


  


Por Lucio Agustin Torres *


El ego colosal del ex presidente Alan García no solo es criticado en el Perú, ahora lo es también a nivel mundial. Su visionario optimismo sobre el crecimiento de la economía mundial fue derrumbado en pocos segundos por expertos extranjeros, panelistas del programa Oppenheimer de CNN en español, quienes aseguraron que el ex mandatario “vive en otro planeta” y lo tildaron de “desinformado”. Este hecho sucedido hace unas semanas atrás, nos brinda la oportunidad de referirnos a temas económicos que no se habla en periódicos –tergiversados por demagogos como García.
A pesar que en la última década, la producción de bienes y servicios en el país casi se ha duplicado –principalmente debido al aumento de la productividad, el salario mínimo real tan solo creció 1 por ciento, y el salario medio real 0.9 por ciento. Es decir, hubo más plata pero se repartió peor, lo que confirma que “crecimiento económico” no es igual a “bienestar de la población”.

Precisamente, la parte más política de la economía es la distribución del excedente, que tan solo tiene tres destinos posibles: utilidades, impuestos y salarios. De estos tres, lo que más ha crecido en el Perú son las utilidades de las empresas, pues tanto la presión tributaria, como la participación de los salarios en el PBI se mantienen en niveles bastante bajos.

De cada 100 soles que se producen en el Perú, solo 15.3 van a la caja fiscal vía impuestos (presión tributaria 2011) y 21.2 a los trabajadores vía salarios, mientras que 63.1 representan las ganancias del capital y en menor medida (10%) la de los independientes (excedente de explotación).
En el caso de los salarios, la falta de mecanismos periódicos y previsibles de aumento de las remuneraciones en relación con inflación y productividad; y la satanización de los sindicatos y –en consecuencia- la práctica desaparición de la negociación colectiva, convierte cada aumento salarial en una intensa lucha hasta ahora perdida por los trabajadores.
Esa derrota del campo laboral se ha intensificado conforme la economía ha ido creciendo más, lo que configura un escenario de desigualdad creciente. La participación de los ingresos de los trabajadores como porcentaje del PBI ha caído de 25.1 a 21.2 por ciento en la última década y ni que decir si tomamos como punto de partida el año 1990, cuando los trabajadores se quedaban con el 30.1 por ciento de la torta del PBI.

Para entender este indicador podemos decir que de cada 100 soles que se producen hoy en el Perú, 21 soles con 20 céntimos equivalen al salario de los trabajadores, mientras que hace 10 años, antes de la bonanza, ese salario equivalía a 25 soles con 10 céntimos, y hace 20 años equivalía a 30 soles de cada 100.

Si eso sucede en el sector del empleo formal, la gran parte de la Población Económicamente Activa (PEA) ocupada que se encuentra en el subempleo o informalidad laboral, además afronta la ausencia de cobertura de seguridad social de salud y pensiones, entre otros beneficios sociales.
Esa es la paradoja del crecimiento con desigualdad, la misma que explica que a pesar del llamado “milagro económico peruano” cada vez más peruanos y peruanas busquen oportunidades en el extranjero. En efecto, ni en los años en que la bancarrota fiscal, la hiperinflación y la guerra interna parecían acabar con el país, teníamos a tantos compatriotas migrando. A fines de los ochenta e inicios de los noventa, salían del país aproximadamente 50 mil peruanos anualmente a buscar trabajo en otras latitudes. Esa cifra se ha multiplicado por cinco en la actualidad, es decir 250 mil personas salen anualmente del territorio peruano a buscarse la vida.

Es que puede haber más trabajo, pero los salarios son lamentables. Desde la mano de obra menos calificada hasta la más calificada, o dicho de otro modo, desde el trabajo doméstico hasta el trabajo de un cirujano se remunera mucho más en países incluso vecinos con menor crecimiento que el Perú.(Cholo  Barato).

Además de exportar materias primas, terminamos exportando gente, y mucha de ella con talento. Y pensar que muchos compatriotas creen en las recetas del “vendedor de cebo culebra”.


* Director Grupo Editor del Norte.




ANEXO

                                                                           CUADRO 1




                                                                      CUADRO 2 

 

Graduados y un Futuro Incierto


  


Por Lucio Agustin Torres *


Estamos en una época de crisis, en una época de austeridad, en un tiempo donde los pobres están siendo más pobres y los ricos más ricos a un ritmo tan acelerado que en cualquier otro momento en la historia reciente de los EE.UU. En un anterior editorial escribíamos que la crisis atacaba a los más débiles, entre ellos los jóvenes, terminando sus estudios por esta fecha y con un futuro incierto, por los altos costos de educación superior.  ¿Sabia usted, por ejemplo; amigo lector -que la deuda estudiantil universitaria es de 1 Trillón de dólares?

Un Poco de Historia

Durante la presidencia de Ronald Reagan, él lanzó un ataque masivo contra la ayuda federal a los estudiantes. El presupuesto de Reagan incluyó una propuesta que reducía profundamente la ayuda en dos programas principales, las concesiones Pell y los Préstamos Estudiantiles Garantizados, para reducir agudamente o eliminar una serie de programas categóricos en la alta educación, y eliminar un grupo de programas sociales o económicos que directamente o indirectamente afectaban a la alta educación. Con raras excepciones, casi todos los colegios y universidades serían afectados por los cortes propuestos que comenzarían en el año académico 1981-82. Al cortar estos programas de ayuda a los estudiantes, Reagan fue contra el espíritu del Acta de la Oportunidad para una Alta Educación de 1965, cuya meta principal era asegurar que una educación universitaria era accesible, para los jóvenes de clase media de este País. Además de esto, él apuntó con eficacia a la gente de bajos ingresos y clase media que necesitaba la ayuda para poder seguir una educación universitaria. El Congreso procuró decretar enmiendas al proyecto de ley que permitiría que ambos programas continúen hasta 1985 y amplió programas tales como el de Préstamos Estudiantiles Garantizados a las familias de la clase media. La enseñanza superior no garantiza un puesto de trabajo en EE. UU. De hecho, más de la mitad de los universitarios recién graduados se encuentran sin empleo o son subempleados, según las últimas estadísticas analizadas por Associated Press. 53,6% de los estadounidenses con un título de licenciatura y menos de 25 años están sin trabajo o buscan desesperadamente empleos a tiempo completo. En total, alrededor de 1,5 millones de jóvenes estadounidenses no encuentran trabajo o se contentan con un número limitado de horas de trabajo por un salario correspondiente.

Al mismo tiempo, el monto adeudado de los préstamos pendientes de pago por educación ya supera la cifra total de la deuda de tarjetas de crédito en Estados Unidos. Cada vez más estadounidenses se persuaden de que una licenciatura resulta ya no es tan indispensable para medrar en la vida. Por eso un gran número de universitarios recién graduados optan por ocupaciones que exigen únicamente la educación secundaria o ni eso.

Las últimas cifras muestran una caída considerable en los empleos disponibles para jóvenes adultos con educación superior. Los analistas sugieren que la tendencia va a empeorar, con sólo tres de 30 ocupaciones en 2020 condicionadas a licenciatura. El informe también indica que los avances tecnológicos desde el año 2000 han eliminado y seguirán eliminando trabajos de nivel medio que pueden ser reemplazados por las computadoras. Lo que habrá es un gran número de puestos vinculados con el trabajo físico.

Además, cualquier crecimiento de aquí en adelante podría ser catastrófico para los bolsillos de los jóvenes estadounidenses. No en vano, el mes pasado se reveló que la deuda de préstamos estudiantiles alcanzó, de costa a costa, la cifra de un Trillón de dólares.
Paul Krugman premio nobel de Economía 2008 y catedrático de la Universidad de Princeton, en un reciente artículo sobre el tema nos dice:” deberíamos dar marcha atrás en las políticas de austeridad que, a efectos prácticos, están constriñendo la economía estadounidense (los recortes estatales y locales sin precedentes que han estado castigando con especial dureza a la enseñanza).
Sí, ese cambio político radical costaría dinero. Pero negarse a gastar ese dinero es insensato y corto de miras incluso desde un punto de vista puramente fiscal. Recuerden: los jóvenes no solo son el futuro de Estados Unidos; también son el futuro de la base tributaria.
Es terrible desaprovechar una mente; pero desaprovechar las mentes de toda una generación lo es todavía más.”



* Director del Grupo Editor del Norte.