Amigos lectores, este primer artículo está dedicado a un tema del que poco se habla, siendo parte vital del crecimiento de la Economía y del desarrollo de la familia. Nos referimos a los salarios y el empleo. Todos sabemos por noticias a través de los diferentes medios de comunicación, de la crisis económica mundial que a nosotros nos ha tocado vivir. Es a través de este marco teórico donde se puede analizar el salario y el empleo, donde crisis periódicas del sistema económico producen desempleo y disminución del salario.El desempleo es una preocupación insoslayable de las autoridades y del pueblo en general. Con frecuencia, el desempleo conlleva a una dilapidación de recursos humanos que de otro modo podrían estar produciendo bienes y servicios para satisfacer las necesidades de la sociedad. Al mismo tiempo puede significar extrema penuria personal para los trabajadores cesantes y es, en consecuencia, una preocupación social fundamental.
En términos de estadística los números son preocupantes, se habla según cifras oficiales de 10% de la población económicamente activa (PEA ) , sin embargo existe otros números donde se incluye segmentos de la población que solo trabaja tiempo parcial, otros parados que ya no buscan trabajo.
Es importante señalar que una gran parte de los trabajadores desempleados se concentra en los Estados más afectados por el colapso de la burbuja sub-prime, como California o Florida. Trabajadores en estas regiones no sólo tienen que lidiar con la pérdida de su empleo, y por tanto de su cobertura de salud, sino que también se enfrentan a una reducción en los servicios sociales públicos locales, tales como educación y seguridad, en la medida en que los Estados han procedido a recortar sus gastos con el fin de equilibrar sus presupuestos. Este panorama es aún más sombrío en el caso de los propietarios de hogares quienes, seducidos por las falsas promesas de los bancos, decidieron comprar una vivienda en medio del auge del fenómeno sub-prime, sólo para quedar frente a la cruda realidad de la rápida disminución de los precios de sus viviendas y el aumento de las primas en sus hipotecas. Debido a esta combinación letal de pérdidas de empleo y disminución del valor de sus propiedades, se espera que unos 25 millones de propietarios de viviendas enfrenten un proceso de desalojo en el año 2011.
Aún más preocupante, no hay señales de esperanza en el horizonte. Aunque la recesión técnicamente ha terminado, según su definición estadística, es altamente probable que las pérdidas de empleo continúen durante los trimestres siguientes, tal y como ocurrió en el caso de la recuperación de la recesión del año 2001. En ese episodio, aunque la recesión se dio por terminada en el primer trimestre del 2002, el desempleo no alcanzó su pico sino hasta el tercer trimestre de 2003, momento en el cual la burbuja sub-prime ya se encontraba en marcha. En la crisis actual, el pronóstico oficial de la CBO (Congressional Budget Office, Oficina del presupuesto del Congreso) estima que la tasa de desempleo llegará al 10,2% en 2010, para luego descender paulatinamente a un 9,1% en 2011 y un 7,7% en 2012. Estimaciones independientes son más sombrías en sus proyecciones. David Rosenberg espera, por ejemplo, que la tasa de desempleo en 2010 llegue a superar el récord establecido en 1982, afectando así a casi 17 millones de trabajadores.
Con relación a los salarios, estos se encuentran estancados sin que alguna organización de trabajadores, uniones sindicales puedan haber logrado una mejora para el trabajador, estamos hablando de los que tienen representación sindical, pero la gran mayoría de trabajadores no tienen esos privilegios, por ejemplo de los que pasan horas de angustia para recibir la oportunidad de una jornada de trabajo a través de las agencias de servicio, en muchos casos las 40 horas regulares bajan a 32 horas.
La reducción de horas de trabajo y de ingresos son las nuevas medidas que sufren los millones de trabajadores, ante el desconcierto y la merma de ingresos familiares.
Sin duda el ingreso de una persona tiene que estar acorde al costo de vida, recuerdo cuando tenía pocos meses de estar en este País, hace dos décadas, cuarenta dólares significaba la compra en el supermercado para el mantenimiento de una semana, a una familia de cinco personas. Hoy esa misma compra equivale a trescientos cincuenta dólares.
No estamos incluyendo el pago de renta, movilidad, y de servicios varios que cualquier familia necesita para poder vivir. La pregunta de rigor es ¿Puede una familia vivir con el ingreso general de un mil cuatrocientos dólares al mes?
Dura realidad que cargan sobre sus espaldas la mayorías de trabajadores, y los desempleados…como hacen?
Editor del Norte
La publicacion total o parcial de este articulo, es con autorizacion del autor.
Publicado en la edicion impresa de Alternativa ; 25 Mayo, 2010