Por Lucio Agustin Torres. *
Utilizando con un doble sentido el concepto de la
“seguridad nacional” —la seguridad de que a la población civil se le está
despojando de sus derechos para que no interrumpa con las decisiones de los de arriba—
los dueños del poder están construyendo un cerco de leyes (sic) para controlar
firmemente a las grandes movilizaciones (movimientos ocupa- inmigrantes, etc.)
que se han extendido a lo largo y ancho de la Unión Americana.
A la ya conocida Acta de Autorización de la Defensa
Nacional, firmada por Obama el 31 de diciembre pasado y que permite la
detención indefinida sin juicio, hasta otros proyectos de ley que están en el
Congreso y que proponen aplicar la mencionada Acta a los ciudadanos
estadounidenses o retirarles su ciudadanía si son sospechosos de “terrorismo”,
pasando por la “autoridad” que tiene el presidente de ordenar la eliminación de
un ciudadano estadounidense “sospechoso” de ser terrorista, ahora se suma una
nueva ley que acabará con las protestas ciudadanas en las calles.
La nueva legislación es la HR347, el Federal Restricted
Buildings and Grounds Improvement Act of 2011, también conocida como “El
proyecto de ley del traspaso”, que fue firmada como ley por el Presidente Obama
el pasado 8 de marzo. Esta ley
criminaliza eficazmente las protestas y, qué duda cabe, afectará directamente a
los grupos y movimientos de protesta como Ocupemos Wall Street.
Esta legislación establece que cualquier persona que con conocimiento “entre o permanezca en cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido sin la autoridad legal para hacerlo”, con el “intento de impedir o interrumpir las acciones del gobierno o labores oficiales, y se involucra en una conducta desordenada o interfiere dentro, o cerca a, cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido” o “impide o interrumpe la conducta ordenada de las actividades del gobierno o de las labores oficiales”, serán castigados con una multa o “o el encarcelamiento por no más de 10 años, o ambos”.
Esta legislación establece que cualquier persona que con conocimiento “entre o permanezca en cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido sin la autoridad legal para hacerlo”, con el “intento de impedir o interrumpir las acciones del gobierno o labores oficiales, y se involucra en una conducta desordenada o interfiere dentro, o cerca a, cualquier edificio o terreno (de acceso) restringido” o “impide o interrumpe la conducta ordenada de las actividades del gobierno o de las labores oficiales”, serán castigados con una multa o “o el encarcelamiento por no más de 10 años, o ambos”.
Para casi todos nosotros, la "seguridad
nacional" de los EE.UU. implica políticas y prácticas alejadas de nuestra
experiencia personal. Lo que sabemos sobre este tema proviene en su mayor parte
de lo que vemos en la televisión o leemos acerca de él en los periódicos. Consecuentemente,
tendemos a caer presa de la desinformación. El asunto radica que, Una ola de
indignación recorre el mundo hoy, sus repercusiones se sienten desde el Medio
Oriente y Europa hasta Estados Unidos, Latinoamérica y el Caribe. Es un
grito de hastío contra la corrosión de las bases democráticas en nuestros
países, perpetuada por una avariciosa alianza entre las clases dirigentes y las
corporaciones trasnacionales que las sostienen. Nosotros como latinos
residiendo en EEUU no solo vivimos en carne propia la creciente falta de
oportunidades económicas, además somos blanco olvidado de una sociedad que se
lucra de nuestro trabajo pero nos niega los derechos humanos más básicos.
Nuestras familias indocumentadas viven bajo la incertidumbre que un ser querido
sea arrebatado de nuestro lado en cualquier momento o un patrono sin escrúpulos
nos robe los salarios. Nuestros hijos son sujetos de discriminación racial,
blancos de los rastreos policíacos y prohibidos de gozar de las mismas
oportunidades universitarias de sus demás colegas de escuela. Confunden nuestro
esmero por sostenernos, con la aceptación tácita de estas condiciones
precarias. El tiempo de la indignación ha llegado, estimado lector; rechacemos
leyes como HR347.
Director Grupo Editor del Norte*