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miércoles, 2 de noviembre de 2016

CAMBIO DE PARADIGMA ANTE UNA CRISIS SISTEMICA




L A T - EDITOR


"El moderado es fuerte con los débiles y débil con los fuertes", escribió Darío Fo (dramaturgo, actor italiano, premio nobel literatura 1997). Y su compatriota Marco d’Eramo, refiriéndose también a la moderación, añadió: "Es curioso que, en política, el término 'moderado' haya adquirido una connotación positiva, mientras que resulte negativo en otros ámbitos de la vida, sobre todo en forma adverbial: si una persona es moderadamente inteligente, no queremos decir que es un genio". Aun así, muchos prefieren llamarse "moderados". Debe darles cierta sensación de equilibrio: ni demasiado a un lado, ni demasiado al otro. Estar ostensiblemente inclinado a un extremo puede ser motivo de caer bajo la calificación de radical, extremista, raro, excéntrico, freak. Y ya se sabe: una persona radical, para muchos, es algo no especialmente aconsejable. En cambio, ser una persona "moderada" es sinónimo de algo así como ser una persona equilibrada, ecuánime, centrada.


Y lo cierto es que necesitamos radicalidad. Necesitamos radicalidad, primero, porque la magnitud del golpe sobre las condiciones de vida de la gente requiere respuestas proporcionales al momento actual, conviene tomar consciencia ya, sin autoengaños, de que el sistema en que vivimos, no hace cierta la creencia según la cual es posible garantizar al conjunto de la población una vida digna a través de subsidios para pobres o la quimérica promesa de que el mercado de trabajo nos ofrecerá bienestar y libertad (¿realmente ese trabajo, en caso de que lo haya, nos hará libres?). Y necesitamos radicalidad, segundo, porque, en general, es bueno ir a la raíz de los problemas: un sistema capitalista que ha roto todo posible consenso social, por limitado que fuera, y que no muestra voluntad alguna de pacto nos obliga a la osadía de buscar caminos nuevos para retomar el control sobre nuestras vidas, para reapropiarnos de ellas. Los humanos tenemos que cambiar de paradigma.

Un sistema que solo beneficia a 1% de la población mundial, Hay que entender que, desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido), ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.


Las repercusiones sociales de este cataclismo económico han sido de una brutalidad inédita: 23 millones de desempleados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres… Los jóvenes en particular son las víctimas principales; generaciones sin futuro. Pero las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las abandona al borde del camino. Desde el punto de vista antropológico, estas crisis se están traduciendo por un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los electrochoques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada... Todo ello constituye un desafío para las democracias. Porque ese terror se transforma a veces en odio y en repudio. En varios países europeos, y también en Estados Unidos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el refugiado, el diferente. Está subiendo el rechazo hacia todos los "otros" (musulmanes, latinos, gitanos, subsaharianos, "sin papeles", etc.) y crecen los partidos xenófobos y de extrema derecha.

Esta crisis comenzó como una crisis financiera, tras la cual se puso al descubierto una profunda crisis de sobreacumulación y sobreproducción, compuesta por una tasa decreciente de ganancias. La crisis estaba en ciernes desde la segunda mitad de la década de 1990, y se demoró por la creación masiva de crédito y la plena incorporación de China a la economía mundial. Dado que los EE.UU. son el principal centro financiero mundial, y donde el sistema de crédito había sido impulsado hasta su “límite extremo” fue allí que la crisis, en su dimensión financiera, estalló en julio de 2007 y alcanzó explotar en septiembre de 2008. El crac que comenzó a fines de 2008 fue de naturaleza global y no sólo una “Gran Recesión” norteamericana, golpeando inicialmente a las economías industrializadas. Los países emergentes, que pensaron que permanecerían mayormente inmunes a sus efectos, más tarde perderían esta ilusión. En 2008 el capitalismo mundial, dirigido por los EE.UU., determinó que la configuración combinada de las relaciones internas y políticas impidieran que la crisis destruyera el capital ficticio y productivo de la misma manera que ocurrió en la década de 1930. La velocidad y la escala de la intervención gubernamental en 2008 por parte de los EE.UU. y los principales países europeos para apoyar al sistema financiero, y también, en forma temporal y en un menor grado, a la industria automovilística, expresan la presión directa de los bancos en defensa de la riqueza financiera y de las automotrices estadounidenses y europeas para proteger su posición contra los competidores asiáticos.


Decimos que hay crisis, en cualquier sector, cuando algún mecanismo deja de pronto de actuar, empieza a ceder y acaba por romperse. Esa ruptura impide que el conjunto de la maquinaria siga funcionando. Es lo que está ocurriendo en la economía mundial desde que estalló la crisis de las sub-primes en 2007-2008.

En realidad, no estamos soportando una crisis, sino una suma de crisis mezcladas tan íntimamente unas con otras que no conseguimos distinguir entre causas y efectos. Porque los efectos de unas son las causas de otras, y así hasta formar un verdadero sistema. O sea, enfrentamos una auténtica crisis sistémica del mundo occidental que afecta a la tecnología, la economía, el comercio, la política, la democracia, la identidad, la guerra, el clima, el medio ambiente, la cultura, los valores, la familia, la educación, la juventud, etc.

Este sistema egoísta y corrupto, En los bancos del mundo libre y en paraísos fiscales se han blanqueado miles de millones del dinero del narcotráfico, de la venta de armas y del mundo criminal. Han mantenido la opacidad de cuentas bancarias que defraudaban a las Haciendas nacionales y alteraban los precios de las cosas: desde los hidrocarburos a los alimentos, desde la construcción inmobiliaria a los medicamentos, desde la contaminación del medio ambiente con sus industrias participadas y los perversos fondos especulativos.

La etapa más salvaje e irracional del neoliberalismo tiene que ser reemplazada por otro modelo de sociedad más justo y solidario. No hay mal que dure 1,000 años ni cuerpo que lo resista.

L A T - EDITOR

sábado, 29 de octubre de 2016

Neoliberalismo, lobby y otras perlas…


Por Lucio Agustín Torres *



América Latina siempre fue aliada de Estados Unidos y los países que forman esta área del continente casi todos, sumisos a los dictados del consenso de Washington – es en los 90 que experiencias como Chile, Argentina – en su versión dictadura, y la experiencia peruana; con la asunción al poder de un outsider, se consolida la privatización de la economía, según los dictados del poder corporativo, que maneja el orden mundial.
Este mega-proceso llamado neoliberalismo económico, se estableció a escala planetaria de la manera siguiente: globalización (proceso económico de interdependencia a escala mundial de  países a  grandes corporaciones multinacionales) privatización (manejo de empresas privadas -multinacionales, relegando papel del estado en la economía de los países) oligopolizacion (concentración de la propiedad en pocas manos – corporaciones multinacionales) reprimarizacion (que los países, mantengan un modelo extractivista de recursos naturales, sin ningún valor agregado) desnacionalización ( los recursos naturales no son de los países, sino del interés comercial de las corporaciones) .

Todo esto bendecido y sacramentado por los organismos financieros internacionales, corporaciones multinacionales, y con apoyo de los países que lideran las diferentes regiones del mundo. Este triunvirato busca “civilizar “al mundo, para crear un solo mercado mundial de capitales, mercancías, conocimiento, etc. Que opera con formas similares y tutelada militarmente. Todo esto se acelera con políticas neoliberales a nivel nacional y con tratados de libre comercio a nivel continental.





Lobby

A lo largo de la historia política del Estado moderno, las corporaciones privadas desarrollan un mecanismo de presión o influencia ante el estado o cualquier poder público, el lobista es la persona que representa a un grupo de interés, influyendo en las decisiones legislativas, políticas y sobre todo económicas en beneficio del grupo corporativo a quien representa.

En el Perú, desde los noventa, representantes del sector privado, son los “técnicos” que acceden a puestos estratégicos de la economía y de poder, dentro del aparato del estado, ministerio de economía, BCR, o como ministros de sectores importantes, para facilitar que los intereses privados a quien representan, se beneficie del Estado. En un artículo anterior decíamos lo siguiente: “En los últimos veinticinco años, la economía peruana ha sido manejada por los varones de la CONFIEP (Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas) la principal cartera que maneja los destinos económicos del País, el ministerio de economía y finanzas (MEF); desde donde rige la normatividad y las políticas económicas del País, fueron ocupados por personajes de CONFIEP- elegidos como representantes directos o cercanos a la institución empresarial; presentados a la vida política con la etiqueta de “técnicos” o “independientes”, pero todos ellos fieles representantes de los intereses privados”.(1)



OTRAS PERLAS…

El Perú en el sector educativo, es el País más ignorante de américa latina, pelea el podio con Haití, y asigna para dicho sector uno de los presupuestos más bajos de la región.

Reza el dicho popular: “Cada País elige, a la autoridad que se merece” y la realidad es que los peruanos han elegido como presidente de la republica a Pedro Pablo Kuczynki (PPK) un lobista sin escrúpulos, como lo dice el periodista Cesar Hildebrandt en una columna escrita: Si quiere el incendio vote por PPK: “ PPK es un lobista sin escrúpulos, un rudo hombre de negocios que juega a ganador y ya ha obtenido bastante mezclando promiscuamente, desde sus posiciones de ministro y asesor de varios regímenes y de muchas empresas extranjeras, lo público y lo privado. Es más: yo no sé si PPK es un estadounidense de veras. Lo que sí sé es que es un cosmopolita del billete. Si mañana hubiese guerra entre Estados Unidos y China, PPK se refugiaría en la sede del Banco Mundial. O en algún guarique centroamericano del FMI o en el consulado polaco de Nueva York. Porque PPK no es el tío Sam. ¡Es papá Johns!

Y no necesito decir cuánto demoraría en asilarse en la embajada de los Estados Unidos en Lima si el Perú entrase en conflicto con algún país vecino. No está prohibido ser una omnívora piraña internacional. Lo que sí es muy mal gusto es que alguien que no cree sino en el dinero nos venga a hablar de políticas de Estado y de justicia social”. (2)

Esta es la trayectoria del actual Presidente (PPK): En 1968, con 30 años, mostró su temprana lealtad a las transnacionales. Como gerente del BCR, facilitó que la International Petroleum Company retire ilegalmente el equivalente a US$ 105 millones de dólares de hoy, cuando ya había sido nacionalizada por Velasco, y fugó a EEUU. El 82 fue presidente del First Boston Internacional, para lo que renunció a la nacionalidad peruana y adoptó la de EEUU. Hasta hace poco fue director del Credit Suisse Group AG. Promovió la ola privatizadora latinoamericana con un Fondo de Inversión privada fundado el 92 en Miami: el Latín American Enterprise Fund, asesorando a entidades bancarias y vinculándose a fondos de especulación financiera (Hedge Funds) que produjeron la crisis mundial del 2008 como el Rohatyn Group LLC, lo que no ha puesto en su currículo. Y, claro, también ha sido alto funcionario del Banco Mundial y del FMI.


Entre sus vinculaciones con empresas mineras, petroleras y gasíferas, destaca su trabajo para Hunt Oil, a la que –con Toledo y Quijandría– casi regalaron el gas de Camisea: tramitó modificar la legislación para permitirle exportar, afectando el abastecimiento nacional. La ayudó a conseguir créditos del BID y captar dinero del mercado peruano vía bonos corporativos y créditos del BCP para reunir los capitales que no tenía. PPK, sin duda, es un aliado de total confianza de la embajada de EEUU, así como de las grandes empresas mineras. Lo afirma el embajador Struble el 19 de agosto del 2005, en documento hecho público por Wikileaks. Le interesan los negocios y las utilidades, sin interferencias geopolíticas. Por ello, bajo Fujimori intervino para buscar comprar Hierro Perú en nombre de grandes capitales chilenos, ofreciendo ripio: 20% de su valor, pero los chinos ganaron. Intervino, con su Fondo de Inversiones, en la compra de Edelnor, la distribuidora de energía eléctrica en Lima. Por cierto, a precio de huevo y llevándose luego las redes de electrificación de Fonavi, casi de regalo. Y en la concesión del aeropuerto Jorge Chávez, junto a Cosapi y LAP. Como ministro de Toledo renegoció los contratos para favorecerlos más aún. Luego entró en el millonario arreglo de Camisea para exportación.(3)
CONCLUSIONES

Ahora como presidente del País, ejerciendo la máxima autoridad y el poder político, como se puede conciliar los intereses del Perú, con sus intereses personales, acaba de explotar el conflicto social “las bambas” en Apurímac, y resulta que unas de las empresas que presta servicios al proyecto minero “las bambas” el presidente es miembro del directorio de dicha empresa. En Lima se está realizando un ambicioso mega-proyecto de transporte, cuya obra es el equivalente a dos veces lo que costo la reparación del canal de Panamá, entre las empresas constructoras que participan se encuentran Grana y Montero, el presidente tiene el 25% de las acciones del directorio de dicha corporación. Hay un claro tráfico de influencias y de manejo lobista, así se ha desempeñado los últimos treinta años en los manejos públicos para favorecer intereses privados, personales y corporativos… el Perú esta notificado.


NOTAS

(1)-Economía Peruana en manos de la CONFIEP
(2)-Si quiere el incendio vote por PPK




·        Director del Grupo Editor del Norte