viernes, 19 de agosto de 2011

El descalabro continua…



Lucio Agustín Torres *

Es difícil y comprensible a la vez, entender a la mayoría de ciudadanos de este País, tener que aceptar … la economía de EE.UU. es un descalabro, como lo explica en un artículo reciente Noam Chomsky - Profesor emérito de lingüística y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, y uno de los mas re-nombrados intelectuales norteamericanos, cuyo título: Estados Unidos en Decadencia. Refleja una realidad dolorosa para millones de ciudadanos de esta nación.
A la caída de un 33% de los bienes inmobiliarios desde su pico el año 2007 (una cifra mayor a la registrada durante la Gran Depresión, que llegó al 31%), se suma el decepcionante dato del empleo. El desempleo en Estados Unidos regresó al 9,3% oficial, mientras el desempleo real (de acuerdo a Shadowstats.com) se ubica en el 22,2%. Uno de cada seis estadounidenses depende de los cupones de alimentos del gobierno. Estados Unidos está en graves problemas. Y ni siquiera el señoreaje del dólar parece salvarlo de esta nueva recaída que para la economía mundial puede ser fatal. Que la mayor economía del planeta, que el único país con el alcance militar global y donde están la mejores universidades a las que acude a estudiar gente de todo el mundo; que el dueño de la divisa internacional y el cultor de la mayor cantidad de documentos de management, marketing, creatividad, liderazgo, ciencia, medicina y autoayuda esté en una crisis de esta envergadura debe dar qué pensar.
Estados Unidos se encuentra viviendo una enorme decadencia que sobrepasa todos sus méritos artísticos, intelectuales y científicos: es la crisis de un consumismo excesivo; una crisis que sólo puede compararse a la decadencia del Imperio Romano por su enajenación y ensimismamiento. El problema es que en este tren de vida Estados Unidos arrastró a toda la economía mundial, que ahora sufre la misma enfermedad y vive el viento en contra de los altos precios del petróleo, del aumento del
precio de los alimentos y de las materias primas y de una enorme crisis de deuda originada justamente en esa etapa del despilfarro y del gran sueño, que ahora se ha convertido en pesadilla y que trata de hacerse ver como el problema más importante.
Luego de que la calificadora de riesgo Standard & Poor’s degradara la deuda pública estadounidense y en medio del continuado desbarranque de todas las bolsas del mundo, los neo keynesianos y premios Nobel de economía Joseph Stiglitz y Paul Krugman, iniciaron una cruzada sosteniendo que el problema no está fundamentalmente en la economía, sino en las “nociones económicas” y en la “extrema derecha”. “La explosión de una burbuja condujo a un estímulo keynesiano masivo que evitó una recesión mucho más profunda, pero también impulsó déficit presupuestarios importantes”, dice Stiglitz (Clarín, 6/8). “El déficit presupuestario de Estados Unidos es, después de todo, principalmente el resultado de la crisis económica que siguió a la crisis financiera de 2008”, dice Krugman (The New York Times, 8/8).
El drama de las economías estadounidense y europea es muy distinto del que aducen ambos académicos. El problema es que las intervenciones estatales más voluminosas de la historia del capitalismo mundial permitieron sólo una débil recuperación de las economías de los países centrales. En el caso de Estados Unidos con más de 3 billones de dólares en rescates que elevó la deuda pública desde el 64,4% del PBI a fines de 2007 a poco más del 100% del PBI actualmente (su nivel más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial), apenas si logró un nivel de crecimiento que recupere la caída acumulada desde 2008. Tomando el año 2007 como base 100, a finales del año 2009 la economía estadounidense estaba en 96,186 puntos, lo cual implica una caída acumulada del 3,8% (con base en los datos actualizados del Buró de Análisis Económico de Estados Unidos). Si se tiene en cuenta que el PBI creció durante 2010 un 3% y durante los dos primeros trimestres de 2011 alrededor del 0,8%, apenas estaría alcanzando a recuperar la caída.
En los Estados Unidos se respira un aire de decadencia. La extralimitación imperial, la polarización política y una costosa crisis financiera están pesando sobre la economía real. Seguimos pensando que el problema es el desempleo y la desaceleración de la economía, mas allá de cifras y datos macro-económicos, son millones de seres humanos que están sufriendo en carne propia, la ineptitud de quienes tienen a su cargo el manejo de la política económica.
Aunque en el país ya no se destruyen 700.000 empleos por mes como hace un par de años, la creación de nuevos puestos sigue siendo débil (entre 15.000 y 250.000 por mes; un ritmo saludable para bajar el 9.3 por ciento de desempleo debería ser de 300.000 nuevos puestos por mes).
Académicos y destacados investigadores concluyen, Se vienen años de incertidumbre y caos mundial .
La actual rebaja en la calificación de crédito para Estados Unidos no es una sorpresa, es simplemente la constatación de la decadencia del billete verde y de la quiebra Estados Unidos que esta vez no tendrá mecanismos para evitarla. El final de la era post Bretton Woods no hace más que dar cuenta de este declive económico del cual da cuenta el estado actual de toda la economía mundial. El descalabro continua…


Director de Blogs Alternativos en Red *