La guerra sucia y el lumpen contra las ideas

Un solo motivo me lleva a escribir algunas ideas que rondan por mi cabeza, mi solidaridad y respeto a los ciudadanos Héctor Santillán, Ana María Quispe, Manuel Cunza, Julio Muñoz.
Victimas de agravios e insultos por encargo, hecho producido a raíz de la opinión expresada de estos ciudadanos, en una serie de artículos aparecidos en diarios e internet con relación a la venida de la Congresista Keiko Fujimori. Esta es la respuesta política de la familia fujimorista.
Emplazo desde aquí a las siguientes personas conocedores de este e-mail producido por el (la) lumpen, ha pronunciarse contra este acto de vil cobardía.
Norberto Curitumai, Héctor Delgado, Dino Callegari, Romí Herrera, Liliana Bringas, Carlos Felice y Marco Achamizo.
Es una buena oportunidad de promover temas de fondo, como hacia donde queremos llevar a la comunidad peruana en esta parte de la Unión Americana. Pero esto requiere un ejercicio de reflexión y no es así como viene pintándose.
Es un hecho comprobado que la capacidad de razonar de los individuos se ve seriamente afectada cuando es interferida por fuertes emociones. La política, los intereses económicos y no el debate de ideas traen siempre estas consecuencias. De ninguna otra manera se puede leer el uso reiterado que hacen y los adjetivos que utilizan el lumpen y los maquinadores de esta guerra sucia. Este intento reaccionario tiene un profundo contenido ideológico que levanta su espada de Damocles contra la comunidad. Imagínense, un Perú donde todos los que tienen una actitud crítica son acusados de senderistas, la única pena es la cadena perpetua, la dictadura fujimorista es invención de algunos incautos y los violadores de derechos humanos caminan tranquilos por la calle y son invitados a reuniones en New Jersey.
"Soy miembro de la comunidad peruana y nunca los he elegido, ni los conozco ", nos dice esta infeliz mujer: sin embargo se atreve a nombrar sin pruebas y con una irresponsabilidad propia de su catadura moral con nombre y apellido a todas las personas que arriba he nombrado (Santillán, Quispe, Cunza, Muñoz, incluyéndome a mi)

¿Puede insultar una persona a otra sin conocerla? ¿Sera, la misma persona que escribió del email del Sr. Curitumai, con idénticas palabras con ocasión del plantón ocurrido frente al consulado peruano?
¿Cambiamos de actitud para beneficio de toda la comunidad? , o ¿nos tapamos la boca y la nariz, acostumbrándonos a convivir con la caca?

Hasta la próxima.

Lucio Agustín Torres
Editor del Norte