Por Lucio Agustin Torres *
Seis de los
17 países que usan el euro como moneda están en recesión. La economía de
Estados Unidos también está en
problemas. Y los Países emergentes –China, la India y Brasil– no están en
condiciones de salir al rescate: también les llegó la desaceleración. La sombra que se alarga sobre la economía
global atraviesa su peor momento desde 2008 - refleja una de las consecuencias
de la globalización: no hay dónde esconderse. Hoy,
las economías del mundo están interconectadas como nunca antes, lo que implica
que cuando una región se debilita, las otras también. Por eso la desaceleración
europea está perjudicando a las fábricas chinas, y por eso esas fábricas chinas
están comprando menos hierro brasileño.
El último
revés a la economía global lo asestó China hace dos semanas, al anunciar que su
crecimiento será el más bajo de los últimos tres años. En el segundo trimestre,
la segunda economía mundial creció un 7,6%, comparado con el mismo período del
año pasado, la menor tasa de crecimiento desde principios de 2009. Los países como China necesitan que sus
economías crezcan a toda velocidad para dar respuestas a su crecimiento
poblacional y a los millones de personas que abandonan las zonas rurales para
buscar trabajo en las ciudades.
El
crecimiento chino ya se desaceleró durante ocho trimestres consecutivos. Es la
desaceleración más prolongada desde que se tienen registros, en 1992, según lo
afirmó Yu Bin, investigador del gobierno.
Brasil
también tiene un problema parecido al de Estados Unidos con las deudas por
consumo: desde 2003, alrededor de 40 millones de brasileños se incorporaron a
la clase media, con un voraz apetito de consumo. Los líderes brasileños
confiaron en esos consumidores para vigorizar la economía y para protegerla de
las turbulencias externas.
Pero la
mayor parte de ese consumo fue a crédito. Y esas cuentas empiezan a acumularse.
En un informe, Capital Economics, con sede en Londres, estimó que actualmente
el pago de esas cuotas se come el 20% de los ingresos de los hogares de Brasil.
De igual
modo se oscureció el horizonte para la India, la cuarta economía mundial.
Durante el primer trimestre de 2012, su crecimiento se desaceleró a una tasa
del 5,3% anual, la más baja en nueve años.
La
desaceleración de los países emergentes podría complicar aún más la
recuperación económica de Europa y Estados Unidos. Y cuantos más pobres se
vuelvan los países ricos, más difícil será para los países emergentes recuperar
su antiguo ritmo de crecimiento.
"La
economía alemana está perdiendo impulso -no hay duda de eso- y en el tercer
trimestre la economía se va a contraer en comparación con el segundo
trimestre", dijo Joerg Kraemer, economista jefe de Commerzbank. "Las
cosas irán cuesta abajo desde aquí. La economía alemana no está tan mal como el
resto de la zona euro, pero no se puede desconectar, especialmente en la medida
en que el crecimiento en China se ha desacelerado y sigue haciéndolo",
agregó. Alemania es conocida
por su crecimiento impulsado por las exportaciones, pero la crisis europea
golpeó a su mayor mercado, constituido por los demás países europeos. Cerca de
un 40% de las exportaciones son enviadas a sus socios de la zona euro y un 60% a
los de la Unión Europea en general. China, uno de los mercados de más rápido
crecimiento de Alemania, y que representa alrededor de un 7% de las
exportaciones germanas, también se está desacelerando.
Este año
todo hace predecir un agosto de tormentas. En el caso de España será con la
soga al cuello. En el de Italia con la angustia de saber que es el próximo en
la lista.
Durante
mucho tiempo era Estados Unidos, por lejos, la primera economía mundial, era el
que sacaba de apuros a la economía global. Ahora es Estados Unidos el que
necesita ayuda. Cinco años después del final oficial de la Gran Recesión, la
economía norteamericana no logra ganar impulso. Por quinto año consecutivo, el
crecimiento se estanca después de un prometedor primer semestre. La
desaceleración global está comprimiendo las exportaciones norteamericanas, que
desde que el país salió oficialmente de la recesión, en junio de 2009,
representaron un inusual 43% del crecimiento norteamericano.
En un presagio de lo que puede venir en el otoño de 2012,
el multimillonario financiero George Soros ha vendido la totalidad de sus
posiciones de renta variable en las principales acciones financieras,
Soros, que gestiona fondos a través de varias cuentas en los EE.UU. y las Islas
Caimán, ha descargado más de un millón de acciones en las empresas financieras
y bancos que incluyen Citigroup (420.000 acciones), JP Morgan (701,400
acciones) y Goldman Sachs (120.000 acciones). El
valor total de las ventas de acciones asciende a casi $ 50 millones.
Lo que es igualmente interesante ver, como
su venta de finanzas más importantes ha sido desplazadas a la
compra de oro, la adquisición de unos 884.000 acciones (aproximadamente $ 130
millones) de Oro a través del Fideicomiso Oro SPDR. ¿Por qué
tirar más de un millón de acciones en los principales bancos y comprar más de
100 millones de dólares en oro?
A principios de este año, George Soros dijo lo siguiente
a la revista Newsweek...
"Estamos ante un momento muy difícil, comparable en
muchos aspectos a la década de 1930, la Gran Depresión. Nos
enfrentamos ahora a una reducción de personal en general en el mundo
desarrollado, que amenaza con poner una década de estancamiento de más, o algo
peor. El
mejor de los casos es una situación deflacionaria. El peor
de los casos es un colapso del sistema financiero”.
A Soros no podemos tildarlo de progresista o mucho menos,
es un capitalista; uno de los dueños del planeta, que no tiene ningún reparo en
divulgar lo que los medios de comunicación callan. Sin duda nos encontramos
ante un verdadero apocalipsis Capitalista. Estamos advertidos.
* Director Grupo Editor del Norte
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