sábado, 21 de mayo de 2011

¿Está Estados Unidos preparado para el siglo XXI?

Lucio Agustín Torres *

La mayoría de los expertos están de acuerdo en que las infraestructuras del país necesitan una puesta a punto. Algunos dicen que se necesita un planteamiento totalmente nuevo. De acuerdo con los datos del gobierno, más de la mitad de las conducciones de gas natural fueron instaladas antes de la década de los 70; lo mismo ocurre con las conducciones de líquidos peligrosos como gasolina, diesel y combustible para aviones. Y las conducciones son únicamente una parte de las enormes infraestructuras del país: carreteras, cables, líneas, conductos, desagües, satélites e interruptores que permiten que todo funcione, desde el sistema de alcantarillado hasta los correos de Facebook.
¿Por qué no se habían actualizado los equipos? ¿Qué ocurrirá si todo empieza a desmoronarse? Y la cuestión principal: ¿Está Estados Unidos preparado para el siglo XXI?
Líder mundial en nuevas tecnologías e infraestructuras en el pasado, según los expertos Estados Unidos ahora no está a la cabeza. Mientras tanto, países como China están construyendo nuevos aeropuertos, autopistas interestatales, líneas de trenes de alta velocidad y redes de telecomunicación último modelo. "Estamos perdiendo nuestro poder competitivo", advierten expertos “Invertimos masivamente hace 50 años y desde entonces no hemos hecho nada de una magnitud comparable".
En opinión de Michel-Kerjan y otros expertos, las infraestructuras son un mercado enorme que además ofrece enormes oportunidades de negocio, pero la mayoría de los empresarios e inversores suele esperar a un lado porque los proyectos son costosos, complicados y a menudo arriesgados.
Uno de los retos que se plantean es la propiedad. Por ejemplo, los 2,5 millones de canalizaciones y tuberías que se distribuyen a lo largo y ancho de las ciudades estadounidenses son gestionados por unas 3.000 empresas diferentes.
"El sentido común te dice que estos sistemas son responsabilidad del gobierno”, “pero al menos en Estados Unidos, el 80-85% son gestionados por el sector privado".
Las empresas que se centran en el corto plazo suelen intentar exprimir el máximo de beneficios de los sistemas existentes en lugar de financiar su modernización y actualización general. Mientras, las infraestructuras estadounidenses de gestión pública -carreteras, puentes, líneas ferroviarias, sistemas de tránsito-, soportan una tensión financiera tremenda porque los costes de mantenimiento han aumentado más que los ingresos fiscales. Un informe de febrero de 2009 de la National Surface Transportation Infrastructure Financing Commission advertía que, si no se producen cambios en las políticas, los gobiernos locales y estatales únicamente serían capaces de captar un tercio de los 200.000 millones de dólares anuales necesarios para mantener y mejorar las carreteras y sistemas de tránsito del país.
Este es un gran problema para el futuro económico del país, ya que en Estados Unidos el 75-80% del valor de los fletes se transporta por camión, El pasado mes de septiembre la Administración Obama proponía un programa para revitalizar las infraestructuras del país creando un banco de infraestructuras y comprometiendo 50.000 millones de dólares para reconstruir 240 millones de kilómetros de carreteras (150 millones de millas), 6,4 millones de kilómetros de ferrocarril (4 millones de millas) y 240.000 kilómetros de pistas de aterrizaje (150.000 millas). Estas cifras han de sumarse a los miles de millones del paquete de estímulo ya asignados a diversos proyectos de infraestructuras. Estimaciones de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles cifran en 2,2 billones de dólares la modernización y actualización de las infraestructuras del país en los próximos cinco años. Pero este es el punto de vista de los ingenieros -dice Inman-, los cuales simplemente contabilizan el número de puentes, carreteras y líneas ferroviarias del país y luego calculan cuánto costaría construirlos de nuevo.
Con una pérdida total de 1,2 billones de dólares en la demanda del sector privado, la opción del gobierno es impulsar la economía incurriendo en mayor déficit, o dejar la economía para que contrate y permitir que la tasa de desempleo aumenté aún más. Si los miembros de nuestras comisiones pregoneras del déficit conocieran su economía, habrían estado advirtiendo de la burbuja inmobiliaria en 2002-2006. Entonces podríamos haber evitado este derrumbe económico, y podríamos haber tenido menos déficit.
Los Estados Unidos, por ejemplo, ocupaba el cuarto lugar en la tradicional Índice de Desarrollo Humano, sólo por detrás de Noruega, Australia y Nueva Zelanda. En el nuevo índice de desigualdad ajustado, los Estados Unidos caen al 12. Así como lo leen.


Director de Blogs Alternativos *

Publicado 20 noviembre 2010.

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