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martes, 29 de mayo de 2012

Minería, conflictos sociales, un tema actual.





Por Lucio Agustín Torres *

En el 2010, Jorge Manco Zaconetti; catedrático de la universidad mayor de San Marcos y especializado en temas de minería y de energía, escribió un extenso artículo, El nuevo Credo Minero -  analizando la propuesta programática del Movimiento “Tierra y Libertad” liderado por el padre Marco Arana, a raíz de la posibilidad de ser  candidato a la presidencia de la Republica, igualmente se refería a Ollanta Humala como candidato del nacionalismo, ambos representan decía el autor; el pensamiento crítico frente al modelo económico imperante desde la década de los noventa.
Hoy ante la situación de estado de emergencia, cuatro muertos y más de sesenta heridos (civiles y policías) en Tintaya (Cuzco) otra vez los conflictos sociales son un tema actual, y el sector minero; la madre del cordero. Por su vigencia y a pesar del tiempo transcurrido presentamos este valioso documento, han cambiado de actores políticos, pero el modelo económico sigue igual como hace lustros, primario – exportador.



EL NUEVO CREDO MINERO
No debiera estar es discusión la legitimidad política del padre Marco Arana en liderar un movimiento político denominado “Tierra y Libertad” con la pretensión de alcanzar la Presidencia de la República; gracias al liderazgo alcanzado en defensa del medio ambiente, se ha constituido en una figura emblemática de la lucha de las comunidades campesinas contra la presencia abusiva de la Minera. Yanacocha en el departamento de Cajamarca. Se deduce que su enfrentamiento con las jerarquías ortodoxas de la Iglesia Católica, en especial con el Cardenal del Opus Dei será muy duro, pues al margen de la participación política del cura Salomón Bolo Hidalgo en los años sesenta del siglo pasado, en la lucha por la soberanía y el petróleo en las filas del Social progresismo, no se tiene conocimiento en nuestro país de la presencia de miembros de la clerecía en la contienda política directa.

El cura Arana con el comandante Ollanta Humala, caudillo del llamado Partido Nacionalista, representan o encarnan el pensamiento crítico frente al modelo económico imperante desde la década de los noventa. Pareciera que la “hoz y el martillo” de la izquierda tradicional, ha dado lugar a la “sotana y el sable” como símbolos del malestar popular ante un modelo excluyente, concentrador de ingresos, y que tiene como eje central su carácter primario exportador, principalmente de productos mineros.

El sector minero al margen de lo que pueda pensar el padre Arana, es el más importante de la economía peruana, por su gran capacidad de generar excedentes económicos, ingresos de exportación (divisas), utilidades, e impuesto a la renta, con los efectos multiplicadores que esto puede tener en la economía regional. En tal sentido, el lugar que ocupa la producción minera que se desenvuelve en el Perú a nivel mundial, sea el primer lugar en plata, el tercero en cobre, el quinto en oro, el tercero en zinc y plomo etc., constituyen indicadores aparentes, pues esa importancia productiva y económica de la minería no expresa ni se sustenta en el desarrollo local, regional ni nacional.

En otras palabras, los excedentes generados por la minería, utilidades y renta minera no están equitativamente compartidos con el Estado, en cierta medida son enajenados a la Nación, en razón que los beneficios son concentrados en “pocas manos”. Esta realidad se explica en gran parte por la vigencia de privilegiados contratos de estabilidad jurídica, tributaria y administrativa que afectan la recaudación fiscal, con serios pasivos ambientales, pobre valor de retorno y débil eslabonamiento industrial.

UNA POSIBILIDAD DE DESARROLLO

En verdad, la posición del cura Arana queda resumida en estas afirmaciones, que comparto en cierta medida, en el sentido que la actividad minera constituye una posibilidad de desarrollo para el país. Así, se afirma que: “La minería es una actividad económica no sostenible, de alto impacto ambiental, de escasa posibilidad de generación de empleo por los altos niveles de tecnificación que tiene, sin embargo por los volúmenes de inversión, por los impuestos a la renta y regalías que pueden pagar, efectivamente podrían hacer que la minería sea una posibilidad de desarrollo para el país, pero hoy esas condiciones no se cumplen y son reclamadas por la población, por eso que no es casual que en los lugares donde hay más minería hay mayor conflictividad social”.

Sin embargo, cuando expresa que la minería es una “actividad no sostenible de alto impacto ambiental...”, se expone un pensamiento crítico fundamentalista contrario a toda extracción minera. En tal sentido, habría que hacer la distinción entre la minería formal, en especial de la gran minería transnacional, aquí pienso en Minera. Antamina, Cerro Verde o Minera. Tintaya que tienen en la seguridad ambiental y social una exigencia de sus propios accionistas, en códigos de conducta empresarial. Evidentemente otro sería el caso de la minería mal llamada informal, que contamina impunemente con mercurio, los ríos, lagos y lagunas.

La sostenibilidad de la actividad minera dependerá de la regulación de parte de los organismos del Estado, en ese sentido, la debilidad estatal en la fiscalización minera constituye el caldo de cultivo para el desenvolvimiento de una actividad minera depredadora del medio ambiente, con condiciones mínimas de respeto ambiental y con fuertes pasivos ambientales.

Por ello, la sostenibilidad de la actividad minera en nuestro país resulta lamentable, esto provocada por la inopia y debilidad ambiental en los organismos reguladores, cuando por ejemplo se le restan responsabilidades al Osinergmin en sus capacidades fiscalizadoras, como ha sucedido con el DS-001-2010, donde se transfiere la supervisión minera al Organismo de Fiscalización y Evaluación del Ambiente (OEFA) del recién creado Ministerio de Medio Ambiente.

En los países donde la minería es una “palanca del desarrollo” se tiene una regulación fuerte, con autonomía administrativa, política y económica para supervisar y fiscalizar a las empresas. En cambio en nuestro país la debilidad provocada en la regulación ambiental es de tal naturaleza que constituye una fuente permanente de los llamados conflictos sociales.

¿QUÉ CONDICIONES DEBE TENER?

Resulta positivo que se debatan las condiciones que debiera tener la actividad minera para convertirse en una palanca del desarrollo. Si bien las comparto todas, señalaría la necesidad de un Proyecto Nacional de Desarrollo y un mínimo consenso social-político que haga posible el cumplimiento de las condiciones que se han experimentado con éxito en otros países. En última instancia, importa la capacidad endógena de desarrollo y la vocación nacional para superar el subdesarrollo por parte de nuestras clases dirigentes, este a mi parecer constituye un problema por su ausencia.

Debe tenerse presente la experiencia estatal minera de los años 70 y 80 del siglo pasado sobre todo durante el Gobierno de las Fuerzas Armadas, donde con todos sus defectos y debilidades se avanzó en políticas de valor agregado con la construcción de las refinerías de cobre en Ilo y la refinería de zinc de Cajamarquilla, financiadas con un fuerte endeudamiento externo. Se tenía el monopolio del comercio exterior a través de Minpeco, y el Estado tenía una presencia agresiva en la actividad minera con Centromín, Hierro Perú, Minero Perú, etc.

En tal sentido, cabe preguntarse sobre las razones que llevaron al fracaso del modelo de acumulación estatal, para no reproducir los mismos errores, pues la gestión ambiental de las empresas del Estado no se diferenciaba en sustancia de la actividad privada, al margen de la gran dosis de corrupción y politización de la administración.

En tal sentido, el líder del movimiento Tierra y Libertad afirma que:

“Debemos aprender de aquellos países desarrollados que han tenido en la minería un importante reglón de su desarrollo económico, por ejemplo en Canadá, Sudáfrica, EEUU o Alemania, en dichas experiencias hubo tres condiciones importantes para que la minería contribuya al desarrollo.

Una primera es la inversión tecnológica. El dinero proveniente de la minería se utilizó para desarrollar ciencia y tecnología no sólo para el sector minero, pero eso no ocurre en el Perú, porque buena parte de lo que se obtiene de la minería se remesa al exterior a las casas matrices de las empresas. Además, la inversión en ciencia y tecnología en el país es una de las más bajas en América Latina.

La segunda condición: el valor agregado, aspecto que no se tiene en el país; seguimos exportando principalmente concentrados, y en el caso del oro se vende como doré, mientras que la mayor refinación ocurre en Inglaterra, Suiza o EEUU, así gran parte de la cadena de valor está fuera del país, aún cuando tenemos un enorme potencial en orfebrería.

La tercera condición: diversificación de la economía; con la renta proveniente de la actividad minera se apoyó al desarrollo de otros sectores como la industria automotriz en EEUU, o se aplicó fondos de inversión para el desarrollo forestal en Canadá, o para el desarrollo de un conjunto de industrias que se han convertido en industrias de punta y competitivas en el mercado mundial”.


POR UNA MAYOR CAPITALIZACIÓN SOCIAL

Se trata de un tema central. Para que la minería se convierta en una palanca de desarrollo económico y social a nivel local, regional y nacional, debiera haber una mayor capitalización que se estima por la más alta participación del “valor de retorno”, que significa una mayor tributación real de las empresas por medio de impuestos y rentas, regalías, derecho de vigencia. Una integración de mercado con la industria, con eslabonamientos hacia atrás (a quién le compra la minería) y eslabonamiento hacia adelante (a quién le vende la minería), superando los enclaves económicos existentes. Un indicador real del pobrísimo eslabonamiento industrial es el bajo consumo interno de los minerales extraídos en el Perú. Ni el 5% del oro o cobre producido en el país se transforma por la industria local, exportando mayormente concentrado como en los años veinte del siglo pasado. ¿Cuánto cobre, zinc, plata o acero se consume por persona?

Por último, un mayor valor retorno, implica sueldos y salarios acorde con la productividad, la rentabilidad y la globalización de las relaciones sociales de producción y distribución, superando las remuneraciones mineras que constituyen una fracción a las vigentes a otros países. Peor aún, los regímenes de contrata con la explotación de la fuerza de trabajo constituyen una práctica común, en la mediana y pequeña minería en especial, que abarata los salarios a límites infrahumanos.

Una mayor capitalización social de la minería no implica la participación del Estado con empresas públicas. Esta experiencia la pueden reproducir otros países como la Venezuela de Hugo Chávez o la Bolivia de Evo Morales con modelos económicos que no resultan sostenibles en el tiempo. Es más, esas experiencias se han aplicado en nuestro país y han significado mayor corrupción y pobreza.

Por ello, una regulación moderna con un Estado y un gobierno democrático de prácticas transparentes, puede negociar con las empresas mineras, transnacionales y de la mediana minería, para exigir una mayor contribución por medio del abono de las regalías mineras sin excepción, por el cumplimiento de un real canon minero como participación sobre el valor del producto minero. Una negociación estratégica que regule las especulaciones de las empresas junior en los mercados internacionales. En tal sentido, cabría preguntarse ¿Cuánto ha percibido el Estado por la venta de las acciones sobre el Proyecto Toromocho al pasar de manos de Minera Perú Copper a la empresa Chinalco, por valor superior a los 700 millones de dólares? Nada.

Por tanto se requiere de un Estado que defienda el valor de los recursos naturales no renovables como los productos mineros que no tienen sustituto ni sucedáneos. Exigir una mayor contribución social supera los límites del abono del impuesto a la renta, pues no se está pagando por el agotamiento ni por la explotación de un recurso no renovable.

En tal sentido, el cura Marco Arana tiene razón cuando exige el cumplimiento del pago sin excepciones de las regalías mineras, por parte sobre todo de la gran minería que opera en el país como Minera. Antamina, Minera. Yanacocha, Minera. Cerro Verde o Minera. Tintaya, que se escudan en los contratos de estabilidad jurídica y administrativa, afectando los ingresos fiscales y regionales. En tal sentido, afirma que:

“Se debe ampliar la base tributaria; debe haber un estándar para que todas las empresas mineras paguen regalías, y no como ahora que sólo unos cuantos pagan porque tienen un acercamiento mayor al Estado; las empresas deben salir a explicar a la población porque algunas pagan y porque otras no.

Otra medida sería la restitución del canon minero, recordemos que el canon es el pago por la extracción del mineral. Las empresas mineras no están pagando canon minero porque sólo pagan impuesto a la renta y de ese pago el 50% va para las regiones, pero como actividad económica no pagan por la extracción del mineral.

Seremos respetuosos de los contratos de estabilidad jurídica y tributaria, pero revisaremos cada uno para ver cuáles pueden haber sido dolosos y lesivos para el Estado, en renegociaciones a favor de las empresas, ampliando sus plazos o introduciendo otras normas que les son más benéficas. También desde el Estado podemos revisar los contratos y llegar a un nuevo acuerdo según niveles de precios para que aporten más las empresas cuando los precios les son favorables”


En verdad, este nuevo credo minero representa el pensamiento crítico que supone una nueva política económica, un patrón de acumulación alternativo a las políticas de libre mercado que son las grandes responsables de la crisis financiera mundial y de la pobreza en nuestro país. Hoy más que nunca debiera recordarse la frase de José Carlos Mariátegui, sobre la necesidad de “Peruanicemos el Perú”, con una mayor capitalización social de la minería con canon y regalías.


Nota del autor : Los extractos citados corresponden a una entrevista efectuada por la Revista de Minería, Energía e Hidrocarburos AllpathayaPerú, publicada en la edición nº 5 de enero 2010.



*Director Grupo Editor del Norte

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿A qué se debe la polarización social en el Perú?


Por Lucio Agustín Torres *

Mientras en New Jersey (USA) representantes de la Derecha Bruta y Achorada (DBA) pretenden imponer una agenda política al congreso peruano a través del tema: Distrito electoral para los residentes peruanos en el extranjero. En el Perú a raíz del embalsamiento de los conflictos sociales, dejados por el gobierno de García (229) según datos de la defensoría del Pueblo, desatando protestas y la polarización social  de los pueblos en conflicto: Madre de Dios, Ancash, La Libertad, Piura, Arequipa, Cajamarca, etc.
Las demandas son de diferentes sectores económicos: minería, medio ambiente, agua, agro y derechos laborales entre otros. Analicemos algunas cifras estadísticas del sector que más polarización y debate ha traído los últimos tiempos en el Perú, nos referimos a la minería, y empecemos indicando que es uno de los sectores más beneficiados por los precios internacionales.
Fujimori vendió, a precio de huevo, empresas y yacimientos mineros estatales. Comenzó en 1993 con Hierro Perú a la china Shougan en unos $ 120 millones de dólares. Luego se remató todo el resto.
Shougan compró y hacía utilidades con el hierro a $ 25,20 dólares la tonelada métrica fina (TMF) en 1994, precio que osciló pero se mantuvo en unos $ 27 dólares hasta el 2002. El 2006 subió a $ 53,80 la TMF y el 2010 llegó a $ 100,90, es decir, cuatro veces el precio de cuando compraron. En 1994 se produjo 4.636.628 TMF de hierro y apenas 4.861.155 el 2006. El 2010 subió a 6.042.644 TMF, un 30%, pero el valor de la producción nacional de hierro pasó de $ 261.530.114 el 2006 a $ 628.776.000 el 2010. Aumentó 140%. Monto muy superior al previsto.
El caso del oro y el cobre –75% de nuestras exportaciones mineras– es más significativo. Muchos proyectos mineros auríferos se iniciaron entre 1995 y el 2001. El precio promedio anual del oro estaba entre $ 352 y $ 242 la onza. El 2004 el precio de la onza de oro subió a $ 374 y el 2006, con García, trepó a $ 553 para alcanzar los $ 1.120 dólares la onza el 2010. El precio del oro, sin inversión adicional alguna de las mineras, aumentó en no menos de 500% de lo que previeron los inversionistas.

¿Y el cobre? En 1997 y el 2003 la libra de cobre costaba entre $ 1,07 y $ 0,85 centavos. El 2006 el precio casi se cuadriplicó al llegar a $ 3,15 y el 2010 estaba en $ 3,48, llegando hasta $ 3,90 días atrás. Nada de ello fue esfuerzo de las empresas vía nuevas tecnologías. Vino del alza del mercado mundial, multiplicando sus utilidades: los proyectos mineros peruanos más importantes recuperaron el total de su patrimonio e inversión en unos cuatro años.
El ingreso por la producción minera en el Perú (los nueve principales minerales) entre 1997 y el 2003 fue de $ 32.232 millones de dólares. Pero entre el 2004 y el 2010 fue de $ 126.181 millones. Es decir, ventas casi cuatro veces mayores en los últimos siete años que en los primeros siete por el aumento de los precios. La producción de cobre solo aumentó 2,5 veces entre 1997 y el 2010, y la de oro solo se duplicó. En el resto de minerales fue variable, pero los ingresos por ventas de minerales se multiplicaron.
En otros términos, los minerales producidos entre el 2004 y el 2010 se vendieron por $ 137.262 millones de dólares. Si se hubieran vendido a los precios promedio existentes entre 1997 y el 2003 habrían recibido $ 52.303 millones de dólares. Es decir, las mineras hubieran vendido cerca de $ 84.958 millones de dólares menos.
¿No teníamos derecho los peruanos a participar en una mayor parte de estos enormes ingresos o sobre ganancias, que obtuvieron sin riesgo ni inversión adicional, para atender nuestras necesidades?
Cientos de millones que el Estado dejó de recaudar. De ahí la necesidad de obtener un impuesto a las sobre ganancias, planteamiento cambiado por García, por óbolo minero.
Cuando se dio el debate en el actual gobierno cuestionamos los cambios porque no cumplían con la idea de la sobre ganancia minera ni se acercaban a los montos previstos originalmente, pero el Congreso impuso el procedimiento. Hoy vemos que no se cumplirá con lo dicho, ni en los S/.3, 000 millones de soles por un juego de deducciones tributarias que reducirán el pago de las obligaciones establecidas, tipificadas como costos, del impuesto a la renta que deben pagar las empresas. E hicimos un cálculo para Buenaventura, la minera del grupo Benavides vinculada a Yanacocha. Calculamos la recaudación con la antigua ley de regalías y el impuesto a la renta basándolos en las ventas que el grupo tuvo por S/.599 millones de soles el 2009 y S/.808.4 millones el 2010. Y lo sorprendente es que con la anterior ley de regalías y el Impuesto a la Renta Buenaventura habría pagado S/.124.32 millones de soles por ambos conceptos el 2009, y S/.222.20 el 2010. Pero con las nuevas leyes pagaría S/. 97.48 millones por las ventas del 2009 y S/. 215.2 millones por las ventas del 2010. Es decir pagaría menos con las leyes actuales que con las anteriores. Un absurdo y un abuso. Otras empresas, como Yanacocha, pagarían algo más, pero cifras realmente minúsculas para su movimiento. Por ejemplo, con cifras del 2010 pasarían de pagar impuestos de S/. 874.7 millones a S/. 899.4 millones, es decir, apenas 25 millones de soles más sobre ventas de más de $1,851.8 millones de dólares con un margen operativo de casi 51% para la empresa. Es así como la minería aportará al desarrollo del país. La derecha es insaciable. Ella tiene apetitos materiales y políticos desmedidos. Controla ya casi todas las manijas del gobierno, pero no le basta. Quiere tener en sus manos todos los resortes del poder, del gobierno y del Estado, mientras los sectores en conflicto están en pie de lucha con saldos trágicos de tres muertos y cientos de heridos. Igualito no más el gobierno de la “gran transformación” haciendo de guardián del estado de derecho del gran capital, como los últimos treinta años, en el Perú, Criminaliza la protesta social.
Esta es la verdadera agenda y realidad del País, y una de las razones de la polarización social del Perú.


Director Grupo Editor del Norte. *

viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Cuál es el modelo económico actual en el Perú?



Lucio Agustín Torres *

A la pregunta de un amable lector de nuestro blog, pidiéndonos comentarios sobre el modelo económico actual del Perú, y dados los acontecimientos mineros y socio-ambientales hoy en el departamento de Cajamarca, específicamente sobre el proyecto Conga, intentaremos responder a esta interrogante. A su vez; este tema desprende otras interrogantes, que en su momento el actual Presidente Humala hizo suyas, como candidato de Gana Perú (1 ) cuyo respaldo mayoritario electoral lo llevo a la presidencia de la Republica, donde ha cumplido más de cien días de gobierno, con la idea de cambio y por la gran transformación. En el Perú, Durante los últimos cincuenta años ocurrieron tres hechos importantes en el crecimiento y desarrollo económico del País. En primer Lugar, un proceso de sustitución de importaciones que formalmente se inició Con la ley de industrialización de 1959 y se agotó en menos de veinte años. En Segundo lugar, la crisis de este proceso y el derrumbe del producto bruto interno Per cápita durante el primer gobierno de Alan García (1985-1990) hasta los niveles Registrados en los años 1959-1960. Y, en tercer lugar, la restauración del modelo Primario exportador con la aplicación de políticas y reformas neoliberales desde Los primeros años de la década de los noventa. Con la restauración de este modelo Neoliberal, el producto bruto interno per cápita volvió a aumentar hasta alcanzar Su nivel registrado en 1975 recién en el 2006. La crisis internacional del año 2008, La más profunda de los últimos setenta años, ha impactado en este modelo hasta Cuestionar su sostenibilidad o anunciar su agotamiento, tal como la crisis internacional de los años setenta y la crisis de la deuda de 1982 cuestionaron la sostenibilidad del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones o anunciaron Su agotamiento. (2)
Sin embargo, sería iluso de nuestra parte, el creer que en cien días de nuevo gobierno ha cambiado en algo - un modelo respaldado por tres sucesivos gobiernos (Fujimori, Toledo, García) donde nos hicieron creer, que el peruano no tiene capacidad de crear valor agregado a sus productos naturales – era más fácil abrir las puertas a la inversión de grandes capitales , para extraer materia Prima, no importando algunas veces los tremendos perjuicios medioambientales y por ende la salud de las comunidades que ahí existen en las zonas de extracción minera (caso La Oroya ) .
Pero vayamos al grano sobre conga, uno de 280 conflictos sociales a la espera de ser resuelto: En el 2005 Minera. Yanacocha producía un poco más de 3.3 millones de onzas finas de oro, que al 2008 disminuyó dramáticamente pasando a 1.8 millones, para luego alcanzar 1.4 millones de onzas en el 2010. Es decir, entre el 2005 al 2010 la producción ha disminuido en un 55%, es decir más de la mitad. De allí, el interés de Newmont y Minera. Buenaventura en el desarrollo de Minas Conga para compensar los menores ingresos y utilidades que no se están percibiendo a pesar de los astronómicos precios del oro.
Como resulta lógico el interés de la empresa es maximizar las utilidades, valorizar el capital, obtener una mayor rentabilidad privada para sus accionistas. En este juego, cabe preguntarse si el Estado ha valorizado los costos y beneficios de la explotación de las reservas de Minas Conga. Pues la información que se conoce sobre regalías e impuesto a la renta que generaría el proyecto al fisco sería un promedio anual de US$ 172 millones de dólares en los 17 años de duración del proyecto. Un estimado de 2,230 millones entre regalías y canon en la vida útil.
Lamentablemente esta información es de la propia empresa y no de los estudios económicos que tendría que haber realizado el propio Estado, a través de sus ministerios de economía y finanzas, energía y minas y del medio ambiente. Esta debilidad de la supervisión y fiscalización de parte del Estado le resta capacidad negociadora ante la propia empresa y ante la propia población campesina, en la misma línea de la torpeza del ministro de energía y minas de viajar en el avión privado de la empresa.
Por ello, se regresa a la pregunta inicial sobre la valorización económica y social de los recursos naturales. Además la pésima imagen y los antecedentes negativos desde los pasivos ambientales a tragedias como la de Choropampa, Combayo, Cerro Quilish; con la presencia abusiva y prepotente de Minera Yanacocha en Cajamarca, comprando tiempo y autoridades, irrumpiendo la vida tradicional del departamento, con externalidades negativas, producto de la cercanía de la actividad minera con la capital (altos precios de alquileres, violencia urbana, agitada vida nocturna, etc.)
Es más, resulta contradictoria la existencia de la riqueza natural y la pobreza social. Solo como información ilustrativa se puede señalar que el departamento de Cajamarca ocupa el puesto número 20 de los 25 departamentos (incluyendo la provincia constitucional del Callao), en la estimación del Índice de Desarrollo Humano (IDH), el indicador más completo para medir la pobreza, y también tiene el triste privilegio ser el departamento con menor cobertura eléctrica. Solamente el ingreso per cápita promedio en la provincia de Celendín es de 157 nuevos soles al mes, un poco menos de dos dólares diarios que podrían elevarse con los ingresos directos e indirectos que generaría el proyecto Minas Conga. Por ello, cabe preguntarse en el caso de la postergación del proyecto de Minas Conga, de Tía María, de la ampliación en la capacidad de planta de Southern Perú Copper y otros proyectos mineros: ¿Dónde está el interés público? Es posible el desenvolvimiento de la actividad minera, de un modelo primario exportador, con un pobre valor de retorno y altos costos ambientales. Esta cuestión es la que debiera estar en debate. (3) Es decir; los problemas estructurales siguen intocados; es la otra cara de la permanencia de los intereses oligárquicos de una coalición sociopolítica que usufructuó del poder afectando a la inmensa mayoría de la población. ¿Cuáles son estos problemas? En primer lugar, las difíciles condiciones en las que vive la mayoría de la población, condiciones que son peores que las que prevalecieron en los años sesenta y setenta. No hay suficientes oportunidades de empleo. La situación social está caracterizada por la permanencia de altos porcentajes de subempleo, informalidad y pobreza. El 77.1% de la población económicamente activa (PEA) del 2008, que asciende a 14.7 millones, trabaja en empresas de 1 a 10 trabajadores y percibe un ingreso mensual promedio de aproximadamente 600 soles. Las oportunidades de empleo y los niveles de ingresos son insuficientes. En segundo lugar, el estilo de crecimiento produce y reproduce, simultáneamente, una estructura productiva primario exportadora y terciarizada, por un lado, y pobreza, subempleo y bajos niveles de ingreso, por otro. Este estilo de crecimiento enfrenta límites que le impiden auto sostenerse. Por lo tanto, se trata de un problema asociado a la tendencia de largo plazo de la economía y a la naturaleza de sus ciclos. Los ciclos no son independientes del estilo de crecimiento. El porcentaje de la PEA dedicada a las actividades terciarias o de servicios aumentó de 66.0% en 1991 a 72.0% en el 2008. El conjunto de estas actividades genera el 61% del PBI. Finalmente, el tercer problema es el de la falta de articulación sectorial y la ausencia de creación de mercados internos. El aparato productivo es básicamente especializado en exportaciones primarias como hace sesenta años. No hay conexión entre la economía, la geografía y demografía del país. Tampoco hay una relación fuerte entre la agricultura, la minería y la industria. Ni la industrialización sustitutiva ni las políticas de mercado libre modificaron el atraso tecnológico de la agricultura; tampoco eliminaron la marginación y estado de pobreza de la población campesina. Se puede decir que la desarticulación sectorial y la no incorporación al desarrollo de las regiones de la selva y sierra del país explica por qué no se crearon mercados internos, es decir, una economía nacional de mercado. En suma, la economía peruana no tiene capacidad de auto expandirse y modernizarse, su aparato productivo es estructuralmente limitado porque está dominado por un sector primario exportador y un sector terciario con bajos niveles de productividad e ingresos, pero además es una economía sectorialmente desarticulada y espacialmente concentrada. La crisis internacional actual es similar a la crisis de los años 1929-1933 por sus efectos en la modificación de la relación Estado-mercado de las economías del centro y la periferia. Ya no habrá salida fácil para la continuación del modelo exportador neoliberal peruano. En el marco de esta crisis y, dada la mayor conciencia democrática de la población, más temprano que tarde, la población peruana encontrará el camino intermedio al neoliberalismo e intervencionismo estatal extremos, definiendo una nueva estrategia que concilie el papel del mercado y el papel regulador del Estado en el proceso de asignación de recursos y de creación de capacidad productiva industrial. Esta estrategia no puede ser otra que lograr el desarrollo mediante una nueva industrialización basada en la construcción de una economía nacional de mercado. Y será también la estrategia de la construcción definitiva de nación y de un nuevo Estado como instancia integradora y suprema de todo el pueblo. (4)
Para terminar Presidente Humala con todo respeto, estas fueron sus palabras cuando visito Cajamarca: “¿Qué es más importante, el agua o el oro? Llamamos a la gente a no vender sus recursos, a proteger especialmente el agua de las lagunas y colchones acuíferos ubicados en las cabeceras de cuencas. "Ustedes no toman oro, no comen oro, pero nosotros tomamos agua, nuestras criaturas toman agua, nuestro ganado toma agua y de ahí salen las leches, salen los quesos, sale la riqueza, al agricultura necesita el agua...", "...Yo me comprometo a respetar la voluntad de Bambamarca, de Hualgayoc, con respecto a la minería. Se va a respetar las actividades de la agricultura, la ganadería. El agua para los peruanos...". Cumpla su palabra.-


Notas
1-http://www.youtube.com/user/lagustorres?feature=mhee#p/f/6/LqRlp1jJuP8
2-La economía peruana del último medio siglo: ensayos de interpretación –PUCP Félix Jiménez- 2010
3-Yanacocha necesita de Conga y el Perú también, Jorge Manco Zaconetti.
4-La economía peruana del último medio siglo: ensayos de interpretación – PUCP Félix Jiménez - 2010