domingo, 3 de noviembre de 2013

El Fundamentalismo económico Peruano










Lucio Agustín Torres






Hay un fundamentalismo del cual casi no se habla, el fundamentalismo económico. Este fundamentalismo tiene características similares al fundamentalismo religioso, como demuestra acertadamente Juan José Tamayo en su libro: “Fundamentalismos” (2004). Su dios es el dios dinero.
El fundamentalismo económico, léase capitalismo internacional, impone su visión de las cosas y no admite la disidencia, ésta es marginada o reprimida. Se muestra ciego para lo que es evidente para otros, actúa autoritariamente en la aplicación de su ideología. Se creen dueño de la verdad. Su prédica neoliberal formula leyes universales y eternas, de obligado cumplimiento en todo tiempo y todo lugar.
La economía Peruana por décadas, es una economía exportadora de materias primas y cada vez más dependiente de importaciones - por ende; carente de generar valor agregado, sin embargo; el tema de debate es: ¿Por qué los recursos naturales, no benefician a la nación? ¿Por qué el País tiene una larga historia de entreguismo y sobre todo al capital corporativo internacional? El País cuenta con recursos naturales más que suficientes para satisfacer sus necesidades y para resolver los requerimientos de otros países fuera de la región como es el caso del petróleo. Avanzar en ese aprovechamiento requiere debate y también abordar aspectos concretos y planes para aprender en la práctica, Esto abarca el diseño de programas integrales que aborden toda la cadena: desde la extracción del recurso, su transformación e industrialización hasta el transporte a los mercados finales. Para lograr esta meta, es necesario un vasto desarrollo científico y tecnológico. Lo ha señalado la CEPAL: “la respuesta para sostener el crecimiento económico de la región es diversificar su estructura de producción”.
Sin embargo el fundamentalismo económico peruano, no admite debate alguno, todo lo contrario arremete con su poder mediático y político a desviar el tema. El ex presidente de Petroperú, Humberto Campodónico, hace algunas semanas demostró a través de un artículo; países como Colombia, México, Chile – socios estratégicos en la Alianza del Pacifico con el Perú, mantienen empresas estatales que compiten en el mercado internacional, pero peor aun; operan en territorio peruano, como contratistas del petróleo peruano, beneficiándose por sus operaciones, a diferencia del Perú que no tiene empresa estatal y le venden su propio recurso energético a precios internacionales. Es el caso de Ecopetrol.
Queda claro que en Colombia hay una política de Estado, ¿no es cierto? Dice Campodónico…y termina:
“En el Perú, todo está listo para que se firme el contrato de modernización de la Refinería de Talara, cuya ingeniería ha sido validada por tres empresas internacionales. Pero hay oposición en el MEF, que pide una ley del Congreso. Se sabe también que la clave para el fortalecimiento de Petroperú –y, por ende, para financiar la Refinería de Talara– es que tenga producción propia de petróleo, como Ecopetrol. Eso debiera suceder, ya, con los Lotes de Talara que están por revertir al Estado.
Pero aquí se dice que Petroperú no tiene capacidad técnica ni económica (lo que es falso) y Perupetro plantea la renovación a dedo por 10 años con los operadores existentes, algo a lo cual no obliga el contrato vigente. Por tanto, es una “gracia” que el Estado peruano le da porque sí (negándosela a Petroperú). Y cuando Perupetro dice que Petroperú tenga aunque sea el 25%, sale El Comercio a decir que la empresa sufre de “enanismo” porque quiere crecer “subiéndose a los hombros de otras empresas” Increíble pero cierto. ¿Qué dicen a todo esto los nacionalistas? ¿Existen?
Quizás por eso sea tan válida la frase de Antonio Raimondi: "El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro" con la gran diferencia que ahora emana un olor nauseabundo y esa pestilencia es la corrupción que vive el Perú.