Por Lucio Agustin Torres *
Estamos en una época de crisis, en una época de
austeridad, en un tiempo donde los pobres están siendo más pobres y los ricos
más ricos a un ritmo tan acelerado que en cualquier otro momento en la historia
reciente de los EE.UU. En un anterior editorial escribíamos que la crisis
atacaba a los más débiles, entre ellos los jóvenes, terminando sus estudios por
esta fecha y con un futuro incierto, por los altos costos de educación
superior. ¿Sabia usted, por ejemplo; amigo
lector -que la deuda estudiantil universitaria es de 1 Trillón de dólares?
Un
Poco de Historia
Durante la presidencia de Ronald Reagan, él lanzó un
ataque masivo contra la ayuda federal a los estudiantes. El presupuesto de
Reagan incluyó una propuesta que reducía profundamente la ayuda en dos
programas principales, las concesiones Pell y los Préstamos Estudiantiles
Garantizados, para reducir agudamente o eliminar una serie de programas
categóricos en la alta educación, y eliminar un grupo de programas sociales o
económicos que directamente o indirectamente afectaban a la alta educación. Con
raras excepciones, casi todos los colegios y universidades serían afectados por
los cortes propuestos que comenzarían en el año académico 1981-82. Al cortar
estos programas de ayuda a los estudiantes, Reagan fue contra el espíritu del
Acta de la Oportunidad para una Alta Educación de 1965, cuya meta principal era
asegurar que una educación universitaria era accesible, para los jóvenes de
clase media de este País. Además de esto, él apuntó con eficacia a la gente de
bajos ingresos y clase media que necesitaba la ayuda para poder seguir una
educación universitaria. El Congreso procuró decretar enmiendas al proyecto de
ley que permitiría que ambos programas continúen hasta 1985 y amplió programas
tales como el de Préstamos Estudiantiles Garantizados a las familias de la
clase media.
La enseñanza superior no
garantiza un puesto de trabajo en EE. UU. De hecho, más de la mitad de los
universitarios recién graduados se encuentran sin empleo o son subempleados,
según las últimas estadísticas analizadas por Associated Press. 53,6% de los estadounidenses con un título de
licenciatura y menos de 25 años están sin trabajo o buscan desesperadamente
empleos a tiempo completo. En total, alrededor de 1,5 millones de jóvenes
estadounidenses no encuentran trabajo o se contentan con un número limitado de
horas de trabajo por un salario correspondiente.
Al mismo tiempo, el monto adeudado de los préstamos pendientes de pago por educación ya supera la cifra total de la deuda de tarjetas de crédito en Estados Unidos. Cada vez más estadounidenses se persuaden de que una licenciatura resulta ya no es tan indispensable para medrar en la vida. Por eso un gran número de universitarios recién graduados optan por ocupaciones que exigen únicamente la educación secundaria o ni eso.
Las últimas cifras muestran una caída considerable en los empleos disponibles para jóvenes adultos con educación superior. Los analistas sugieren que la tendencia va a empeorar, con sólo tres de 30 ocupaciones en 2020 condicionadas a licenciatura. El informe también indica que los avances tecnológicos desde el año 2000 han eliminado y seguirán eliminando trabajos de nivel medio que pueden ser reemplazados por las computadoras. Lo que habrá es un gran número de puestos vinculados con el trabajo físico.
Además, cualquier crecimiento de aquí en adelante podría ser catastrófico para los bolsillos de los jóvenes estadounidenses. No en vano, el mes pasado se reveló que la deuda de préstamos estudiantiles alcanzó, de costa a costa, la cifra de un Trillón de dólares.
Al mismo tiempo, el monto adeudado de los préstamos pendientes de pago por educación ya supera la cifra total de la deuda de tarjetas de crédito en Estados Unidos. Cada vez más estadounidenses se persuaden de que una licenciatura resulta ya no es tan indispensable para medrar en la vida. Por eso un gran número de universitarios recién graduados optan por ocupaciones que exigen únicamente la educación secundaria o ni eso.
Las últimas cifras muestran una caída considerable en los empleos disponibles para jóvenes adultos con educación superior. Los analistas sugieren que la tendencia va a empeorar, con sólo tres de 30 ocupaciones en 2020 condicionadas a licenciatura. El informe también indica que los avances tecnológicos desde el año 2000 han eliminado y seguirán eliminando trabajos de nivel medio que pueden ser reemplazados por las computadoras. Lo que habrá es un gran número de puestos vinculados con el trabajo físico.
Además, cualquier crecimiento de aquí en adelante podría ser catastrófico para los bolsillos de los jóvenes estadounidenses. No en vano, el mes pasado se reveló que la deuda de préstamos estudiantiles alcanzó, de costa a costa, la cifra de un Trillón de dólares.
Paul Krugman premio nobel de
Economía 2008 y catedrático de la Universidad de Princeton, en un reciente
artículo sobre el tema nos dice:” deberíamos dar marcha atrás en las
políticas de austeridad que, a efectos prácticos, están constriñendo la
economía estadounidense (los recortes estatales y locales sin precedentes que
han estado castigando con especial dureza a la enseñanza).
Sí, ese cambio político radical costaría dinero. Pero negarse a gastar ese dinero es insensato y corto de miras incluso desde un punto de vista puramente fiscal. Recuerden: los jóvenes no solo son el futuro de Estados Unidos; también son el futuro de la base tributaria.
Es terrible desaprovechar una mente; pero desaprovechar las mentes de toda una generación lo es todavía más.”
* Director del Grupo Editor del Norte.
Sí, ese cambio político radical costaría dinero. Pero negarse a gastar ese dinero es insensato y corto de miras incluso desde un punto de vista puramente fiscal. Recuerden: los jóvenes no solo son el futuro de Estados Unidos; también son el futuro de la base tributaria.
Es terrible desaprovechar una mente; pero desaprovechar las mentes de toda una generación lo es todavía más.”
* Director del Grupo Editor del Norte.
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