viernes, 25 de noviembre de 2011

¿Cuál es el modelo económico actual en el Perú?



Lucio Agustín Torres *

A la pregunta de un amable lector de nuestro blog, pidiéndonos comentarios sobre el modelo económico actual del Perú, y dados los acontecimientos mineros y socio-ambientales hoy en el departamento de Cajamarca, específicamente sobre el proyecto Conga, intentaremos responder a esta interrogante. A su vez; este tema desprende otras interrogantes, que en su momento el actual Presidente Humala hizo suyas, como candidato de Gana Perú (1 ) cuyo respaldo mayoritario electoral lo llevo a la presidencia de la Republica, donde ha cumplido más de cien días de gobierno, con la idea de cambio y por la gran transformación. En el Perú, Durante los últimos cincuenta años ocurrieron tres hechos importantes en el crecimiento y desarrollo económico del País. En primer Lugar, un proceso de sustitución de importaciones que formalmente se inició Con la ley de industrialización de 1959 y se agotó en menos de veinte años. En Segundo lugar, la crisis de este proceso y el derrumbe del producto bruto interno Per cápita durante el primer gobierno de Alan García (1985-1990) hasta los niveles Registrados en los años 1959-1960. Y, en tercer lugar, la restauración del modelo Primario exportador con la aplicación de políticas y reformas neoliberales desde Los primeros años de la década de los noventa. Con la restauración de este modelo Neoliberal, el producto bruto interno per cápita volvió a aumentar hasta alcanzar Su nivel registrado en 1975 recién en el 2006. La crisis internacional del año 2008, La más profunda de los últimos setenta años, ha impactado en este modelo hasta Cuestionar su sostenibilidad o anunciar su agotamiento, tal como la crisis internacional de los años setenta y la crisis de la deuda de 1982 cuestionaron la sostenibilidad del modelo de industrialización sustitutiva de importaciones o anunciaron Su agotamiento. (2)
Sin embargo, sería iluso de nuestra parte, el creer que en cien días de nuevo gobierno ha cambiado en algo - un modelo respaldado por tres sucesivos gobiernos (Fujimori, Toledo, García) donde nos hicieron creer, que el peruano no tiene capacidad de crear valor agregado a sus productos naturales – era más fácil abrir las puertas a la inversión de grandes capitales , para extraer materia Prima, no importando algunas veces los tremendos perjuicios medioambientales y por ende la salud de las comunidades que ahí existen en las zonas de extracción minera (caso La Oroya ) .
Pero vayamos al grano sobre conga, uno de 280 conflictos sociales a la espera de ser resuelto: En el 2005 Minera. Yanacocha producía un poco más de 3.3 millones de onzas finas de oro, que al 2008 disminuyó dramáticamente pasando a 1.8 millones, para luego alcanzar 1.4 millones de onzas en el 2010. Es decir, entre el 2005 al 2010 la producción ha disminuido en un 55%, es decir más de la mitad. De allí, el interés de Newmont y Minera. Buenaventura en el desarrollo de Minas Conga para compensar los menores ingresos y utilidades que no se están percibiendo a pesar de los astronómicos precios del oro.
Como resulta lógico el interés de la empresa es maximizar las utilidades, valorizar el capital, obtener una mayor rentabilidad privada para sus accionistas. En este juego, cabe preguntarse si el Estado ha valorizado los costos y beneficios de la explotación de las reservas de Minas Conga. Pues la información que se conoce sobre regalías e impuesto a la renta que generaría el proyecto al fisco sería un promedio anual de US$ 172 millones de dólares en los 17 años de duración del proyecto. Un estimado de 2,230 millones entre regalías y canon en la vida útil.
Lamentablemente esta información es de la propia empresa y no de los estudios económicos que tendría que haber realizado el propio Estado, a través de sus ministerios de economía y finanzas, energía y minas y del medio ambiente. Esta debilidad de la supervisión y fiscalización de parte del Estado le resta capacidad negociadora ante la propia empresa y ante la propia población campesina, en la misma línea de la torpeza del ministro de energía y minas de viajar en el avión privado de la empresa.
Por ello, se regresa a la pregunta inicial sobre la valorización económica y social de los recursos naturales. Además la pésima imagen y los antecedentes negativos desde los pasivos ambientales a tragedias como la de Choropampa, Combayo, Cerro Quilish; con la presencia abusiva y prepotente de Minera Yanacocha en Cajamarca, comprando tiempo y autoridades, irrumpiendo la vida tradicional del departamento, con externalidades negativas, producto de la cercanía de la actividad minera con la capital (altos precios de alquileres, violencia urbana, agitada vida nocturna, etc.)
Es más, resulta contradictoria la existencia de la riqueza natural y la pobreza social. Solo como información ilustrativa se puede señalar que el departamento de Cajamarca ocupa el puesto número 20 de los 25 departamentos (incluyendo la provincia constitucional del Callao), en la estimación del Índice de Desarrollo Humano (IDH), el indicador más completo para medir la pobreza, y también tiene el triste privilegio ser el departamento con menor cobertura eléctrica. Solamente el ingreso per cápita promedio en la provincia de Celendín es de 157 nuevos soles al mes, un poco menos de dos dólares diarios que podrían elevarse con los ingresos directos e indirectos que generaría el proyecto Minas Conga. Por ello, cabe preguntarse en el caso de la postergación del proyecto de Minas Conga, de Tía María, de la ampliación en la capacidad de planta de Southern Perú Copper y otros proyectos mineros: ¿Dónde está el interés público? Es posible el desenvolvimiento de la actividad minera, de un modelo primario exportador, con un pobre valor de retorno y altos costos ambientales. Esta cuestión es la que debiera estar en debate. (3) Es decir; los problemas estructurales siguen intocados; es la otra cara de la permanencia de los intereses oligárquicos de una coalición sociopolítica que usufructuó del poder afectando a la inmensa mayoría de la población. ¿Cuáles son estos problemas? En primer lugar, las difíciles condiciones en las que vive la mayoría de la población, condiciones que son peores que las que prevalecieron en los años sesenta y setenta. No hay suficientes oportunidades de empleo. La situación social está caracterizada por la permanencia de altos porcentajes de subempleo, informalidad y pobreza. El 77.1% de la población económicamente activa (PEA) del 2008, que asciende a 14.7 millones, trabaja en empresas de 1 a 10 trabajadores y percibe un ingreso mensual promedio de aproximadamente 600 soles. Las oportunidades de empleo y los niveles de ingresos son insuficientes. En segundo lugar, el estilo de crecimiento produce y reproduce, simultáneamente, una estructura productiva primario exportadora y terciarizada, por un lado, y pobreza, subempleo y bajos niveles de ingreso, por otro. Este estilo de crecimiento enfrenta límites que le impiden auto sostenerse. Por lo tanto, se trata de un problema asociado a la tendencia de largo plazo de la economía y a la naturaleza de sus ciclos. Los ciclos no son independientes del estilo de crecimiento. El porcentaje de la PEA dedicada a las actividades terciarias o de servicios aumentó de 66.0% en 1991 a 72.0% en el 2008. El conjunto de estas actividades genera el 61% del PBI. Finalmente, el tercer problema es el de la falta de articulación sectorial y la ausencia de creación de mercados internos. El aparato productivo es básicamente especializado en exportaciones primarias como hace sesenta años. No hay conexión entre la economía, la geografía y demografía del país. Tampoco hay una relación fuerte entre la agricultura, la minería y la industria. Ni la industrialización sustitutiva ni las políticas de mercado libre modificaron el atraso tecnológico de la agricultura; tampoco eliminaron la marginación y estado de pobreza de la población campesina. Se puede decir que la desarticulación sectorial y la no incorporación al desarrollo de las regiones de la selva y sierra del país explica por qué no se crearon mercados internos, es decir, una economía nacional de mercado. En suma, la economía peruana no tiene capacidad de auto expandirse y modernizarse, su aparato productivo es estructuralmente limitado porque está dominado por un sector primario exportador y un sector terciario con bajos niveles de productividad e ingresos, pero además es una economía sectorialmente desarticulada y espacialmente concentrada. La crisis internacional actual es similar a la crisis de los años 1929-1933 por sus efectos en la modificación de la relación Estado-mercado de las economías del centro y la periferia. Ya no habrá salida fácil para la continuación del modelo exportador neoliberal peruano. En el marco de esta crisis y, dada la mayor conciencia democrática de la población, más temprano que tarde, la población peruana encontrará el camino intermedio al neoliberalismo e intervencionismo estatal extremos, definiendo una nueva estrategia que concilie el papel del mercado y el papel regulador del Estado en el proceso de asignación de recursos y de creación de capacidad productiva industrial. Esta estrategia no puede ser otra que lograr el desarrollo mediante una nueva industrialización basada en la construcción de una economía nacional de mercado. Y será también la estrategia de la construcción definitiva de nación y de un nuevo Estado como instancia integradora y suprema de todo el pueblo. (4)
Para terminar Presidente Humala con todo respeto, estas fueron sus palabras cuando visito Cajamarca: “¿Qué es más importante, el agua o el oro? Llamamos a la gente a no vender sus recursos, a proteger especialmente el agua de las lagunas y colchones acuíferos ubicados en las cabeceras de cuencas. "Ustedes no toman oro, no comen oro, pero nosotros tomamos agua, nuestras criaturas toman agua, nuestro ganado toma agua y de ahí salen las leches, salen los quesos, sale la riqueza, al agricultura necesita el agua...", "...Yo me comprometo a respetar la voluntad de Bambamarca, de Hualgayoc, con respecto a la minería. Se va a respetar las actividades de la agricultura, la ganadería. El agua para los peruanos...". Cumpla su palabra.-


Notas
1-http://www.youtube.com/user/lagustorres?feature=mhee#p/f/6/LqRlp1jJuP8
2-La economía peruana del último medio siglo: ensayos de interpretación –PUCP Félix Jiménez- 2010
3-Yanacocha necesita de Conga y el Perú también, Jorge Manco Zaconetti.
4-La economía peruana del último medio siglo: ensayos de interpretación – PUCP Félix Jiménez - 2010

domingo, 23 de octubre de 2011

El Poder Económico mundial




Por Lucio Agustín Torres *


Mientras van aumentando las protestas a nivel mundial contra el excesivo poder financiero y corporativo de empresas monopólicas y oligopólicas que han tomado por asalto todos los sectores productivos de la economía mundial y cuyo resultado es la brutal crisis económica y social que vive la humanidad. El poder económico mundial se re-agrupa, concentrándose en todos los sectores de la vida humana. Un análisis que combinó matemáticas y datos, realizado por especialistas de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH), en Suiza, sobre 43.000 corporaciones transnacionales (CT) ha revelado que un relativamente pequeño grupo de organizaciones, principalmente bancos, cuentan con un poder desproporcionado sobre la economía global. Ha revelado que existe un conjunto de 1.318 corporaciones –casi todas instituciones financieras- que dominan la economía global.
La idea generalizada es que el “éxito” de estos gigantes se debe a la eficiencia y alta competitividad del libre mercado. La concentración del poder económico mundial en las empresas y los bancos de Estados Unidos y, en menor medida, de la Unión Europea no significa que los mercados mundiales son competitivos, sino que en buena medida son definidos por los monopolios de ambos poderes que los dominan. Los flujos financieros, farmacéuticos, software y de seguros los determinan las 10 empresas líderes de origen estadounidense y europeo. Los mercados mundiales se en-cuentran divididos entre 238 empresas y bancos estadunidenses y 153 europeos por ejemplo.
James Petras, sociólogo estadounidense en el 2002 escribió: “Las implicaciones de esta concentración del poder son relevantes. Ningún país del denominado Tercer Mundo puede darse el lujo e «liberalizar» sus mercados, ya que Europa y Estados Unidos se lo impiden debido al control que logran ejercer con la superioridad y concentración de sus recursos. Así pues, es falso el argumento liberal según el cual el libre comercio aumentará los niveles de «competitividad» de las economías en vías de desarrollo.
En segundo lugar, la concentración del poder no es meramente producto de la eficiencia, la gestión y el knowhow, sino que es resultado directo de las políticas estatales de Estados Unidos y Europa. Por ejemplo, el Congreso de Estados Unidos acaba de aprobar (mayo 2002) un monto de 182.28 mil millones de dólares para subsidiar la agricultura estadunidense durante la próxima década, en contradicción con las propuestas de «libre comercio» que Washington tanto gusta defender. Las implicaciones para los tomadores de decisiones en el Tercer Mundo son claras: deben proteger y subsidiar a sus productores privados o públicos para compartir el pastel de los mercados, dentro y fuera de sus países, tal como los poderes imperiales lo hacen”.
Casi 48 por ciento de las empresas y bancos más importantes del mundo son de Estados Unidos y 30 por ciento son de la Unión Europea; solamente 10 por ciento pertenece a Japón. En otras palabras, casi 90 por ciento de las corporaciones más grandes que dominan los sectores de la industria, los bancos y el comercio son estadunidenses, europeas y japonesas. El poder económico se concentra en estas tres unidades económicas geográficas, y no en conceptos vacíos como «imperio» sin imperialismo o corporaciones multinacionales «sin territorio». Dentro de este sistema el poder económico imperial de Estados Unidos sigue siendo dominante. Esto resulta claro si examinamos de cerca los sectores económicos clave. Cinco de los 10 bancos principales son estadounidenses, así como seis de las 10 empresas farmacéuticas y biotecnológicas, cuatro de las 10 compañías de gas y petróleo más importantes, nueve de las 10 compañías líderes de seguros y nueve de las 10 principales empresas generales de comercio al por menor. El sector de las aseguradoras es el único en el que la Unión Europea se lleva la mejor parte del pastel con respecto a Estados Unidos (por un margen de cinco a cuatro). El poder imperial estadounidense está diversificado a lo largo de varios sectores económicos, pero particularmente la fuerza dominante la tienen en las finanzas, la industria farmacéutica y biotecnológica, de la información y el software, y el comercio al por menor. Dicho de otra forma, las gigantescas compañías estadunidenses poseen una red poderosa que controla los sectores de la «nueva economía», las finanzas y el comercio. La concentración del poder económico de Estados Unidos se hace más evidente si se consideran las 10 principales empresas del mundo: 90 por ciento son de origen estadounidense; de las 25 principales, 72 por ciento son propiedad de Estados Unidos; de las 50 más importantes, 70 por ciento son de ese país, y de las cien líderes, 57 por ciento también. África y América Latina brillan por su ausencia en la lista. Y los llamados «tigres asiáticos» cuentan con tres empresas en la lista de las 500 más grandes, esto es, contribuyen con menos de uno por ciento.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que los ciudadanos del mundo se animen a señalar de dónde vienen los males contemporáneos: de Wall Street. ¿Qué es, en realidad, Wall Street? Es la codicia, más la barbarie, más la técnica, más el dinero. En el momento en que escribo estas líneas llegan a diez millones las firmas reunidas por la campaña planetaria que opera por Internet, y ya son decenas de miles los manifestantes. Se ha pasado de la web a las calles. Somos millones los indignados, sin embargo se debe pasar de la indignación a la alternativa. Como reza el adagio popular: “No hay mal que dure un siglo, ni cuerpo que lo resista”.


Director del Grupo Editor del Norte *

lunes, 5 de septiembre de 2011

El ojo del Huracan se encuentra instalado en Wall Street.



Lucio Agustín Torres *


Cuando en 2000 explotó la burbuja puntocom, pocos podían prever que las medidas que se tomaron para paliar la crisis darían lugar a otra burbuja todavía peor: la del crédito. La abundante liquidez, fruto de un entorno de tipos de interés en mínimos (en EEUU estuvieron en el 1% durante 12 meses, mientras que en la eurozona se colocaron en el 2%), facilitó a muchos hogares y empresas un endeudamiento barato. Esta situación se hizo insostenible en 2007. En el verano de ese año estalló la crisis crediticia o subprime, con la que todavía batallan los mercados. A diferencia de la burbuja puntocom, la crisis crediticia no se ha limitado únicamente a las bolsas, sino que ha tenido (y tiene) un impacto enorme en la economía real. Como en 2000, los gobiernos y las instituciones aprobaron toda una batería de medidas y estímulos para frenar la crisis. Y, como entonces, ello ha llevado a una situación en la que se podrían originar nuevas burbujas. (La deuda soberana, las materias primas, los países emergentes y las energías renovables). Y, como si de una tela de araña se tratase, todas las burbujas están interrelacionadas. Una burbuja se origina cuando el precio de un activo registra fuertes subidas no acordes con su valoración razonable, el oro; actualmente, por citar un ejemplo.
Nadie puede negar que en el centro de la crisis global que hoy vive el mundo se encuentra la (des)regulación de los mercados financieros. Bancos de inversión, fondos de cobertura y otros jugadores globales se la pasan timbeando con “posiciones de mercado” que usan como fichas, apostando a futuro la baja o alza de los commodities, lo que afecta los bolsillos de la población mundial.
Siempre que se refieren a precios, nos dicen que éstos se fijan por la ley de la oferta y la demanda en una especie de sabiduría del modelo de libre mercado, lo cierto es que cada vez menos cosas, definen los términos de intercambio del acero, el azúcar, el
cobre, el oro, la plata, los alimentos y otras mercancías. Su compra-venta se negocia en una especie de gran sala de casino mundial, “mercados de commodities”, que siguen en expansión a pesar de la crisis económica que enfrentan los hasta hace poco llamados países ricos, pero hoy altamente endeudados. Estos mercados, haciendo uso de determinadas reglas pactadas para el efecto, se prestan de manera idónea para la especulación de quien sólo ve la manera más fácil de acumular todo el capital posible.
Realmente parece un juego de póker. Los “inversores” -o mejor dicho, especuladores-, partiendo de variables reales en los stocks de las mercancías que están en juego, empiezan a hacer apuestas sobre cómo estas variables van a influir en los precios futuros ,y sin necesidad de mostrar las cartas, pueden reemplazar el azar por especulación pura al mismo tiempo que también afectan los precios hoy. Pues cualquiera que haya estudiado contabilidad (I), sabe que los precios responden, además de al stock, al costo de reposición del bien y si la apuesta que gana, en el lugar donde se fijan los precios a futuro, es al alza, los precios subirán hoy. O al revés, si es a la baja, generando mucho dinero a quien se mueve mejor en la fluctuación de precios, o mejor aún dirigiéndola. Siempre ganan porque las fichas no son las mercancías, objeto de la especulación, sino que lo que se transa son posiciones de mercado, una especie de cuotas representativas relacionadas con la variación de los precios. Y las ganancias con esta movida son mayores en muchos casos que las que se obtienen con la propia dinámica de la economía real. De ahí las burbujas que, al explotar, iban anunciando el inicio de la crisis global.
El Banco Mundial lo reconoce Según un reciente documento de la Red Latinoamericana sobre Deuda, Desarrollo y Derechos, sostiene que “las actividades de inversionistas financieros pudieran haber contribuido a las alzas de los precios también”. Tradicionalmente, aseguradores y especuladores han sido los principales jugadores en los mercados de futuros, pero en los últimos años, los fondos de inversión han devenido importantes jugadores también. Estos fondos pudieron haber influenciado indirectamente los precios de los commodities. Mientras tales compras no crean una real demanda por commodities, ellas podrían haber influenciado los precios, porque estos fondos son grandes comparados con sus contrapartes en el mercado físico y porque ellos se han expandido rápidamente”. En otras palabras, el juego de Monopolio de nuestros hijos – queda chico, en la vida real; la vida y supervivencia de la gran mayoría de la población mundial, se encuentra atada a los designios e intereses de grandes corporaciones, todos los sectores de la economía mundial vinculadas al capital financiero, representados directa o indirectamente en Wall Street.
Sin embargo, después de la primera etapa de la crisis global (crisis financiera 2007-2008), se produce un desplome de la economía mundial porque la explosión de la burbuja inmobiliaria, la caída a pique de las bolsas, la quiebra de bancos de inversión como Lehman Brothers, y el peligro de quiebra de otros, produjeron un credit crunch
(contracción del crédito) que afectó el comercio. Luego devino un enorme rescate financiero por parte de los Estados de aquellos grandes jugadores del sistema que se quedaron con la bomba de las hipotecas infladas en las manos y que, hoy por hoy, en muchos casos, han devuelto el monto del rescate debido a nuevos juegos en el póker mundial que sólo estuvo parado algunos meses. Y he aquí una de las mayores trampas que se montaron en la discusión sobre la crisis global. Me refiero a que luego del terremoto financiero, los especuladores volvieron a apostar con metales preciosos (oro y plata), cobre, aluminio, acero, alimentos y azúcar, y volvieron a generarse niveles de ganancias parecidos a los anteriores a la crisis. Y ese indicador sirvió para decir que estábamos saliendo del hoyo, mientras las crisis fiscal, de empleo y bancaria se desarrollaban en Europa, Japón, Estados Unidos y otros países y regiones, y duran hasta hoy.
AL RESCATE DE WALL STREET
La atención de la opinión pública internacional está centrada en el acuerdo pírrico firmado entre Barack Obama y el Congreso mediante el cual el presidente se compromete a aplicar un duro programa de ajuste fiscal, centrado en el recorte de gastos sociales (salud, educación, alimentación) e infraestructura por 2.5 billones de dólares (2.500.000 millones de dólares) pero preservando, como lo exige el Tea Party, el nivel actual del gasto militar y su eventual expansión. A cambio de esto, la Casa Blanca recibió la autorización para elevar el endeudamiento de Estados Unidos hasta 16.4 billones de dólares (es decir, 16.400.000 millones de dólares), cifra superior en unos dos billones al PIB de ese país. Con esto se espera –confiando en la “magia de los mercados”- superar la crisis de la deuda pública y reactivar la languideciente economía norteamericana. Esta receta ya fue implementada a sangre y fuego en América Latina y no funcionó; y tampoco lo hizo en la convulsionada Europa de estos días. Con este acuerdo lo único seguro será el agravamiento de la crisis y, de su mano, la acentuación de la belicosidad norteamericana en el escenario mundial.
El 21 de julio pasado se conoció el resultado de la auditoría integral realizada por la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas (Government Accountability Office, GAO por su sigla en inglés) en la Reserva Federal (Fed), el banco central de los Estados Unidos, la primera que se practica a dicha institución desde que fuera creada en 1913.
Los resultados son pasmosos: en un plazo de poco más de dos años y medio, entre el 1º de Diciembre del 2007 y el 21 de Julio de 2010, la Fed. otorgó préstamos secretos a grandes corporaciones y empresas del sector financiero por valor de 16 billones de dólares, una cifra mayor que el PIB de los Estados Unidos que en el año 2010 fue de 14.5 billones de dólares y más elevada que la suma de los presupuestos del gobierno federal durante los últimos cuatro años. No sólo esto: la auditoría reveló también que
659 millones de dólares fueron abonados a algunas de las instituciones financieras beneficiadas arbitrariamente por este programa para que administrasen el multimillonario salva taje de bancos y corporaciones dispuesto como mecanismo de “salida” de la nueva crisis general del capitalismo. De ese gigantesco total unos 3 billones fueron destinados a socorrer a grandes empresas y entidades financieras en Europa y Asia. El resto fue orientado al rescate de corporaciones estadounidenses, encabezadas por el Citibank, el Morgan Stanley, Merrill Lynch y el Bank of America, entre las más importantes. Todo esto mientras la crisis profundizaba hasta niveles desconocidos la desigualdad económica dentro de la población estadounidense a la vez que hundía a crecientes sectores sociales en la pobreza y la vulnerabilidad social. Por supuesto, esta información apenas si mereció un espacio completamente marginal en la prensa financiera, tanto la internacional como la norteamericana, o en los grandes medios de comunicación de Estados Unidos.
Después de ver los estragos ocasionados por Irene, muerte, destrucción y pérdidas económicas, este fenómeno natural no se compara con la debacle a escala mundial, ocurrida en la economía americana, donde el ojo del huracán se encuentra en Wall Street, sin duda.
A continuación Transcribimos algunos párrafos más destacados de la declaración emitida por la auditoria de GAO :
21 de julio, 2011.
“La primera auditoría integral de la Reserva Federal descubrió nuevos asombrosos detalles acerca de cómo los Estados Unidos suministraron la friolera de 16 billones de dólares (16.000.000 de millones) en préstamos secretos para rescatar bancos y empresas estadounidenses y extranjeras durante la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Una enmienda propuesta por el Senador Bernie Sanders a la ley de reforma de Wall Street -aprobada hace exactamente un año atrás esta semana- había ordenado a la Oficina Gubernamental de Rendición de Cuentas (Government Accountability Office) llevar a cabo ese examen. “Como resultado de esta auditoría ahora sabemos que la Reserva Federal suministró más de 16 billones de dólares en asistencia financiera total a algunas de las más grandes corporaciones e instituciones financieras en los Estados Unidos y el resto del mundo”, dijo Sanders. “Esto es un clarísimo caso de socialismo para los ricos y descarnado individualismo tipo „sálvate como puedas‟ para los demás.”
Aclaración: la Government Accountability Office (GAO) es una agencia independiente y no partidaria que trabaja para el Congreso de los Estados Unidos. La misión de la GAO es investigar la forma en que el gobierno federal dispone de los dólares de los contribuyentes. El jefe de la GAO es el Contralor General de los Estados Unidos, y es designado por un período de 15 años por el Presidente a partir de una lista de candidatos elaborada por el Congreso. El jefe actual de la GAO es Gene L. Dodaro, quien había sido nominado por el Presidente Barack Obama en septiembre de 2010 y confirmado en su cargo en diciembre de ese mismo año al ser confirmado en su puesto por el Senado.
Entre otras cosas la auditoría estableció que la Reserva Federal “carece de un sistema suficientemente exhaustivo para tratar casos de conflictos de interés, a pesar de que existen serios riesgos de abusos en este sentido. De hecho, según esta auditoría la Reserva Federal emitió dispensas de conflicto de interés a favor de empleados y contratistas privados a fin de que pudieran mantener sus inversiones en las mismas corporaciones e instituciones financieras que recibían préstamos de emergencia.”
“Por ejemplo, el CEO de JP Morgan Chase cumplía funciones en el Directorio de la Reserva Federal de Nueva York mientras su banco recibía más de 390.000 millones de dólares en ayuda financiera por parte de la Reserva Federal. Además, JP Morgan Chase actuaba como uno de los bancos de compensación para los programas de préstamos de emergencia de la Fed.”
“Otro hallazgo perturbador de la GAO es el que refiere que el 19 de Septiembre del 2008 el señor William Dudley, presidente de la Reserva Federal de Nueva York, recibió una dispensa para permitirle conservar sus inversiones en AIG (American International Group, un líder mundial en el campo de los seguros) y GE (General Electric) mientras estas compañías recibían fondos de rescate.. Una razón por la cual la FED no obligó a Dudley a vender sus acciones, según la auditoría, fue porque tal acción podría haber creado la apariencia de un conflicto de intereses.”
“La investigación también reveló que la Fed tercerizaba a contratistas privados como JP Morgan Chase, Morgan Stanley y Wells Fargo la mayoría de sus programas de préstamos de emergencia. Estas mismas firmas también recibían billones de dólares de la Fed por préstamos concedidos a tasas de interés cercanas al cero.”
Los principales beneficiarios de estos préstamos –concedidos entre el 1º de diciembre de 2007 y el 21 de julio de 2010- son los siguientes:
Citigroup: $2.5 billones ($2,500,000,000,000)
Morgan Stanley: $2.04 billones ($2,040,000,000,000)
Merrill Lynch: $1.949 billones ($1,949,000,000,000)
Bank of America: $1.344 billones ($1,344,000,000,000)
Barclays PLC (United Kingdom): $868 mil millones ($868,000,000,000)
Bear Sterns: $853 mil millones ($853,000,000,000)
Goldman Sachs: $814 mil millones ($814,000,000,000)
Royal Bank of Scotland (UK): $541 mil millones ($541,000,000,000)
JP Morgan Chase: $391 mil millones ($391,000,000,000)
Deutsche Bank (Germany): $354 mil millones ($354,000,000,000)
UBS (Switzerland): $287 mil millones ($287,000,000,000)
Credit Suisse (Switzerland): $262 mil millones ($262,000,000,000)
Lehman Brothers: $183 mil millones ($183,000,000,000)
Bank of Scotland (United Kingdom): $181 mil millones ($181,000,000,000)
BNP Paribas (France): $175 mil millones ($175,000,000,000)
Wells Fargo & Co. $159 mil millones ($159,000,000,000)
Dexia SA (Belgium) ) $159 mil millones ($159,000,000,000)
Wachovia Corporation $142 mil millones ($142,000,000,000)
Dresdner Bank AG (Germany) $135 mil millones ($135,000,000,000)
Societe Generale SA (France) $124 mil millones ($124,000,000,000)
Todos los demás $2,6 billones ($ 2,639,000,000,000)
Total $16.115 billones ($ 16.115.000.000.000)
La versión completa del informe de la GAO puede consultarse en: http://www.gao.gov/new.items/d11696.pdf


Director de Blogs Alternativos en Red *

martes, 30 de agosto de 2011

¿Por qué nos equivocamos los economistas?

Por Alberto Garzón Espinosa
Si hay una profesión verdaderamente desprestigiada esa es la del economista. Y es normal. Cada día vemos como los economistas inundamos los medios de comunicación con predicciones y sesudos análisis, muchos de ellos contradictorios entre sí, que al cabo de un tiempo se demuestran profundamente erróneos. Es tanto así que popularmente se considera que el mejor trabajo del economista es el de predecir el pasado. Eso sí, a veces alguna predicción acierta y, como si de un ritual se tratase, comienza a considerarse que ese economista, que averiguó el futuro de alguna forma extraña, merece ser el gurú de todos nosotros. La cuestión es, ¿por qué sucede esto?
La gente percibe a los economistas como expertos científicos en su campo, lo cual es cierto, pero lo que se olvida con facilidad es que este campo es en sí mismo bastante tormentoso. La economía no es una ciencia exacta, como la física, y no puede predecir el futuro con la misma precisión que se podría predecir el punto de colisión de un cohete lanzado desde un monte en proyección parabólica y con una velocidad determinada. Más al contrario, la economía, como ciencia social que es, tiene que conformarse con estudiar sujetos sociales cuyos comportamientos son, por definición, impredecibles. Y además con el principal inconveniente de no poder repetir un mismo experimento, aspecto básico de las ciencias exactas. Así las cosas, ¿cómo operamos los economistas?
La realidad social es compleja y confusa. Observamos a nuestro alrededor y vemos a personas ir de un lado hacia otro, comprar en tiendas que a veces son grandes y a veces pequeñas y con distintos números de trabajadores, comprando diferentes productos, interrelacionándose de forma compleja. Lo que observamos se dice que es la realidad concreta.
Los economistas para entender esa realidad hacemos procesos intelectuales de abstracción. La abstracción es un proceso que consiste en abandonar, para nuestro análisis, los aspectos secundarios y que nos permite concentrarnos en la esencia del problema. Por ejemplo, dejamos de considerar a cada persona de forma individual (Pepe, Juan, María…) y los clasificamos a todos en un conjunto llamado Individuos. Hacemos lo propio con toda la realidad social, es decir, la reducimos a través de la abstracción a una serie de categorías conceptuales (Estado, Hogares, Trabajadores, Capitalistas, Empresas, Dinero, Bancos, Mercado de Trabajo, etcétera). Y con ese repertorio de categorías conceptuales construimos un “modelo”, es decir, una maqueta de la realidad social que queremos estudiar.
La construcción de nuestro modelo
El objetivo es crear una “realidad virtual” o un “falso mundo” que refleje, a pesar de su virtualidad, los comportamientos y la dinámica del complejo mundo verdadero. Por lo tanto, lo que queremos como economistas es que nuestro modelo o maqueta sea lo más parecido posible a la realidad que estamos simulando. Y para ello empezamos a colocar nuestras piezas en la maqueta, y a establecer reglas de cómo se van a interrelacionar entre sí dichas piezas, siempre con un ojo puesto en el mundo real (pues nuestro modelo debería ser una réplica del mismo).
En la construcción de nuestro modelo necesitamos comenzar estableciendo una serie de supuestos o pilares fundamentales. Después de definir qué es cada pieza (qué es un Consumidor, por ejemplo) necesitamos dar instrucciones de cómo se comportan (cuáles son los objetivos del consumidor) y qué límites tienen (para llevar a cabo ese objetivo), entre otras. Es evidente que todo este proceso es arbitrario y no objetivo. Podemos definir al consumidor como aquel individuo que adquiere productos en un mercado a cambio de un pago (y por lo tanto su limitación es el dinero disponible), y cuyo objetivo es la maximización del consumo (el cuanto más… mejor). Si establecemos esas reglas estamos asumiendo que todos los consumidores se comportan igual, y eso será un supuesto básico de nuestro modelo.
Una vez hemos seleccionado nuestras piezas y hemos establecido sus reglas de comportamiento tenemos que desarrollar el modelo. Tenemos que darle vida. Para eso usamos las matemáticas, que son una herramienta aséptica y que nos permite combinar todas esas reglas de comportamiento y estudiar cómo interactúan entre sí.
El siguiente problema es muy técnico pero de gran importancia. Nuestra maqueta no es física, sino teórica. No vamos colocando las piezas sobre una mesa sino sobre el papel, y establecemos reglas de comportamiento con ayuda de las matemáticas. Y claro, las matemáticas aunque muy elegantes tienen también limitaciones. Y una de ella, de primer nivel, es que necesita operar con aspectos puramente cuantitativos (dos más dos es cuatro, pero “interesante” más “penoso” no tiene sentido matemático). Así que en nuestro proceso de abstracción tenemos que abandonar todo lo posible los aspectos cualitativos.
Eso es parte de los problemas de medición. Y es que mientras los científicos de las ciencias exactas tienen bien definidas sus magnitudes para medir la velocidad, el peso y otras variables, los economistas tenemos que proceder a estimar nuestras propias variables. Los trabajadores se estiman por censos administrativos. Los precios se calculan a través de un indicador ad hoc bastante cutre. Todas las variables de la contabilidad nacional (consumo, inversión, etc.) son resultado de reglas contables que pueden cambiar. Muchas variables son resultado de encuestas (aquí los físicos deberían estar ya riéndose a carcajadas), y a veces puede verse hasta declaraciones heroicas del valor de una variable o, dicho de otra forma, que los economistas se inventan datos. Por no hablar del problema más grave de todos y que tiene una controversia (la controversia de Cambridge) que dura decenas de años y que destroza el pensamiento neoclásico: ¿qué demonios es el capital, en qué unidades se mide y cómo se calcula?
En cualquier caso, cuando ya tenemos disponible nuestro modelo o maqueta lo que hacemos es predecir comportamientos. Se supone que nuestro modelo refleja el mundo real, así que suponemos un determinado cambio en la actitud de una pieza del sistema y vemos cómo se mueve el resto. Nuestro modelo si está bien hecho se dice que es un “modelo cerrado”, donde todas las piezas encajan perfectas y por lo tanto pueden verse afectadas. Nuestro modelo nos dirá si habrá movimiento o no en el resto de piezas cuando movemos una de nuestra elección. Por ejemplo, suponemos que el dinero del consumidor ha aumentado y queremos ver qué pasa con el resto de piezas (Empresas, Estado, Impuestos, etc.). Los resultados de esos movimientos de nuestro modelo son nuestras conclusiones.
Y entonces, como economistas que somos y con nuestro modelo debajo del brazo vamos a los medios de comunicación y gritamos bien alto: “un incremento de la capacidad adquisitiva de la población conllevará un incremento de las ventas de las empresas y un incremento de los gastos del Estado, quedándose el número de gatitos en la ciudad de forma estable”. O lo que sea que nos haya dicho nuestra predicción.
El problema de la modelización
Hasta aquí ya todo el mundo debe haber comprendido que el carácter arbitrario de la elección de las piezas, su definición, el establecimiento de reglas de comportamiento y el tipo de supuestos asumidos son todos parte de un proceso mental, afectado de prejuicios, que nada tiene que ver con la ciencia exacta. Por lo tanto hay riesgo de error. En primer lugar porque nuestra maqueta puede no estar representando el mundo real y por lo tanto lo que nos pueda decir sobre el mundo fantástico nos debería importar bien poco. Y en segundo lugar porque en el mejor de los casos las conclusiones son aproximaciones a la realidad dado el carácter social de los elementos representados en las piezas y, por lo tanto, por la incapacidad objetiva de representarlos a partir de reglas de comportamientos fijas (o, dicho de otra forma, una persona no es un átomo).
Por estas razones se comprenden varias cosas.
Primero, que sólo algunos economistas acierten en sus predicciones y que no siempre sean los mismos (ya que el mundo real puede cambiar al producirse cambios bruscos en el comportamiento real de las “piezas”).
Segundo, que dado que hay infinidad de modelos también haya infinidad de interpretaciones diferentes. A este respecto los economistas suelen agruparse en “escuelas de pensamiento”, que giran alrededor de determinados supuestos fuertes que asumen de forma colectiva. Entre las escuelas de pensamiento más importantes están la “escuela neoclásica” (que fundamenta el pensamiento neoliberal), la “escuela keynesiana” (que fundamenta la socialdemocracia), la “escuela austriaca” (que fundamenta el ultraliberalismo) y la “escuela marxista” (que fundamenta el marxismo). Cada una de esas escuelas tiene un núcleo de pensamiento común (normalmente supuestos sobre los que comienza la construcción del modelo) pero luego puede tener ramificaciones debido a la incorporación de nuevas piezas, reglas de comportamiento o incluso a diferentes interpretaciones sobre los resultados del modelo.
En la actualidad la inmensa mayoría de los economistas están adscritos a la “escuela neoclásica”, pero por la sencilla razón de que es la teoría dominante y única que se estudia en las facultades de economía. La mayoría de los estudiantes de economía sólo ven los modelos neoclásicos a lo largo de su carrera y, por lo tanto, quedan contaminados por una visión exclusiva de la economía. Por esa razón, por ejemplo, emergió el movimiento de Estudiantes por una Economía Crítica (EEC) del que formé parte como estudiante y del que ahora formo parte como economista.
Porque el reino de la economía no es el reino de los técnicos o los científicos exactos, por más que algunos se pretendan hacer ver así para revestirse de supuestos poderes mágicos, sino del reino de la duda, la incertidumbre y la pluralidad. Y cuidado porque la economía es un arma muy poderosa.
PS: El año pasado elaboré un esquema con algunas de las principales escuelas de pensamiento. Si alguien quiere verlo está aquí.

viernes, 19 de agosto de 2011

El descalabro continua…



Lucio Agustín Torres *

Es difícil y comprensible a la vez, entender a la mayoría de ciudadanos de este País, tener que aceptar … la economía de EE.UU. es un descalabro, como lo explica en un artículo reciente Noam Chomsky - Profesor emérito de lingüística y filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, y uno de los mas re-nombrados intelectuales norteamericanos, cuyo título: Estados Unidos en Decadencia. Refleja una realidad dolorosa para millones de ciudadanos de esta nación.
A la caída de un 33% de los bienes inmobiliarios desde su pico el año 2007 (una cifra mayor a la registrada durante la Gran Depresión, que llegó al 31%), se suma el decepcionante dato del empleo. El desempleo en Estados Unidos regresó al 9,3% oficial, mientras el desempleo real (de acuerdo a Shadowstats.com) se ubica en el 22,2%. Uno de cada seis estadounidenses depende de los cupones de alimentos del gobierno. Estados Unidos está en graves problemas. Y ni siquiera el señoreaje del dólar parece salvarlo de esta nueva recaída que para la economía mundial puede ser fatal. Que la mayor economía del planeta, que el único país con el alcance militar global y donde están la mejores universidades a las que acude a estudiar gente de todo el mundo; que el dueño de la divisa internacional y el cultor de la mayor cantidad de documentos de management, marketing, creatividad, liderazgo, ciencia, medicina y autoayuda esté en una crisis de esta envergadura debe dar qué pensar.
Estados Unidos se encuentra viviendo una enorme decadencia que sobrepasa todos sus méritos artísticos, intelectuales y científicos: es la crisis de un consumismo excesivo; una crisis que sólo puede compararse a la decadencia del Imperio Romano por su enajenación y ensimismamiento. El problema es que en este tren de vida Estados Unidos arrastró a toda la economía mundial, que ahora sufre la misma enfermedad y vive el viento en contra de los altos precios del petróleo, del aumento del
precio de los alimentos y de las materias primas y de una enorme crisis de deuda originada justamente en esa etapa del despilfarro y del gran sueño, que ahora se ha convertido en pesadilla y que trata de hacerse ver como el problema más importante.
Luego de que la calificadora de riesgo Standard & Poor’s degradara la deuda pública estadounidense y en medio del continuado desbarranque de todas las bolsas del mundo, los neo keynesianos y premios Nobel de economía Joseph Stiglitz y Paul Krugman, iniciaron una cruzada sosteniendo que el problema no está fundamentalmente en la economía, sino en las “nociones económicas” y en la “extrema derecha”. “La explosión de una burbuja condujo a un estímulo keynesiano masivo que evitó una recesión mucho más profunda, pero también impulsó déficit presupuestarios importantes”, dice Stiglitz (Clarín, 6/8). “El déficit presupuestario de Estados Unidos es, después de todo, principalmente el resultado de la crisis económica que siguió a la crisis financiera de 2008”, dice Krugman (The New York Times, 8/8).
El drama de las economías estadounidense y europea es muy distinto del que aducen ambos académicos. El problema es que las intervenciones estatales más voluminosas de la historia del capitalismo mundial permitieron sólo una débil recuperación de las economías de los países centrales. En el caso de Estados Unidos con más de 3 billones de dólares en rescates que elevó la deuda pública desde el 64,4% del PBI a fines de 2007 a poco más del 100% del PBI actualmente (su nivel más alto desde el fin de la Segunda Guerra Mundial), apenas si logró un nivel de crecimiento que recupere la caída acumulada desde 2008. Tomando el año 2007 como base 100, a finales del año 2009 la economía estadounidense estaba en 96,186 puntos, lo cual implica una caída acumulada del 3,8% (con base en los datos actualizados del Buró de Análisis Económico de Estados Unidos). Si se tiene en cuenta que el PBI creció durante 2010 un 3% y durante los dos primeros trimestres de 2011 alrededor del 0,8%, apenas estaría alcanzando a recuperar la caída.
En los Estados Unidos se respira un aire de decadencia. La extralimitación imperial, la polarización política y una costosa crisis financiera están pesando sobre la economía real. Seguimos pensando que el problema es el desempleo y la desaceleración de la economía, mas allá de cifras y datos macro-económicos, son millones de seres humanos que están sufriendo en carne propia, la ineptitud de quienes tienen a su cargo el manejo de la política económica.
Aunque en el país ya no se destruyen 700.000 empleos por mes como hace un par de años, la creación de nuevos puestos sigue siendo débil (entre 15.000 y 250.000 por mes; un ritmo saludable para bajar el 9.3 por ciento de desempleo debería ser de 300.000 nuevos puestos por mes).
Académicos y destacados investigadores concluyen, Se vienen años de incertidumbre y caos mundial .
La actual rebaja en la calificación de crédito para Estados Unidos no es una sorpresa, es simplemente la constatación de la decadencia del billete verde y de la quiebra Estados Unidos que esta vez no tendrá mecanismos para evitarla. El final de la era post Bretton Woods no hace más que dar cuenta de este declive económico del cual da cuenta el estado actual de toda la economía mundial. El descalabro continua…


Director de Blogs Alternativos en Red *

viernes, 5 de agosto de 2011

Incubando el colapso del Sistema.




Lucio Agustín Torres *

Hay una certeza generalizada entre los especialistas: La no reactivación plena del consumo y la persistencia crónica del desempleo con una tasa del 9,3% complica todas las variables de la recuperación económica de EEUU.
Según The Wall Street Journal, el vocero más influyente del poder financiero de EEUU: La crisis (endeudamiento y baja de recaudación) de los Estados de la Unión, agrava el desempleo (desocupación y recortes salariales) y ya extiende los ajustes (reducción de planes sociales) a todo el territorio de EEUU.
Este proceso de sobreendeudamiento (agregado a la caída de la recaudación por la desaceleración económica) no sólo amenaza la estabilidad económica y la “gobernabilidad” del sistema en EEUU, sino que también (y como ya sucedió con los bancos y empresas privadas) puede hacer colapsar en cadena a los propios Estados de la Unión.
EEUU tiene actualmente un déficit presupuestario de US$1,5 billones. Para hacer frente a él, se ha visto obligado emitir títulos del tesoro, bonos y otros instrumentos financieros.
La deuda pública ascendió a US$14,3 billones en mayo. Cuando Barack Obama asumió la presidencia en enero de 2009, la cifra era de US$10,6 billones. El Congreso votó por elevar el límite del endeudamiento diez veces desde 2001.
Altos funcionarios de la Casa Blanca, como el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, o el secretario del Tesoro, Timothy Geihtner, advirtieron sobre las consecuencias “calamitosas” de que no se eleve ese límite y que el país pueda dejar de pagar sus obligaciones internacionales.
Una recesión económica en EEUU impactaría globalmente en América Latina, China y los países asiáticos que tienen en Estados Unidos al principal comprador de materias primas, productos elaborados y servicios.
Por su entrelazamiento e interdependencia global, hay tres procesos centrales que determinan por estos días el curso de la economía mundial: La crisis fiscal de EEUU, la crisis fiscal de Europa, y la crisis comercial EEUU-China. De esa relación estratégica, depende el equilibrio, o el desequilibrio, del resto de las economías de las áreas periféricas de Asia, África y América Latina.
La UE, en bloque, es la segunda economía mundial, detrás de EEUU.
China, individualmente, ya es, según la mayoría de los analistas, la segunda economía y potencia exportadora mundial detrás de EEUU.
Juntas, esas tres economías centrales (EEUU-UE-China) suman más del 40% del PBI mundial, y están completamente interrelacionadas (son dependientes entre sí) a través del comercio de importación y exportación. Además, China, tiene sus reservas en dólares (US$ 2,3 billones) lo que la ata al destino de la economía norteamericana, para bien o para mal.
Esto significa que: Cualquier desequilibrio en las economías de EEUU (en crisis fiscal) y la UE (en crisis fiscal), impacta directamente en China (en crecimiento pero con problemas potenciales), que arrastra detrás de su expansión económica exportadora al resto de las poderosas economías asiáticas, como Japón, Corea del Sur, Indonesia, India y Taiwán, entre otras (Si se suman estas economías asiáticas a las de EEUU-UE-China, se supera largamente el 70% del PBI mundial).
En el nuevo escenario dominado por la crisis, EEUU no solamente es el primer comprador de productos chinos, sino que además China es el principal acreedor de la primera potencia imperial.
El entrelazamiento financiero y comercial que existen entre ambas economías (la primera y la tercera en el orden mundial capitalista) las convierte casi en hermanas simbióticas: Si se cae China se cae EEUU, y viceversa.
Hoy todos los indicadores importantes sobre el desempeño de la economía mundial indican que la crisis se profundiza. Desde Estados Unidos hasta Europa, pasando por Japón y China, el barómetro anuncia una tormenta que amenaza convertirse en huracán global. Ya llevamos tres años de estancamiento, regresión y desempleo agudo, y los gobiernos de las economías capitalistas desarrolladas han sido incapaces de presentar soluciones para salir del agujero. Lo más grave es que han hecho suyo el sueño del sistema financiero para agravar la crisis y hacerla más duradera.
En Estados Unidos el retroceso pasa por la rendición incondicional de Barack Obama frente a los soñadores y reaccionarios del partido republicano. Frente a la transferencia de cifras astronómicas para los bancos y Wall Street, los republicanos piden recortes en los programas sociales Medicare y Medicaid y Obama acepta el reto. Hasta el sacrosanto seguro social, tan venerable para los demócratas, ha sido ofrendado en bandeja de plata a los cuchilleros de los republicanos. Obama anuncia que se necesita reformar el seguro social para alcanzar la estabilidad que requiere la comunidad de negocios para poder invertir y llevar a la economía estadounidense al crecimiento y la prosperidad. ¿De dónde sacó ese sueño? Las cifras de desempleo en Estados Unidos anunciadas la semana pasada más bien confirman que ese país vive una pesadilla y está muy lejos de haber salido de la crisis.
Obama zozobra en el mismo razonamiento que domina el ideario reaccionario: si damos estabilidad y tranquilidad a los empresarios, las inversiones fluirán por sí solas y todo se arreglará. Es lo que claman los halcones en el Congreso. No importa que su país se vaya a la cloaca de la segunda Gran Depresión.
Si algo ha demostrado los gigantescos paquetes de rescate para el sector financiero es que la actual no es una crisis de liquidez. En realidad, el histérico reclamo de austeridad en Europa y Estados Unidos traduce una visión equivocada de la crisis. Se quiere negar que ésta es una peligrosa crisis estructural de todo el modelo económico neoliberal. Se está incubando el colapso del sistema, aunque se niegue con cara de palo, y algunos idiotas crean todavía “En el País de las oportunidades”.

Director de Blogs Alternativos en la Red *

viernes, 22 de julio de 2011

Los de siempre manejan las llaves del Pais.


Lucio Agustín Torres *

A cinco días del cambio de gobierno, semana crucial para la economía peruana, tenemos los nombres de quienes conducirán las carteras de economía y demás sectores del gobierno Gana Perú, alianza política ganadora de las elecciones peruanas (2011-2016).
La necesidad de cambio económico expresada en la elección, el cinco de junio y reflejada a través de encuestas y sondeos de prestigiosas universidades, mayoría de limeños rechaza la política neoliberal de García, eran los titulares de los diarios de la época. La necesidad de cambio, digo… fue; uno de los factores importantes del triunfo de Ollanta Humala.
El Presidente electo ha dicho: “No busco quedar bien con todos, tengo el compromiso de transformar el País”.



No dudamos de la voluntad del presidente, incluso hacemos nuestra, la frase; efectivamente; no se puede quedar bien con todos-menos aun; con personajes representantes de los partidos perdedores. La ratificación de Julio Velarde como presidente del BCR , y la inmediata algarabía por la noticia, desde el terrorista financiero del ministro de economía, pasando por García, y la subida de 4.62 % de la bolsa de valores de lima. Resulta, nada sorprendente, a la luz de las pugnas por ejercer participación, en el nuevo gabinete. La derecha económica a través de sus voceros, representantes de Perú Posible, aliado del partido Nacionalista-Gana Perú, vienen desarrollando, una serie de conversaciones para tratar de ocupar la mayor cantidad de puestos claves en la función del Estado. Cambio, Cambio para que nada cambie. Parece ser la frase del poder económico, jugándose los minutos más importantes, antes del inicio. Si bien la propuesta de Julio Velarde es una señal en torno a la dirección de política monetaria para los próximos años; lo importante es conocer a los otros seis miembros del Directorio. Velarde es uno de siete. De estos seis restantes, tres quedan en potestad del Ejecutivo, lo coherente es que debieran estar economistas que han trabajado en los Lineamientos de Política Económica de Gana Perú. En ese sentido, Oscar Dancourt y Daniel Schydlowsky son reputados economistas que no solo han trabajo en los Lineamientos, sino que incluso ya han sido parte del Directorio del BCRP. Es más, Dancourt ha llegado a ser Presidente del Directorio del BCRP con una muy notable gestión. A ellos se agrega Félix Jiménez quién ha tenido crucial participación en la elaboración de la propuesta de Gana Perú.

Nuevo gobierno… ¿ha cambiado el poder económico?


Durante los gobiernos (Fujimori, Toledo, García) el ministerio de economía y el BCRP ha sido para el poder económico, feudos claves, para manejar los hilos de la economía y mantener sus intereses bajo control, representados por fieles personajes como el flamante ministro de economía , Luis Castilla; allegado a Pedro Pablo Kuczynski, y hace semanas vice-ministro de economía del gobierno saliente, directo responsable del DS012 que frenó el gasto público en momentos en que el alza mundial de los alimentos y la energía aumentaba las presiones inflacionarias a nivel local. Los planes de la derecha al comienzo del nuevo gobierno nacionalista y popular. Es no perder los nexos que la han mantenido gozando de exoneraciones y privilegios durante todo el siglo XX.
No prepararse para contener lo que se viene, sería pecar de ingenuos, creer que con el nombramiento más o menos consensual del Ministro de Economía y del Presidente del Banco Central de Reserva (BCR) van a quedar contentos, sería irresponsable. La conducta de este sector de la derecha peruana, será presionar todo el tiempo. La pregunta es quién tendrá la sartén por el mango.
¿Quién tiene el poder en el Perú? ¿Hasta dónde una alianza congresal con Perú Posible, garantiza la gobernabilidad del país? O, ¿Es que en algún momento ésta puede convertirse en una espada de Damocles, cuando la voluntad concertadora de Gana Perú no sea suficiente a los intereses de algún sector de los grandes empresarios? Por eso y, sin perder de vista las alianzas políticas en el Congreso de la República y en un ánimo concertador y precisamente por ello, hay una tarea importante que debe afrontar Gana Perú y en especial el Partido Nacionalista, esa es reconstruir el tejido social, hecho trizas durante la dictadura de Fujimori y Montesinos y construir y afirmar el Partido Nacionalista Peruano, con una adecuada política de cuadros sobre todo intermedios.
El costo total de los programas sociales es de un 3,5% del PBI nacional, es decir, unos US$ 5,250 millones anuales. Un enorme reto cuando el ritmo de crecimiento y de gasto cae. Se necesita el apoyo de los cuadros técnicos e intelectuales, de la alianza Gana Perú, ahora en el gobierno.
Recogiendo este reto, Ollanta Humala aludiendo a la derecha que tuvo en sus manos los resortes del poder durante muchos años y que hoy aún aspira a perpetuar el neo liberalismo, dijo: “ellos están defendiendo un viejo esquema, aferrándose a un modelo económico que en veinticinco años no ha sido capaz de resolver los desafíos que nos impone el desarrollo nacional y los problemas que genera la pobreza. Están empeñados en replicar el siglo XX en el siglo XXI mediante un modelo económico del pasado y una visión colonial del Perú”.
¿Sera que los personajes neoliberales integrantes del nuevo gobierno, han cambiado de piel?
Esta historia comienza a rodar el 28 de julio.

Director de Blogs Alternativos en Red *

sábado, 9 de julio de 2011

La Crisis de los Estados.

 Por Lucio Agustin Torres *

La crisis financiera de 2008 y sus secuelas supusieron un duro golpe para las finanzas estatales, a medida que se disparaban las deudas públicas. Tanto en Europa como en Estados Unidos, este impacto excepcional se agrava por las presiones demográficas que aumentan a la vez que las presiones presupuestarias suben, al empezar a jubilarse los nacidos durante el ‘baby boom’. Por último, a ambos lados del Atlántico, la crisis económica divide a los políticos, por lo que resulta mucho más difícil encontrar soluciones racionales al problema de las deudas. En Washington debaten sobre un tope de endeudamiento, en Bruselas, observan el abismo de la deuda. Pero el problema básico es el mismo. Las finanzas públicas tanto de Estados Unidos como de la Unión Europea están descontroladas y ambos sistemas políticos son demasiado deficientes como para resolver el problema. Estados Unidos y Europa están en el mismo barco y éste se está hundiendo.
Los expertos (del sistema) que escribieron sobre las causas estructurales de la crisis financiera se han dado cuenta que les faltaba un capítulo: El impacto de la “crisis financiera” en las finanzas del Estado. O sea, el costo (económico y social) que demandará a los Estados capitalistas (empezando por EEUU y las economías centrales) el salvataje (con dinero público de todos los contribuyentes) de los grandes conglomerados bancarios y empresariales que hicieron estallar la “burbuja” del colapso financiero a escala global en 2008.
Un nuevo actor emerge en la economía mundial: La “crisis fiscal” (producto de los déficit siderales que aquejan a los Estados de las economías centrales) que sucede a la “crisis financiera” en la debacle de la economía capitalista globalizada. Y hay una paradoja: La “crisis estatal” no nace como producto del endeudamiento privado sin respaldo (la economía de papel de los grandes conglomerados bancarios imperiales) sino como emergente de los programas estatales de salvataje financiero que han endeudado (sin respaldo fiscal) a los Estados centrales, con EEUU y la Unión Europea en primer término. Los billonarios fondos públicos utilizados para salvar a los megos consorcios bancarios
e industriales terminaron generando una deuda impagable y un rojo crónico en las cuentas fiscales de las naciones capitalistas centrales (principalmente EEUU, la UE, Japón y China).

DESEMPLEO: MÁS GASOLINA AL FUEGO


La cuestión es la magnitud y la composición del desempleo en Estados Unidos y los Países de Europa–un problema que todavía no ha sido reconocido como corresponde por su impacto cada vez más perjudicial en el tejido social del país, su potencial económico y su posición fiscal y dinámica de deuda, ya bastante frágil. En un 9,8% casi tres años después del estallido de la crisis financiera global, la tasa de desempleo de Estados Unidos sigue tenazmente (e inusualmente) alta; · En lugar de reflejar una creación de empleos, gran parte de las mejoras de los últimos meses (con respecto al 9.8% en noviembre del año pasado) se deben a los trabajadores que salieron de la fuerza laboral, lo que llevó la participación de la fuerza laboral a un mínimo de 64,2%, que no se registraba desde hacía muchos años; · Si se incluyen los trabajadores de tiempo parcial ansiosos por trabajar jornada completa, casi uno de cada seis trabajadores en Estados Unidos están subempleados o directamente desempleados; · Más de seis millones de trabajadores han estado desempleados durante más de seis meses, y cuatro millones, por más de un año; · El desempleo entre los jóvenes de 16 a 19 años está en un asombroso 24%; · Prácticamente sin ingresos generados y con ahorros menguantes, los desempleados están en peores condiciones para poder hacer frente al alza de los precios del combustible y los alimentos, decididamente no tienen acceso al crédito y muchos tienen una deuda hipotecaria que excede el valor de sus viviendas. Estos y otros muchos factores hablan de una realidad desagradable e inusual para Estados Unidos. El país ahora tiene un problema de desempleo que es grande en magnitud y cada vez más estructural en naturaleza.
La reestructuración de las deudas públicas de los países, como abogan algunos ante la evidencia, es entonces sólo un aspecto de la crisis de deuda -es necesaria una reestructuración de las deudas privadas. ¿Pero cómo se reparten en forma equilibrada las pérdidas que ocasionaría una reestructuración a los acreedores? Alemania por ejemplo, que oficialmente aboga por un refinanciamiento, es el país que tiene las espaldas más anchas para compensar a su sistema financiero, lo cual dejaría a éste en una posición dominante en el mercado. Alemania pretende hacer recaer el costo de una refinanciación de la deuda pública de Grecia (y de la deuda de los bancos griegos con la banca alemana) en los bancos que nacionalizó al comienzo de la crisis -o sea que pagará el Tesoro, no los acreedores de esos bancos ni los bancos que no fueron
nacionalizados- como el Deustche o el Commerzbank. Otras formas de reestructuración tropiezan siempre con su costo; el Tesoro italiano, al borde de la bancarrota, no está en condiciones de financiar a los otros países en bancarrota. Un refinanciamiento colectivo sólo funcionaría como un paso hacia un sistema fiscal único de Europa -por ahora imposible. Lo decisivo, sin embargo, es algo que va más allá de la crisis financiera: el mercado mundial se contrae, es decir que los países en bancarrota no tienen salida por la vía de la recomposición de la industria y del comercio. El „default’ virtual de Grecia es la expresión de una bancarrota que se encuentra más allá de sus fronteras, y ésta la expresión de un límite histórico del conjunto del capital mundial.
El FMI señaló que Estados Unidos debe aumentar el techo de su deuda desde los actuales US$14.300.000.000.000 (14,3 billones de dólares), dado que está al borde del impago masivo, Con impagos soberanos a la orden del día, draconianos planes de ajuste y precariedad financiera global, podemos advertir lo que nos depara este segundo semestre. Que ahora sea el propio FMI el que diga que Estados Unidos está al borde del impago masivo, encierra una grave contradicción del sistema: el FMI nunca ha auditado las cuentas de la Reserva Federal de Estados Unidos, pero sí lo ha hecho con las cuentas de los países del Tercer Mundo, y se está haciendo ahora con Grecia. ¿Tiene sentido auditar a países pequeños, cuyo impacto y daño en caso de colisión es reducido, y no auditar a los países grandes, donde se realizan los grandes fraudes financieros? Por eso no debe sorprender que ante la visión interesada que hace circular versiones de que la crisis de deuda soberana que se desarrolla actualmente en Europa es la mayor amenaza para los mercados financieros globales, los economistas del Banco de China dicen: “es el de la deuda soberana de Estados Unidos, dado que es mucho más peligrosa que la crisis de la deuda europea, al estar imbricada en todo el mundo” y como “la crisis de la deuda soberana de Estados Unidos seguirá intensificándose en los próximos años, continuará creando alto niveles de riesgos.”
Hemos perdido nuestras casas, ahorros, trabajo, nos amenazan con quitarnos nuestras jubilaciones – ha llegado la hora de indignarnos, rebelarnos y de buscar nuevas alternativas a todo este desmadre.

Editor del Norte *

sábado, 25 de junio de 2011

Pobre Economía…


 Por Lucio Agustin Torres *

Brutalmente honesto, Bernanke admitió que no tenía idea de lo que realmente está causando la actual fragilidad de la recuperación económica de EE.UU. El presidente de la Fed, Ben Bernanke, en conferencia de prensa este miércoles, se refirió a todos los temas, admitiendo que la recuperación fue más débil de lo esperado y que más allá de factores coyunturales, como interrupciones en la cadena de suministro en Japón y los altos precios de la energía, estaba en pérdida en cuanto a lo que era la causa del bache. Sobre la deuda pública dijo: “al no elevar el techo de la deuda en el momento oportuno este; sería contraproducente si el objetivo es trazar un camino hacia una mejor situación fiscal de nuestra nación.”
Bueno, es obvio para cualquier persona que haya estado prestando atención lo que está causando la desaceleración económica, y si el señor Bernanke no sabe, debería ser despedido. ¿Hasta cuando los causantes de la crisis mundial, siguen siendo los encargados de dar recetas económicas, cuyos resultados, lo estamos viviendo? Pobre Economía…
La crisis de deuda soberana en Europa está en el foco de los mercados y la probabilidad de quiebra de Grecia permanece latente, lo que está teniendo su repercusión en terreno bursátil. Asimismo, las dudas en torno a la recuperación económica de Estados Unidos, son reales, especialistas hablan; Ya estamos galopando hacia la siguiente crisis del sistema financiero internacional.
Pero dejemos a Stiglitz, premio nobel de economía, nos ilustre sobre EE.UU.
“En primer lugar, la creciente desigualdad es la otra cara de otra cosa: la oportunidades se reducen. Cada vez que disminuyen la igualdad de oportunidades, significa que no estamos usando algunos de nuestros activos más valiosos de nuestro pueblo, de la manera más productiva posible. En segundo lugar, muchas de las distorsiones que
conducen a la desigualdad, tales como los relacionados con el poder de monopolio y el tratamiento fiscal preferencial por los intereses especiales, ayudan a debilitar la eficiencia de la economía. Esta nueva desigualdad va a crear nuevas distorsiones, lo que socava aún más la eficiencia. Para dar sólo un ejemplo, demasiados de nuestros jóvenes con más talento, al ver los beneficios astronómicos del sistema financiero, se han ido a las finanzas en lugar de en los campos que daría lugar a una economía más productiva y saludable. En tercer lugar, y quizás lo más importante, una economía moderna requiere una “acción colectiva”, que necesita el gobierno para invertir en infraestructura, educación y tecnología. Los Estados Unidos y el mundo se han beneficiado enormemente de la investigación patrocinada por el gobierno que llevó a la Internet, a los avances en la salud pública, y así sucesivamente. Pero Estados Unidos ha sufrido durante mucho tiempo una falta de inversión en infraestructura (ver el estado de nuestras carreteras y puentes, los ferrocarriles y aeropuertos), en la investigación básica, y en la educación en todos los niveles. Recortes adicionales en estas áreas quedan por delante. Nada de esto debería ser una sorpresa, es simplemente lo que sucede cuando la distribución de la riqueza de una sociedad llega a ser desigual. Cuanto más dividida se convierte una sociedad en términos de riqueza, los más reacios son los ricos en gastar dinero en las necesidades comunes. Los ricos no necesitan confiar en el gobierno por los parques o la educación o la atención médica o personal de seguridad, dado que pueden comprar todas estas cosas por sí mismos. En el proceso, se vuelven más distantes de la gente común, perdiendo la empatía que alguna vez pudieron haber tenido. También se preocupan por el gobierno fuerte que podría usar sus poderes para ajustar el balance, tomar parte de su riqueza, e invertir para el bien común. El 1 por ciento puede presentar una queja sobre el tipo de gobierno que tenemos en Estados Unidos, pero en verdad les gusta y les favorece: demasiado paralizado para redistribuir, demasiado dividido como para no hacer otra cosa que bajar los impuestos. Los economistas no está seguros de cómo explicar plenamente la creciente desigualdad en Estados Unidos. La dinámica normal de la oferta y la demanda sin duda han jugado un papel importante: las tecnologías que ahorran trabajo han reducido la demanda de muchos “buenos” de clase media, trabajos manuales. La globalización ha creado un mercado mundial, enfrentando a cara los trabajadores no calificados en Estados Unidos en contra de los trabajadores no cualificados en el extranjero barato. Los cambios sociales también han desempeñado un papel, por ejemplo, el declive de los sindicatos, que una vez representó un tercio de los trabajadores estadounidenses y ahora representan aproximadamente el 12 por ciento.
Pero una gran parte de la razón de por qué tenemos tanta desigualdad es que el 1 por ciento lo quiere así. El ejemplo más evidente consiste en la política tributaria. La reducción de las tasas de impuestos sobre las ganancias de capital, que es como los ricos reciben una gran parte de sus ingresos, ha hecho a los ricos más ricos. Los monopolios siempre han estado cerca de una fuente de poder económico, desde John D. Rockefeller a principios del siglo pasado a Bill Gates a finales de siglo. La aplicación laxa de las leyes anti-trust, especialmente durante las administraciones republicanas, ha sido una bendición para ese 1 por ciento. Gran parte de la desigualdad de hoy se debe a la manipulación del sistema financiero, posible gracias a los cambios en las reglas que han sido comprados y pagados por la industria financiera en sí misma, sin duda una de las mejores inversiones. El gobierno prestó dinero a las instituciones financieras al 0 por ciento de interés y siempre otorgó generosos rescates en condiciones favorables, cuando todo lo demás fallaba. Mientras los reguladores hacían la vista gorda a la falta de transparencia y los conflictos de intereses. Cuando nos fijamos en el volumen de riqueza que controla el 1 por ciento en este país, es tentador ver nuestra creciente desigualdad como un logro esencialmente estadounidense, que empezó por detrás de la manada, pero ahora estamos llevando la delantera en la desigualdad mundial. Y parece que vamos a continuar por este camino en los próximos años, porque lo que lo hizo posible se refuerza a sí mismo. Engendra la riqueza de poder, que genera más riqueza. Durante el escándalo de ahorros y préstamos de la década de 1980, un escándalo cuyas dimensiones, según los estándares de hoy, parece casi pintoresco, el banquero Charles Keating fue preguntado por un comité del Congreso si los $1,5 millones que se había extendido entre algunos altos funcionarios electos en realidad podrían comprar influencia. “Eso espero”, respondió. La Corte Suprema de Justicia, en su reciente caso Citizens United, ha consagrado el derecho de las empresas a comprar el gobierno, mediante la eliminación de limitaciones en los gastos de campaña. Lo personal y lo político están hoy en día en una alineación perfecta. Prácticamente todos los senadores de Estados Unidos, y la mayoría de los representantes en la Cámara, son miembros del 1 por ciento más rico cuando llegan, se mantienen en el cargo cuidando el dinero del 1 por ciento más rico, y saben que si están al servicio del 1 por ciento más rico, serán recompensados por el 1 por ciento cuando salen de la oficina. En general, la clave de la rama ejecutiva de políticas sobre el comercio y políticas económicas también viene del 1 por ciento más rico. No debe ser motivo de asombro que determinadas leyes generadas en el Congreso den abultadas ganancias a empresas como las farmacéuticas, cuando se trata de vender al país, el mayor comprador de drogas. O como una factura de impuestos no puede salir del Congreso, a menos que se pongan en marcha grandes recortes de impuestos para los más ricos. Dado el poder que tiene ese 1 por ciento más alto, es la forma en que se aseguran que el sistema funcione.
La desigualdad de Estados Unidos distorsiona nuestra sociedad en todos los sentidos imaginables. Está, por un lado, bien documentado el efecto del estilo de vida de las personas fuera del 1 por ciento que viven cada vez más allá de sus posibilidades. La economía del chorreo puede ser una quimera, pero el comportamiento de chorreo es muy real. La desigualdad masiva distorsiona nuestra política exterior. El 1 por ciento más rico no suele servir en las fuerzas armadas, la realidad es que en los ejércitos “de voluntarios” no pagan lo suficiente para atraer a los hijos e hijas, y el patriotismo no va más lejos. Además, la clase más adinerada no siente que una pizca de los impuestos de la nación vaya a la guerra: el dinero prestado pagará por todo eso… y con intereses. La política exterior, por definición, se refiere a la ponderación de los intereses nacionales y los recursos nacionales. Con el 1 por ciento a cargo, y que no pagan el precio, la noción de equilibrio y la moderación va por la ventana. No hay límite a las aventuras que pueden llevar a cabo, las empresas y los contratistas están sólo para ganar. Las reglas de la globalización económica están también diseñadas para beneficiar a los ricos: fomentan la competencia entre países para su propio negocio, hacen que bajen los impuestos a las corporaciones, debilitando la salud y la protección al medio ambiente, y socavando lo que solía ser visto como los derechos “fundamentales” del trabajo, que incluyen el derecho a la negociación colectiva. Imagine lo que el mundo podría ser si las reglas que se han diseñado para fomentar la competencia entre países fuera para los trabajadores. Los gobiernos competirían en la prestación de la seguridad económica, en bajos impuestos a los asalariados, en buena educación y en un medio ambiente limpio. Pero el 1 por ciento no necesita esas atenciones.”
Por tanto, la bomba de relojería que todavía no está desactivada en esta crisis se llama Estados Unidos y Unión Europea, y digo por ese orden, aunque se habla más de la UE, si no de Grecia.
En el momento de la implosión del sistema financiero internacional, dentro de la preocupación, había algo que nos llenó de esperanza: el reclamo de que los políticos hicieran algo para sacar al mundo de la crisis. Por tanto, reclamación de la política, y dijimos entonces: qué bien, la política está de vuelta, pero una vez que se ha pagado el rescate a los bancos y se han desequilibrado las cuentas públicas, el señor mercado vuelve a pedir a la política que se aparte, y que no se le vaya a ocurrir regular el funcionamiento del sistema para evitar que otra vez ocurra. De tal manera, que hoy ya estamos galopando (…) hacia la siguiente implosión del sistema financiero internacional. Como no lo estamos evitando, estamos incubando la siguiente. La andadura de la política económica liberal de EEUU, que rebajó los impuestos a los más ricos y que fue acuñada como Reaganomics, dado que se inició tras la llegada de Ronald Reagan a Washington, está a punto de terminar. Y, como ocurrió al final de los
dorados años 20, será de forma dolorosa debido al estallido de varias burbujas financieras que tienen al mundo viviendo un dramático y largo proceso de hundimiento económico. Pobre Economía…

Director del Grupo Editor del Norte * 

jueves, 16 de junio de 2011

Malas Noticias en la economía.


Lucio Agustín Torres *

El colapso económico es inminente. Los países más industrializados del mundo enfrentan una gran crisis de deuda provocada por el quiebre del crédito del año 2008. Estas crisis originadas por el colapso del crédito resultan ser mucho más prolongadas y profundas que las crisis desatadas por un estallido financiero. Gran parte del mundo se enfrenta a este tsunami de la deuda que los tiene al borde de la bancarrota, como Grecia, Irlanda y Portugal.
Mientras Standard & Poors ha castigado nuevamente la deuda griega otorgándole la calificación más baja del mundo (triple C = bonos basura), Bill Gross, el ejecutivo de Pimco, ha señalado que las finanzas de Estados Unidos están peor que las griegas. Si a la deuda pública de Estados Unidos, que supera los 14,4 billones de dólares, se le agregan los 50 billones de la deuda de Medicare (Plan de salud) y otros programas de asistencia pública, esta asciende a 100 billones de dólares, es decir, el 700% del PIB estadounidense, cifra imposible de reducir en menos de dos o tres décadas.
Esta situación está generando un intenso debate tributario en Estados Unidos, al que incluso se ha sumado Alan Greenspan, uno de los responsables de la burbuja financiera, quien ha pedido derogar todas las rebajas tributarias de la era Bush. Estos bajos impuestos, y las bajas tasas de interés, provocaron que los destinos del 1% más rico y del resto del mundo se hayan hecho diametralmente opuestos. Y el fuerte y persistente desempleo amplia aún más la brecha entre ricos y pobres.
La economia mundial es posible sufra un nuevo desplome, y este;  está a la vuelta de la esquina.
El mundo se ahoga en una montaña de deudas y el sistema financiero está colapsado con derivados tóxicos mientras los bancos centrales siguen rescatando en sigilo a la banca privada. Nada se ha hecho por enfrentar los temas de la banca que llevaron al desplome de la economía global, de la cual no hay recuperación verdadera. Todo indica que el 2008 volverá a Repetirse y las seis semanas continuadas de caídas bursátiles anticipan el retorno de la tormenta perfecta.
La velocidad y magnitud de este declive han sido inusualmente severos y lo demuestra la débil creación de empleos por parte del sector privado estadounidense: 38.000 puestos de trabajo en mayo, en la economía que cuenta con el mercado laboral más flexible del mundo.
Queda claro que las recesiones que tienen su origen en el colapso de las burbujas alimentadas por crédito son más graves y duraderas que las recesiones generadas por los intentos de frenar el recalentamiento inflacionario. Puede necesitarse de una o dos décadas para estabilizar los precios de los activos inflados por la burbuja especulativa, y se hace necesario una seguidilla de quiebras masivas para reducir el excesivo apalancamiento financiero generado en el período de la burbuja. La consecuencia de este proceso es la fuerte contracción del gasto privado que debilita la demanda como pasa ahora en España, Estados Unidos y otros países europeos.
En este escenario de profundo debilitamiento tienden a recrudecer el déficit fiscal, ya que el desplome de los ingresos genera menos recaudación tributaria. Una de las formas de evitar este shock es con el empuje del gasto fiscal, pero los apremios por la reducción del déficit y el sometimiento a los planes de austeridad aceleran la caída. Este profundo shock interno enfrenta en la actualidad fuertes vientos en contra que lo hacen ser más intensivo. Por un lado las alzas en el petróleo y las materias primas, y por otro el impacto en las cadenas de suministro tras el terremoto y tsunami de Japón.
La tendencia tradicional del sistema financiero estadunidense y mundial a movilizar dinero ocioso penetró al ámbito del ahorro mundial de los trabajadores, incluidos los fondos de pensiones y pagos de seguros. Con ello estuvo en condiciones de movilizar recursos crecientes ya no sólo en las esferas locales, sino a nivel mundial. Lo hizo a través de dos tipos de créditos, expandidos como nunca: crédito a la vivienda y crédito al consumo.
Como nunca antes y en todo el mundo el crédito penetró en estratos sociales de menores ingresos. Bancos y agencias inmobiliarias tentaron de forma enérgica a los trabajadores a tomar prestado, incluso con fondos reunidos en países diversos, como aconteció drásticamente en Estados Unidos.
Esto se tradujo en un proceso de financiarización o expropiación financiera de los asalariados. Y los ha llevado a una de las mayores regresiones de su historia reciente, por tres fenómenos primordiales: 1) las enormes pérdidas económicas que han sufrido los deudores hipotecarios, principalmente los prestatarios de bajos ingresos del sector llamado de alto riesgo; 2) las pérdidas de capital provocadas por la caída de los precios de un amplio abanico de valores en todo el mundo, valores respaldados con garantía hipotecaria y con todo tipo de activos y de acciones y que han implicado severos efectos en el volumen y la distribución del ingreso; 3) el enorme volumen de recursos públicos que se ha canalizado se sigue canalizando para rescatar bancos e instituciones financieras en todo el mundo y que se ha traducido en una significativa merma de la atención a las necesidades sociales.
Mucho se ha perdido. Muchísimo. Empezando en Estados Unidos. Por todo ello, es muy severa la hondura de la crisis actual y su superación será muy pero muy dolorosa, máxime que no se derive de errores de política económica a o fallas de las instituciones, sino de la naturaleza misma del funcionamiento de la economía mundial actual.
El gobierno estadounidense al ver los problemas provocados por la crisis financiera optó por rescatar empresas y dar liquidez a su sistema financiero. Durante enero del 2007 a diciembre del 2010 las autoridades financieras inyectaron un monto de 5.04 billones de dólares equivalentes al 35.2% de su PIB. Comparativamente esto equivale al PIB de Japón en el año 2009.
¿Seguiremos cruzados de brazos, mirando como los mismos fracasados, políticos y economistas causantes de la crisis mundial, son ahora los encargados, de cambiar para que nada cambie?
Defendamos nuestros derechos a tener un trabajo digno, salud, educación y oportunidades para todos.


Director de Blogs Alternativos en Red *

viernes, 10 de junio de 2011

La volatilidad de los mercados y los terroristas financieros.



Lucio Agustín Torres *

En la edición 1281 del 19 mayo, la revista Caretas le dedicaba la caratula al actual ministro de economía Ismael Benavides, el título decía: “Nerón Financiero”; por otra parte en la presentación de esos días, que realizo al congreso de la Republica, este mismo personaje, fue recibido con la frase “Terrorista Financiero”, ambas frases se referían a la directa y descarada intromisión del ministro como agente económico del gobierno en plena lid electoral, declarando a la prensa , con el único fin de crear pánico y terror al sector más importante del País, la economía.
La contundente victoria tanto en primera y segunda vuelta de la alianza Gana Perú y del hoy electo Presidente Ollanta Humala, ha sido reconocida extra-oficialmente por su contendiente K Fujimori, los gobiernos de la comunidad internacional y el propio gobierno de Alan García, victoria electoral cuya responsabilidad es asumir las riendas de la economía a partir del 28 de Julio 2011.
Gana Perú ha sido enfático, en toda la segunda vuelta y en las declaraciones de voceros y del propio Ollanta, en la propuesta de ser un gobierno de concertación nacional por el cambio. Nos parece un enfoque correcto, y para lograrlo el principal obstáculo es una derecha política, grupos de poder monopólicos y un sector social de clase A, que tienen un comportamiento intolerante, antidemocrático y chantajista. Estos hechos se ven reflejados en declaraciones de los voceros de turno, anunciando todos los peligros que vendrán si el futuro gobierno, no sigue los dictados de los “terroristas Financieros” que ya conocemos.
Uno de los principales factores de esta victoria sin duda es la memoria colectiva; de la mayoría del País que se ha pronunciado por el cambio ¿desde cuándo los perdedores, imponen la agenda económica al ganador? ¿Sera Mechita Araoz? ¿Pedro Pablo
Kuczynski? los llamados a manejar las riendas de la economía en el gobierno de Gana Perú, como lo plantea algunos voceros de los grupos económicos del País. Es decir pareciera que la campaña de demolición no ha terminado para los grupos de poder económicos. Hablan de la estabilidad de la economía y la vulnerabilidad de los mercados. Incertidumbre por falta de señales claras. Era el titular del Comercio a horas de saber el ganador ¿No era que estábamos de lo mejor como País hasta el domingo?
Utilicemos la memoria también nosotros, si no recuerden; Mercedes Araoz, ministra de economía, defendiendo los 99 decretos legislativos y anunciando el fin del TLC con EE.UU. si el gobierno cedía a los perros del hortelano como las llamaron a las comunidades indígenas, Lucha que por intransigencia del gobierno murieron 38 ciudadanos (Bagua) cuyo conflicto fue de repercusión mundial, obligando al gobierno a derogar los decretos en mención. ¿Qué paso… De los anuncios de la terrorista Mechita? Hasta el día de hoy no hemos recibido el “castigo anunciado” su gobierno dio marcha atrás y fueron derogados los 99 decretos legislativos.
“Nada va cambiar respecto a la seguridad de los depósitos, los fundamentos de la economía tampoco, el desarrollo de la política económica absolutamente prudencial, nada, absolutamente nada; lo único que es el elemento distintivo de la política de Ollanta Humala es ese énfasis particular de los programas sociales” declaraciones de Kurt Burneo, asesor económico de Gana Perú.
Estos son algunos terroristas financieros que han salido a los medios de comunicación a presionar al presidente electo a menos de 24 horas de saberse los resultados.
PPKK, Cecilia Blume (ex funcionaria del Ministerio de Economía) Jorge Chávez (ex directivo del BCR) Humberto Speziani (presidente CONFIEP) Alfredo Ferrero (ex ministro de comercio) Mercedes Araoz (ex ministra de economía y candidata Aprista) Secundados por los inefables Althaus, Rosa María Palacios, Aldo M., Mónica Delta, Nicolás Lucar. ¿Quién los eligió? ¿A nombre de quien están autorizados a imponer la agenda al nuevo Presidente, oficialmente no declarado por los organismos correspondientes? “Primero vamos a esperar los resultados oficiales de la ONPE, luego Gana Perú anunciará a los miembros del gabinete ministerial”. Expreso Marisol Espinoza, primera vicepresidenta electa de Gana Perú.
¿Cuánto representa la bolsa de valores en la producción económica del País? 1% ¿Cuánto se perdió el lunes después de la elección? $200,000 ¿Quiénes participan mayormente en las transacciones bursátiles? Compañías mineras, compañías de fondo de pensiones (AFP), bancos y los inversionistas nacionales y extranjeros (especuladores de bolsa). Según Kurt Burneo, economista del equipo técnico que asesora a Ollanta Humala, no existe ningún fundamento macroeconómico que explique la abrupta caída experimentada por la Bolsa de Lima el lunes pasado.
En relación a este tema se manifestó también la calificadora de riesgo Moody’s, asegurando que no existen razones que autoricen a cambiar sus pronósticos sobre el desempeño futuro de la economía peruana o a disminuir el grado de inversión del Perú, lo que fue confirmado por otra calificadora, Fitch Rating y por los bancos internacionales de inversión que operan en el país. Impávido ante estos argumentos, el sol continuó su moderada depreciación frente al dólar. Burneo destacó una vez más que la seguridad de los depósitos bancarios no será alterada y que los grandes lineamientos de la política económica seguirán en vigor. Dijo también que las empresas que cotizan en Bolsa muestran elevados grados de rentabilidad: “las utilidades de las empresas con respecto a sus ventas están por encima del 24 por ciento, y en el caso de las empresas mineras, es de 60 por ciento.” ¡Nótese la fenomenal rentabilidad empresarial, que contrasta con la no menos fenomenal deuda social del tan exitoso “modelo” en el Perú! Si, según se dice, los fundamentos son sólidos y se descarta cualquier cambio, ¿cuál es la razón por la que cayó la Bolsa?
Una movida política del 1% que maneja intereses de la bolsa de valores, empresas mineras, bancos, AFP Y especuladores financieros , que les interesa un bledo el Perú, acompañados de los terroristas financieros, olvidándose que las elecciones terminaron el domingo, a pesar de su plata y la guerra sucia que emplearon… fracasaron.
¿Seguirán con la intolerancia o se respetara el voto mayoritario de la población?

Director de Blogs Alternativos en Red*