Por Lucio
Agustín Torres *
Mientras en New Jersey (USA) representantes de la Derecha
Bruta y Achorada (DBA) pretenden imponer una agenda política al congreso
peruano a través del tema: Distrito electoral para los residentes peruanos en
el extranjero. En el Perú a raíz del embalsamiento de los conflictos sociales,
dejados por el gobierno de García (229) según datos de la defensoría del Pueblo,
desatando protestas y la polarización social de los pueblos en conflicto: Madre de Dios, Ancash,
La Libertad, Piura, Arequipa, Cajamarca, etc.
Las demandas son de diferentes sectores económicos:
minería, medio ambiente, agua, agro y derechos laborales entre otros. Analicemos
algunas cifras estadísticas del sector que más polarización y debate ha traído
los últimos tiempos en el Perú, nos referimos a la minería, y empecemos
indicando que es uno de los sectores más beneficiados por los precios
internacionales.
Fujimori vendió, a precio de huevo, empresas y
yacimientos mineros estatales. Comenzó en 1993 con Hierro Perú a la china
Shougan en unos $ 120 millones de dólares. Luego se remató todo el resto.
Shougan compró y hacía utilidades con el hierro a $ 25,20 dólares la tonelada métrica fina (TMF) en 1994, precio que osciló pero se mantuvo en unos $ 27 dólares hasta el 2002. El 2006 subió a $ 53,80 la TMF y el 2010 llegó a $ 100,90, es decir, cuatro veces el precio de cuando compraron. En 1994 se produjo 4.636.628 TMF de hierro y apenas 4.861.155 el 2006. El 2010 subió a 6.042.644 TMF, un 30%, pero el valor de la producción nacional de hierro pasó de $ 261.530.114 el 2006 a $ 628.776.000 el 2010. Aumentó 140%. Monto muy superior al previsto.
El caso del oro y el cobre –75% de nuestras exportaciones mineras– es más significativo. Muchos proyectos mineros auríferos se iniciaron entre 1995 y el 2001. El precio promedio anual del oro estaba entre $ 352 y $ 242 la onza. El 2004 el precio de la onza de oro subió a $ 374 y el 2006, con García, trepó a $ 553 para alcanzar los $ 1.120 dólares la onza el 2010. El precio del oro, sin inversión adicional alguna de las mineras, aumentó en no menos de 500% de lo que previeron los inversionistas.
¿Y el cobre? En 1997 y el 2003 la libra de cobre costaba entre $ 1,07 y $ 0,85 centavos. El 2006 el precio casi se cuadriplicó al llegar a $ 3,15 y el 2010 estaba en $ 3,48, llegando hasta $ 3,90 días atrás. Nada de ello fue esfuerzo de las empresas vía nuevas tecnologías. Vino del alza del mercado mundial, multiplicando sus utilidades: los proyectos mineros peruanos más importantes recuperaron el total de su patrimonio e inversión en unos cuatro años.
El ingreso por la producción minera en el Perú (los nueve principales minerales) entre 1997 y el 2003 fue de $ 32.232 millones de dólares. Pero entre el 2004 y el 2010 fue de $ 126.181 millones. Es decir, ventas casi cuatro veces mayores en los últimos siete años que en los primeros siete por el aumento de los precios. La producción de cobre solo aumentó 2,5 veces entre 1997 y el 2010, y la de oro solo se duplicó. En el resto de minerales fue variable, pero los ingresos por ventas de minerales se multiplicaron.
En otros términos, los minerales producidos entre el 2004 y el 2010 se vendieron por $ 137.262 millones de dólares. Si se hubieran vendido a los precios promedio existentes entre 1997 y el 2003 habrían recibido $ 52.303 millones de dólares. Es decir, las mineras hubieran vendido cerca de $ 84.958 millones de dólares menos.
¿No teníamos derecho los peruanos a participar en una mayor parte de estos enormes ingresos o sobre ganancias, que obtuvieron sin riesgo ni inversión adicional, para atender nuestras necesidades?
Shougan compró y hacía utilidades con el hierro a $ 25,20 dólares la tonelada métrica fina (TMF) en 1994, precio que osciló pero se mantuvo en unos $ 27 dólares hasta el 2002. El 2006 subió a $ 53,80 la TMF y el 2010 llegó a $ 100,90, es decir, cuatro veces el precio de cuando compraron. En 1994 se produjo 4.636.628 TMF de hierro y apenas 4.861.155 el 2006. El 2010 subió a 6.042.644 TMF, un 30%, pero el valor de la producción nacional de hierro pasó de $ 261.530.114 el 2006 a $ 628.776.000 el 2010. Aumentó 140%. Monto muy superior al previsto.
El caso del oro y el cobre –75% de nuestras exportaciones mineras– es más significativo. Muchos proyectos mineros auríferos se iniciaron entre 1995 y el 2001. El precio promedio anual del oro estaba entre $ 352 y $ 242 la onza. El 2004 el precio de la onza de oro subió a $ 374 y el 2006, con García, trepó a $ 553 para alcanzar los $ 1.120 dólares la onza el 2010. El precio del oro, sin inversión adicional alguna de las mineras, aumentó en no menos de 500% de lo que previeron los inversionistas.
¿Y el cobre? En 1997 y el 2003 la libra de cobre costaba entre $ 1,07 y $ 0,85 centavos. El 2006 el precio casi se cuadriplicó al llegar a $ 3,15 y el 2010 estaba en $ 3,48, llegando hasta $ 3,90 días atrás. Nada de ello fue esfuerzo de las empresas vía nuevas tecnologías. Vino del alza del mercado mundial, multiplicando sus utilidades: los proyectos mineros peruanos más importantes recuperaron el total de su patrimonio e inversión en unos cuatro años.
El ingreso por la producción minera en el Perú (los nueve principales minerales) entre 1997 y el 2003 fue de $ 32.232 millones de dólares. Pero entre el 2004 y el 2010 fue de $ 126.181 millones. Es decir, ventas casi cuatro veces mayores en los últimos siete años que en los primeros siete por el aumento de los precios. La producción de cobre solo aumentó 2,5 veces entre 1997 y el 2010, y la de oro solo se duplicó. En el resto de minerales fue variable, pero los ingresos por ventas de minerales se multiplicaron.
En otros términos, los minerales producidos entre el 2004 y el 2010 se vendieron por $ 137.262 millones de dólares. Si se hubieran vendido a los precios promedio existentes entre 1997 y el 2003 habrían recibido $ 52.303 millones de dólares. Es decir, las mineras hubieran vendido cerca de $ 84.958 millones de dólares menos.
¿No teníamos derecho los peruanos a participar en una mayor parte de estos enormes ingresos o sobre ganancias, que obtuvieron sin riesgo ni inversión adicional, para atender nuestras necesidades?
Cientos de millones que
el Estado dejó de recaudar. De ahí la necesidad de obtener un impuesto a las sobre
ganancias, planteamiento cambiado por García, por óbolo minero.
Cuando se dio el debate
en el actual gobierno cuestionamos los cambios porque no cumplían con la idea
de la sobre ganancia minera ni se acercaban a los montos previstos
originalmente, pero el Congreso impuso el procedimiento. Hoy vemos que no se
cumplirá con lo dicho, ni en los S/.3, 000 millones de soles por un juego de
deducciones tributarias que reducirán el pago de las obligaciones establecidas,
tipificadas como costos, del impuesto a la renta que deben pagar las empresas.
E hicimos un cálculo para Buenaventura, la minera del grupo Benavides vinculada
a Yanacocha. Calculamos la recaudación con la antigua ley de regalías y el
impuesto a la renta basándolos en las ventas que el grupo tuvo por S/.599 millones
de soles el 2009 y S/.808.4 millones el 2010. Y lo sorprendente es que con la
anterior ley de regalías y el Impuesto a la Renta Buenaventura habría pagado
S/.124.32 millones de soles por ambos conceptos el 2009, y S/.222.20 el 2010.
Pero con las nuevas leyes pagaría S/. 97.48 millones por las ventas del 2009 y
S/. 215.2 millones por las ventas del 2010. Es decir pagaría menos con las
leyes actuales que con las anteriores. Un absurdo y un abuso. Otras empresas,
como Yanacocha, pagarían algo más, pero cifras realmente minúsculas para su
movimiento. Por ejemplo, con cifras del 2010 pasarían de pagar impuestos de S/.
874.7 millones a S/. 899.4 millones, es decir, apenas 25 millones de soles más
sobre ventas de más de $1,851.8 millones de dólares con un margen operativo de
casi 51% para la empresa. Es así como la minería aportará al desarrollo del
país.
La derecha es insaciable. Ella tiene apetitos materiales y políticos
desmedidos. Controla ya casi todas las manijas del gobierno, pero no le basta.
Quiere tener en sus manos todos los resortes del poder, del gobierno y del
Estado, mientras los sectores en conflicto están en pie de lucha con saldos
trágicos de tres muertos y cientos de heridos. Igualito no más el gobierno de
la “gran transformación” haciendo de guardián del estado de derecho del gran
capital, como los últimos treinta años, en el Perú, Criminaliza la protesta
social.
Esta es la verdadera agenda y realidad del País, y una de
las razones de la polarización social del Perú.
Director
Grupo Editor del Norte. *