martes, 17 de mayo de 2011

¿Cuándo explotara la burbuja de la mentira?


Lucio Agustín Torres *

La actual crisis económica ha afectado masivamente a los pobres del mundo, demostrando que son los más débiles para hacer frente a estos flagelos. La práctica de las ideas neoliberales impuestas por el FMI y el Banco Mundial en las últimas décadas, privilegiaron a los ricos por sobre los pobres y el testimonio de ello es la creciente desigualdad que amplía sus brechas por el mundo. Por eso que esta crisis debe plantearnos una pregunta fundamental: ¿hay alguna esperanza de que las lecciones aprendidas lleven a un punto de inflexión a favor del desarrollo verdadero?
La gran depresión de 1930 fue un punto de inflexión en las políticas convencionales que se aplicaban hasta entonces. Tras esa crisis surgió la macroeconomía keynesiana que dominó la escena durante treinta años. En este período se privilegió el empleo, uno de los elementos claves a la hora de reducir la desigualdad. Ese período marca la edad de oro de la economía occidental y tanto en Europa como en Asia, Estados Unidos y América Latina, se vivió un período de gran estabilidad económica, con una creciente disminución de la desigualdad. Esta estabilidad sin embargo, siempre fue criticada por la corriente monetarista, que encontraba lentos los niveles de crecimiento y prometía una velocidad mayor para terminar con la miseria en el mundo. Así fue como tras la crisis iniciada en 1970 en Estados Unidos, esta corriente buscó la forma de echar por tierra los lineamientos keynesianos, para implantar su postura. Y pese a que la crisis respondía a dos elementos no considerados (las fuertes pérdidas económicas de la guerra de Vietnam y el pick del petróleo en Estados Unidos) se culpó de este flagelo a las ideas keynesianas.
La crisis energética de los 70 conllevó al endeudamiento de los países en desarrollo, que debieron recurrir a una financiación externa. El surgimiento del reaganismo y del thatcherismo hizo lo siguiente al forzar la privatización de las empresas públicas. El desarrollo del mercado se orientó a la liberalización del comercio y la convirtió en la religión universal de los neoliberales y las instituciones financieras, temas que se intensificaron con la aparición del Consenso de Washington. El interés de Estados Unidos para impulsar la liberalización del comercio se basaba en la creencia de que pondría remedio al déficit en cuenta corriente de los países. Sin embargo, los déficit crecieron facilitados por el fin de los acuerdos de Bretton Woods que dieron rienda suelta al crédito y la usura. Así fue como las actividades financieras se apoderaron de las actividades productivas y la economía mundial se hizo más inestable y dio lugar a una crisis financiera tras otra. Hasta llegar a la actual crisis, que es terminal. ( 1 )
La globalización está en crisis y una de sus causas es el alto desempleo global.
Las respuestas que brotan en la superficie ante esta masiva destrucción de empleo apuntan a los efectos negativos de la reducción del crédito. Las instituciones financieras, amenazadas por la crisis y los impagos, han cortado el suministro a las empresas y éstas, sin crédito, no pueden funcionar ni invertir. El corte de suministro de crédito a gran escala, produce un desempleo en gran escala. Pero este es solo el último eslabón de la cadena. Un análisis en los eslabones anteriores nos aporta elementos para comprender el fenómeno.
Durante los últimos 30 años la actividad de las empresas se financiarizó por completo. La economía entera se volcó a la hegemonía de las finanzas que en la última década fue de burbuja en burbuja: burbuja de las puntocom, burbuja inmobiliaria, burbuja del crédito. La quiebra de Long Term Capital Management en 1998 o la de Enron el año 2001 son ejemplos de esta misma historia que reventó con la quiebra de Lehman Brothers el año 2008, justo diez años después de la primera gran quiebra del mercado de capitales. Este proceso de financiarización extrema contó con el gran aliado de la globalización financiera que permitió a las grandes empresas instalarse en cualquier lugar del mundo donde hubiera mano de obra barata. Si las finanzas hicieron lo suyo con resultados fantásticos y burbujas que en su momento nadie detectó (ni el FMI ni el BCE), el golpe final vino con la externalización del trabajo. Centenares de empresas aprovecharon las ventajas de contar con mano de obra al décimo del salario en su casa matriz, trasladando las fábricas a China, India o México. E incluso a barcos factoría donde no tenían que molestarse con planes de pensiones o beneficios sociales. Esto destruyó paulatinamente la maquinaria industrial de muchos países, con el
resultado de una precarización del trabajo donde si antes el salario del jefe de hogar permitía pagar la hipoteca; ahora ni el salario conjunto de ambos cónyuges pudo hacerlo. ( 2 )
La Oficina de Cuenta Nacionales de Estados Unidos (BEA, por sus siglas en inglés) ha admitido finalmente algo que ya habíamos advertido: la recesión fue mucho más profunda de lo pensado y la recuperación ha sido mucho más débil que lo publicado. El Producto Interno Bruto de Estados Unidos creció a una tasa anual de 2,4 por ciento en el segundo trimestre de 2010, muy por debajo del aumento medio del 4,4% en los últimos seis meses.
La economía de Estados Unidos sufre así un nuevo apagón con efectos que continuarán su propagación por el mundo. El colapso de la principal economía del planeta que antes de la crisis producía la cuarta parte del PIB mundial y consumía el 50% de éste, hace sentir su golpe en el resto del mundo. Los consumidores están sobre endeudados y por ello no debe causar extrañeza la fuerte caída vivida en el consumo. El mercado laboral está enfermo y el sistema financiero ha completado 108 quiebras bancarias en lo que va del año. ¿Cuánto tiempo deberá pasar para reactivar el mercado laboral? Hablar de un plazo de diez años a estas alturas no es nada exorbitante. Más aún si consideramos que todo el crecimiento del período comprendido en 1980 y 2006 fue nada más que una burbuja de fantasía, producto del endeudamiento y la mentira financiera que lideró la especulación sin límites. Fueron los años locos de Wall Street con ese genio e ídolo llevado al cine como Gordon Gekko, al cual todo el mundo quiso emular. Si en esa época hubiese existido Facebook, habría tenido millones de seguidores. La magnitud de la contracción y el ritmo de desempeño de la economía demuestran que la recuperación será un proceso muy largo. Esta es la la larga cabalgata por el desierto, advertida. Aunque sólo ahora se hace evidente que este segundo semestre será aún más lento. Las medidas de estímulo fiscal han llegado a su fin y los créditos están agotados. Para muchos, este período recuerda aquel momento convulsionado de los años 70, con una ansiedad desbordante ante una economía que tartamudeaba producto de la crisis petrolera. Fueron momentos en que las multitudes tendieron cerco a las estructuras político-sociales para dar respuesta a las ideas que reactivaran el crecimiento. La situación actual ahora es más compleja pues no se trata simplemente de una crisis económica sino del fin del un ciclo de la historia en el cual han estallado numerosos desequilibrios sociales, políticos y estructurales. ( 3)
¿Cuándo explotara la burbuja de la mentira? Sobre todo de aquellos que ponen cara de palo para explicar que la recuperación esta a vuelta de la esquina.


Director de Blogs Alternativos en red *

Referencia
1- Una crisis que devolvió al mundo a la miseria DINERO BLOG
2- El alto desempleo y la crisis de la globalización DINERO BLOG
3- La economía de EE.UU. frena su entusiasmo DINERO BLOG

Publicado 10 agosto 2010.

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