Lucio Agustín Torres *
Se acerca la hora de decidir para los peruanos, y los “dueños del Perú” quieren restaurar la dinastía política fujimontesinista y su corte, que les permitieron manejar a su antojo el país. Volver a la amenaza del crimen y el Grupo Colina, al abuso de poder, la corrupción generalizada, al sometimiento y descomposición de las instituciones fundamentales (el Congreso y el Poder Judicial, la SUNAT y los órganos de control y regulación, la cúpula de las FFAA) y, ciertamente, a un Estado incondicional a los más poderosos, con un manejo clientelar de los más desposeídos.
Nuestro propósito es dar a conocer, hechos ocurridos; como fue el caso de las privatizaciones, políticas de estado, donde se prueba que robaron el dinero que ingreso por la venta de empresas públicas y cuyos actores son la misma mafia que hoy se presenta como fuerza 2011, dirigida desde el local de la DIROES, por su jefe encarcelado Alberto Fujimori.
Uno de los economistas de mayor credibilidad en el País, sin duda es Humberto Campodónico, en marzo del 2003, sobre el tema de las privatizaciones decía:
Según la COPRI, en el periodo 1992-2000 entraron al Tesoro Público US$ 4,359 millones provenientes de la privatización. En realidad, los ingresos de la privatización son mayores, pero aquí no se toman en cuenta los gastos realizados en la privatización misma, los ingresos pendientes de las ventas a plazos y el monto destinado al Fondo Nacional de Ahorro Público (casi la única plata que se salvó del robo). La distribución del gasto es ilustrativa de la naturaleza del régimen. La mayor cantidad se gastó en sólo tres rubros: armas, deuda externa y gasto social politizado: el 78% del
total. El Gasto Social Politizado corresponde a lo gastado por el caudillo neoliberal para fomentar su popularidad en las capas pobres, usando para beneficio propio los organismos de lucha contra la pobreza. Así, el mayor gasto se concentró en Foncodes (US$ 478 millones), Pronaa (US$ 255 millones) e Infes (US$ 262 millones). Este gasto se concentra en los años preelectorales. De esa manera, los "regalos" de Fujimori ocultaban el fracaso de la política económica neoliberal de libre mercado Los US$ 992 millones gastados en armas se concentraron de 1995 a 1998, por un total de US$ 982 millones. Destaca 1996, año de la compra de los aviones, con US$ 484 millones. Estas compras se hicieron con Decretos de Urgencia, por lo que no hubo ni licitación ni préstamo. Hasta 1997, el Ministro de Economía fue Jorge Camet. ¿Puede pensarse que el Ing. Camet y su plana de asesores, muchos de ellos miembros del IPE, ignoraban que este dinero salía del Tesoro Público y engrosaba los bolsillos de la mafia? Los US$ 1,053 millones en pagos de deuda externa se concentran en 2 años: 1999 y 2000 (sobre todo este último), cuando salieron US$ 291 y US$ 521 millones, respectivamente. Queda claro que, cuando la dictadura veía que se derrumbaba, trató de mantener hasta el último el apoyo de los acreedores externos. Lo logró en el caso de las multilaterales (BID, Banco Mundial y FMI), que no vieron la corrupción hasta el día después. No fue el caso de los acreedores europeos, destacando el caso de Francia. Finalmente, están los gastos sociales que pueden considerarse "normales", aquellos destinados al Ministerio de Salud, Educación, Promudeh y Ministerio de Educación por US$ 528 millones, concentrándose en los dos primeros. En el rubro Otros está el gasto en otros Ministerios, COFOPRI y las regiones.
Se ha preguntado el lector ¿La facilidad con que la mafia utilizaba los bloques de dinero en efectivo? Todo el Perú ha sido testigo de los fajos de billete, manejados para comprar conciencias de personajes hoy en la cárcel o no hallados por la justicia peruana. ¿Sera ese dinero robado por la mafia el que ahora paga a personajes como Bayli o Guilliani-encuestadoras y periodistas?
Estamos advertidos, este cinco de junio la gran mayoría del Perú impedirá que la década del asco se repita otra vez.
Director de Blogs Alternativos en Red *
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